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viernes, 7 de febrero de 2025

El rumbo de la vida

Un diminuto detalle, una fracción de tiempo, pueden decidir y cambiar el rumbo de la vida...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 07/02/2025
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El rumbo de la vida
La emigración es un fenómeno muy antiguo, pero hay quienes le agregan explicaciones que son ridículas. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández/Cubahora)

Cuando digo que mis puntos de vista son los de una persona de origen chino que vive donde nació, es porque los considero fenómenos que marcan el rumbo de la vida, pero no creo que todos los casos sean iguales y otros con esas características pueden estar determinados por otros factores.

El pequeño nieto de una colega, Cary Dueñas, fue quien provocó este post al preguntar por qué tengo nombre en español si soy chino según ve en fotos, lo cual  despertó recuerdos de la infancia en la que mis nombres no pudieron abrirse paso ante el apodo al llamarme, o la manera de señalarme entre otros niños.

Por cierto, desde hace años decidí que quien adopte actitudes de familiaridad como si me conociera de toda la vida, y me dijera chino como si ese fuera el nombre, pongo en alerta todos los sentidos porque así casi resulto estafado por un individuo que pedía ayuda monetaria y me criticaba porque olvidaba a los amigos.

En cuanto a la pregunta de Ronald Abreu López, nieto de Cary: me asignaron un nombre en chino, pero por el que estoy legalmente registrado  es Felix Arturo, aunque ninguno de los apellidos endilgados por obra y gracia de la imposibilidad de la época en escribir con los tonos al pronunciar, estoy inscripto como Chang.

Años atrás, un embajador de la nación asiática en Cuba me preguntó por qué Chang, si es Chen, y más desconcertante aún fue saber que mi segundo apellido es León si mi madre nació en China como mi papá.

Como se verá, desde mis primeros momentos de vida estoy marcado por apellidos que no son los míos, porque el nombre deseado por mis padres no es el que ostento oficialmente, y además, porque a pesar de haber nacido en Cuba, no me dicen cubano, sino chino.

Según escuché de mis padres, ambos emigraron porque la situación económica del caserío donde vivían eran horribles y sin apreciar perspectivas de mejoría, pero desde 1959 hasta nuestros días, no han faltado quienes han osado decirme que ambos vinieron huyendo del  Comunismo y lo encontraron en Cuba.

Las pocas veces que he respondido, les digo que mis padres no dominaban el arte de las adivinaciones, y que a mediados de la década de los anos 40 del siglo pasado, no podían haber sabido que el primero de octubre de 1949 triunfaría la revolución , y mucho menos entendían que había un sistema llamado Socialismo, algo que a duras penas les pude explicar después sin que llegaran a comprenderlo nunca.

Algo que he desterrado de los temas de conversación es que hasta hace muy pocas horas, he sentido discriminación racial, lo cual las mayorías niegan, pero yo me pregunto que si no lo es, entonces que alguien me convenza de cómo interpretar que tres niños de piel oscura me lancen burlonamente una jerigonza imitando el idioma chino.

Por supuesto que los infantes son inocentes y en un futuro pueden ser hombres de bien, pero de dónde les llegó la influencia para que mientras se alejan corriendo como quien sabe que están haciendo una maldad o travesura, griten: chinito, chinito, tu comer arroz con palito.

Con un vocabulario muy limitado propio de personas de una atrasada zona rural, mis padres siempre hablaron su lengua materna dentro de la casa, por lo que el hogar constituyó un refugio, una pequeña réplica de China, donde atenuar las añoranzas y los deseos que siempre tuvieron de morir en su terruño. En ese ambiente, fue como si viviera en dos países.

A pesar de las circunstancias, nunca me transmitieron sentimientos adversos hacia Cuba ni sus habitantes, pero tampoco con la lejana China a donde no he ido y por la cual siento admiración y cariño porque allí están mis raíces y marcan los orígenes de este hijo de inmigrantes que vinieron a mejorar su vida y enviar remesas a sus familiares, algo que quedó frustrado con el canje de la moneda y cortó definitivamente el arribo de emigrantes.

Aunque las motivaciones sean las mismas, no hay dos casos iguales, cada vida tiene rumbos irrepetibles, pero ahora resulta que hay quienes pretenden acomodar las explicaciones de que un matrimonio que emigró hacia los Estados Unidos en 1956 lo hizo huyendo de la Revolución Cubana y que por eso su hijo toma el rumbo de promoverlas políticas más duras hacia el país natal de sus padres.

Desde el punto de vista de ser hijo de emigrantes, prometo otros post en futuros viernes.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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