El 2 febrero de 1514, en el cacicazgo de Mayanabo (Punta de Guincho) se reúnen Diego de Ovando y un grupo de jinetes que habían marchado por tierra desde Jagua (Cienfuegos), junto a cuarenta hombres que arribaron por mar con víveres, armas, herramientas y útiles de pesca, procedentes de la villa primada de Baracoa.
Ambos grupos tenían la encomienda del Gobernador General Diego Velázquez para fundar una villa con su Ayuntamiento e Iglesia Parroquial y viviendas construidas por los aborígenes con yagua y guano como sus bohíos.
“…reunidos todos y bajo la misma cruz que allí plantó el Almirante el 18 de noviembre de 1492, se procedió a la fundación de la villa, con el ceremonial de costumbre”, asegura Jorge Juárez Cano, en su libro Apuntes de Camagüey.
Dos años después, se suma otro grupo, integrado esta vez por hombres mujeres y niños. El punto costero era bueno para la defensa ante cualquier contingencia y el comercio, pero adverso en las condiciones de vida por las plagas, falta de agua y un terreno infértil.
La villa adquiere, entonces, la cualidad andariega cuando viaja en hombros de los colonizadores hacia una llanura bañada por el río Caonao. Sin embargo, las relaciones con los indocubanos del cacicazgo no fueron cordiales por la explotación a que fueron sometidos, los nativos se sublevan, atacan y queman el segundo asentamiento.
- Consulte además: Camagüey: el renacer de una ciudad a sus 500 años
Tras una macha forzada, los españoles sobrevivientes llegan a una tierra prometedora, situada entre los ríos Tínima y Hatibonico. La zona era conocida por los aborígenes con el topónimo Camagueybax. Su cacique los recibe de buena gana y facilitó alojamiento, agua, leña y provisiones.
En esa región se establece definitivamente una de las primeras siete poblaciones fundadas por los conquistadores españoles en Cuba y en América. Las buenas tierras de este lugar distante del mar, casi al medio de la Isla, facilitaron además de la explotación minera del oro, el desarrollo de la agricultura y sobre todo la ganadería.
Ya en el año 1741, la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe contaba con 13 000 habitantes y en cierta manera habían mejorado las condiciones constructivas de las viviendas y otras edificaciones gubernamentales y religiosas. Desde entonces está presente el singular trazado de las calles estrechas y sinuosas que enlazan plazas y plazuelas, característica del actual centro histórico de la ciudad.
Durante la temporada de sequía mermaban, igualmente, las reservas de agua en el nuevo asentamiento y cuatro décadas después, un grupo de alfareros inician la fabricación de vasijas de barro rojo, semejantes a las clásicas andaluzas. Durante siglos, los habitantes han apreciado la existencia de los tinajones, los cuales han tejido sus propias leyendas y hasta la singular frase amistosa “Quien tome agua de tinajón , se queda en Camagüey.”
El distrito de Puerto Príncipe es el que merece mayor cuidado pues es innegable que las ideas de independencia [...] es allí donde fermentan a algunas cabezas…Leopoldo O’Donnell (1845)
Los “príncipeños” también jugaron un papel fundamental en el sentimiento del criollo y los sueños independentistas que luego se transformaría en la nacionalidad cubana.
La destacada profesora e historiadora camagüeyana, Elda Cento Gómez (1952-2019) destaca que fue Puerto Príncipe uno de los escenarios claves de la rebelión de José Antonio Aponte y los proyectos de la sublevación que Joaquín de Agüero y sus compañeros decidieron iniciar en San Francisco de Jucaral, donde redactaron y aprobaron una declaración de independencia.
Las luchas independentistas tuvieron como paradigmas a Salvador Cisneros Betancourt, quien llegó a ser presidente de la República en Armas, y a Ignacio Agramonte Loynaz que alcanzó los grados de Mayor General en la Guerra de los Diez Años, al frente de la caballería mambisa que era el terror de los soldados españoles.
También hay que mencionar los extraordinarios aportes a la lucha que hiciera el dominicano Máximo Gómez Báez, principal líder en la Batalla de Las Guásimas, donde el ejército peninsular tuvo la mayor derrota en los diez años de guerra.
“¡Ese si es pueblo, el Camagüey! El sábado vienen todos, como un florín, a la ciudad, al baile y el concierto […] y es liceo el pueblo entero” José Martí 28 enero 1893.
En sucesión de generaciones, los lugareños se vanaglorian de una cultura, respaldada por el periodismo, las sociedades de instrucción y recreo --favorecieron intercambios de opiniones políticas--, junto a la gran afición por el teatro, según apuntes del Dr. CS Luis Álvarez Álvarez.
Ese perfil tiene figuras culminantes en Gertrudis Gómez de Avellanada, primera poetisa romántica hispanoamericana, de la primera expresión literaria Espejo de paciencia, escrito durante los primeros años del siglo XVII, por Silvestre de Balboa, y por supuesto del Poeta Nacional Nicolás Guillén.
Aquí nacieron en la otrora Villa de Santa María del Puerto de Príncipe el eminente científico Carlos Juan Finlay Barres, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla, y el filósofo Enrique José Varona, impulsor de la psicología cubana.
En la hora del recuento fundacional este 2 de febrero, aquí estamos los camagüeyanos y camagüeyanas, cautivadores y educados, preservando orgullosos la idiosincrasia forjada en una villa histórica y cultural.
Ray
8/2/22 12:24
Craso error afirmar que Santa María de Puerto Príncipe es "...una de las primeras siete poblaciones fundadas por los conquistadores españoles en Cuba y en América."
En Cuba si, pero en América definitivamente no. Con anterioridad muchas poblaciones fueron fundadas por los españoles en Quisqueya, rebautizada como Santo Domingo, y otros lugares, comenzando por la villa de la Natividad en el propio 1492 con la madera de una de sus carabela, que fue destruida por los aborígenes por los malos tratos recibidos y de la cual Colón solo encontró cenizas al regresar en su segundo viaje.
La colonización de Cuba comenzó veinte años después del descubrimiento, creo que en 1512, y para entonces eran muchas las villas que los españoles habían fundado en América, por lo que la afirmación de que el actual Camagüey es una de las siete primeras fundadas en América es totalmente erronea y sin fundamento.
elia muñoz fernandez
2/2/22 12:12
Hoy nuestra hermosa Villa de Pastores y sombreros cumple 508 años de fundada ,gracias por este recuento historico y como bien dice el periodista Valdes aqui estamos para continuar engrandeciendola y cumplir todo lo necesario para seguir Adelante con nuestra revolucion y seguir batallando con la verguenza que nos enseño el Mayor General Ignacio Agramonte.
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