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martes, 8 de octubre de 2024

Milán ni se amilana, ni se amilanará

En el aniversario 56 de la revista humorística Palante resulta oportuno el reconocimiento a sus colaboradores...

Solanch Cardona Rodríguez en Exclusivo 16/10/2017
1 comentarios
Aniversario-Portada de Palante
La Revista Palante, “ha sido un cronista de incontables momentos históricos del proceso revolucionario y la vida cotidiana”.

En el aniversario 56 de Palante, además de la felicitación a esa destacada revista cubana, también resulta oportuno el reconocimiento a sus colaboradores, entre ellos a Livio Milán Carballeyra, un creador casi olvidado por la historia y a quienes como él han contribuido a situar bien alto al humor gráfico de Cuba en el mundo.

No se puede hablar de la prensa en Cuba si el tópico del humor gráfico no está incluido en el discurso. Personajes inolvidables como El bobo de Eduardo Abela, El loquito de René de la Nuez y Julito 26 de Santiago Armada, entre muchos otros que junto a las firmas de sus creadores prestigiaron las páginas de las diversas publicaciones cubanas, se han convertido en parte del patrimonio cultural de nuestro país, precisamente por haber contribuido a consolidar nuestra identidad nacional.

Entre el cúmulo de revistas y periódicos a mencionar, se destaca Palante como una de las más agudas en la expresión de sentimientos, convicciones y características del pueblo cubano inmerso en la construcción de una sociedad nueva para que el principio del maestro “con todos y para el bien de todos” dejara de ser lema y se convirtiera en ley.

Y es que Palante, como bien refiriera Ares, “ha sido un cronista de incontables momentos históricos del proceso revolucionario y la vida cotidiana: la campaña de alfabetización, la crisis de los misiles, las agresiones yanquis y nuestras respuestas, las proezas laborales, las celebraciones históricas o las vicisitudes del período especial” y los desafíos del siglo XXI.

Por esta razón la felicitación a Palante, en su aniversario 56 de creada este 16 octubre, está más que merecida y también resulta una ocasión propicia para el reconocimiento y agasajo a quienes han contribuido a ubicar esta publicación en el sitio que hoy ostenta.

Muchos han sido sus colaboradores, como Humberto Valdés (Val), Luis Wilson (Wilson), René de la Nuez (Nuez), por solo mencionar algunos de una enorme lista, pero hoy he decidido dedicar mis palabras a uno que tal vez no ha recibido el suficiente reconocimiento que por su obra debiera merecer. Me refiero a Milán, de quien en las búsquedas que esta periodista ha realizado en internet además de su nombre como parte de una enumeración, no he logrado encontrar nada. Sin embargo, cuando revisamos los Palante de algunos años de la década del 80, podemos apreciar que su contribución no fue poca.

Livio Milán Carballeyra Suárez, nacido en La Habana 1948, pero radicado en Santiago de Cuba desde mediados de los años 60, fue un prolífero caricaturista que durante su corta vida realizó alrededor de 40 exposiciones personales y colectivas y colaboró intensamente, además de Palante, con las revistas Verde Olivo y Bohemia; según se registra en esta última La tapa al pomo, un libro que publicara, y que formó parte de los textos de ficción más vendidos en el país durante cinco semanas.

Las obras de Milán fueron expuestas en Brasil, Nicaragua, México, España, Francia, Bélgica, Italia y Japón, donde participaron en numerosas muestras y concursos internacionales a los cuales era insistentemente invitado cada año, según pudo observar esta reportera en las cartas que aún conserva Danubio, uno de sus hermanos.

Danubio, quien con mucha razón lamenta el poco reconocimiento a la obra de Milán, también me mostró una enorme colección de bocetos originales en mediano y pequeño formato, muchos de ellos en francés, los cuales en su conjunto otorgan veracidad a las palabras del profesor de periodismo Enrique Cela, quien afirmó: “La fuerza expresiva de los rasgos hacen que sus dibujos lleguen directamente a la capacidad emotiva popular y provoquen de inmediato las explosiones de risa en unos casos y la sonrisa incontenible en otros. Nada escapa al sentido de observación de Milán y como reflejo surge la crítica oportuna y analítica como respuesta a la solicitud permanente de nuestro Partido hacia los medios de difusión del país. Milán cumple cabalmente su misión periodística con sus caricaturas, tanto de atacar cualquier deficiencia de la vida cotidiana en el servicio o en la gestión administrativa, como en el simple humor que brota de un hecho”.

Precisamente, por estas cualidades fue seleccionado como presidente de la sección humorística de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) santiaguera y sus mayores colaboraciones con la prensa la realizó en el periódico Sierra Maestra, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba de la cuidad héroe. En esas páginas Milán desató con sus dibujos enormes polémicas; entre una de las más conocidas, la del pan, la cual generó durante meses una controversia mediática entre la población y la industria de producción local, en torno a la calidad de ese producto.

Milán y muchos de sus colegas de aquella época cautivan no solo por la originalidad de sus creaciones plásticas sino por la capacidad de síntesisy profundidad periodística bien lograda y el coraje de plantear o enfrentar los problemas y asumir las responsabilidades con seriedad, por paradójico que pudiera parecer esta afirmación, si se tiene en cuenta que uno de los objetivos es provocar risas:

Pero la risa forma parte de la identidad del cubano, es casi uno de los componentes fundamentales de su líquido vital. Entonces, ¿qué mejor manera de llamar a la reflexión social que tocando esta tecla clave de manera ingeniosa y delicada como Milán y los colaboradores de Palante han sabido hacerlo durante 56 años? Sin embargo, es difícil ver en los periódicos provinciales, en su formato impreso o digital, espacios dedicados al humor gráfico.

Y no se trata de un llamado a suplantar los artículos por el simple hecho de buscarle un lugar a los dibujos humorísticos, ni defender el controversial eslogan, en mi opinión equivocado, de que una imagen vale más que mil palabras. Tanto las letras como los fotogramas tienen importancia y una función. Lo importante es saberlos utilizar y combinar de forma adecuada. El propósito es alentar a los caricaturistas a participar de la actividad periodística desde su peculiar estilo, un hecho que funciona de forma efectiva, como bien ha demostrado la historia de la prensa mundial y de nuestro país.

Es conocido como durante el período especial que enfrentó Cuba en la década del 90, las carencias materiales asestaron un duro golpe al humor gráfico, no solo por la pérdida de soporte para mostrarse, sino también a causa de los creadores que dejaron la isla en busca de otros horizontes. Pero, tanto en esa difícil época como en la actualidad, los cubanos siempre hemos buscado alternativas para solucionar los problemas.

La falta de papel no puede ser la justificación. Gracias a las nuevas tecnologías ahora el espacio es la menor de las preocupaciones. Lo que desde mi opinión realmente falta es la motivación, y eso no se obtendrá mientras los caricaturistas vean registrados en las páginas del olvido a colegas que como Milán ya no están físicamente presentes.

Sirva pues el aniversario 56 de Palente como el momento oportuno para felicitar y también reconocer a quienes hacen y han hecho posible cada tirada de la revista, e instar a que la obra de estos hombres no sea olvidada y también para estimular la continuidad y el aumento de la realización de humor gráfico en Cuba, porque sus representantes al igual que Milán en su época, ni se amilanan ni se amilanarán ante los desafíos del actual momento histórico.


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Solanch Cardona Rodríguez

Estudiante de Periodismo

Se han publicado 1 comentarios


Enrique Heras
 22/10/17 22:20

Felicitaciones compañeros de parte del caricaturista Heras,un abrazo.

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