Cuba: viva y pujante en el podio mundial de Naciones Unidas

El mes de septiembre de cada año, los Estados Miembros se reúnen en el Salón de la Asamblea General en la sede en Nueva York para celebrar el período de sesiones anual y su muy visible debate general.

Aunque esta 75º sesión será diferente, a la luz de la crisis sanitaria mundial, ello no impedirá que el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, intervenga en el debate, que de manera virtual se llevará a cabo este 22 de septiembre.

El mandatario cubano ya había hecho uso de la palabra en esta importante cita, en ocasión de celebrarse el Debate General del 73º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, que tuvo lugar en septiembre de 2018.

En aquella ocasión, el otrora Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, comenzó su intervención resaltando la participación de Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas, una historia que se remonta al año 1945, cuando se fundara la organización.

Denunció, la irracionalidad de un mundo cada vez más disparejo y desigual, resultado de Son “del capitalismo, especialmente del imperialismo y el neoliberalismo; del egoísmo y la exclusión que acompaña a ese sistema, y de un paradigma económico, político, social y cultural que privilegia la acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la explotación y miseria de las grandes mayorías”.

Díaz-Canel hizo un llamado de atención a la ausencia de la voluntad política de los países industrializados, quienes tienen el deber moral, la responsabilidad histórica y recursos abundantes para resolver los problemas globales más apremiantes.

Fueron el cambio climático y la cooperación internacional para la promoción y protección de todos los derechos humanos, temas esenciales en el discurso del mandatario cubano.

“Queremos un mundo sin hegemonismos, sin armas nucleares, sin intervencionismos, sin racismo, sin odios nacionales ni religiosos, sin ultrajes a la soberanía de ningún país, con respeto a la independencia y a la libre determinación de los pueblos, sin modelos universales que no consideran para nada las tradiciones y la cultura de todos los componentes de la humanidad, sin crueles bloqueos que matan a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, como bombas atómicas silenciosas”, puntualizó Díaz-Canel.

Un punto especial en la intervención del líder cubano estuvo dedicado a la situación de boicot  que atraviesa “Nuestra América”, escenario de persistentes amenazas.

Entonces Díaz-Canel aseguraba que “la actual administración estadounidense ha proclamado la vigencia de la Doctrina Monroe y en un nuevo despliegue de su política imperial en la región”.

Una realidad de la cual Cuba no está exenta, en un escenario donde “el elemento esencial y definitorio de la relación bilateral entra Cuba y Estados Unidos, sigue siendo el bloqueo, que pretende estrangular la economía cubana, con el propósito de generar penuria y alterar el orden constitucional. Se trata de una política cruel, que castiga a las familias cubanas y a toda la Nación”.

“La Cuba en nombre de la cual hablo hoy es orgullosa continuadora de esa política independiente, soberana, fraternal y solidaria con los pobres de la tierra”, expresó Díaz-Canel en los momentos finales de su intervención.

Se despidió con “la esperanza de que las nobles aspiraciones de la mayoría de la Humanidad terminen por realizarse antes de que nuevas generaciones vengan a ocupar este podio reclamando lo mismo que hoy reclamamos nosotros y ayer reclamaron nuestros históricos predecesores”.

Este 22 de septiembre, el mandatario cubano volverá a alzar su voz en la ONU. Será el séptimo orador de la sesión de la mañana en el día de apertura del importante evento.

Una vez más la Revolución Cubana llegará “viva y pujante, fiel a sus principios” hasta el podio mundial de las Naciones Unidas.