Humo negro por un "Habemus papam"

Luego de que el pasado 28 de febrero el Papa Benedicto XVI renunciara a su cargo frente a la Iglesia, ha llegado el esperado momento en que la Capilla Sixtina enfrenta el reto de la elección del sucesor de San Pedro. En cinco siglos, ningún pontífice había dimitido, por lo que la decisión por parte de Joseph Ratzinger provocó consternación y polémicas a nivel internacional, así como el asombro del Vaticano.  

“El mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, necesita tanto el vigor del cuerpo, como del espíritu; vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma, que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”, declaró Ratzinger en el anuncio de su decisión.

Desde este 12 de marzo, 115 cardenales de unos 50 países elegirán al nuevo pontífice, el número 266 en la historia de la Iglesia. Cuando en el año 2005 ocurrió la elección de Benedicto XVI; bastaron cuatro votaciones para llegar al acuerdo: un día después del comienzo del cónclave, ya Ratzinger se había convertido en Papa.

Sin embargo, ¿ocurrirá lo mismo en esta ocasión? Como resultado de la primera votación, esta tarde el mundo ha visto salir humo negro desde la misma estufa que se utiliza desde el cónclave de 1939, lo que significa que aún no hay conformidad con la decisión.

¿UN PAPA LATINOAMERICANO?

La probabilidad de que este año el papado pueda ser asumido por un cardenal latinoamericano existe, pero lo cierto es que en la historia de la Iglesia este cargo no había estado en manos de un cardenal que no fuese europeo.

Cuando al cardenal Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, le preguntaron si había llegado el momento para que se seleccionara un papa americano o africano, el cardenal franciscano respondió: “Dios entiende todos los idiomas y conoce todos los colores de las caras, por lo que la procedencia no tiene importancia”.

Entre los cardenales con mayores posibilidades de llegar a ser Papa están el italiano Angelo Scola, de 71 años, arzobispo de Milán; el brasileño Pedro Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo; el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, y el arzobispo de Boston, el capuchino Sean O’Malley.

El país con más número de electores es Italia (28), seguido de EE.UU. (10), Alemania (6), Brasil, India y España, todos con cinco.

Ahora bien, aunque Europa constituye el continente con mayor número de cardenales electores (60), por delante de Latinoamérica (19), América del Norte (14), África (11), Asia (10) y Oceanía (1 cardenal elector), muchos consideran que podrían existir amplias posibilidades para iglesias más dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana.

Las reuniones a puerta cerrada y las señales salientes de la Capilla Sixtina tendrán la última palabra.

¿CÓMO SE ELIGE UN PAPA?

Desde 1059, en el órgano elector solo pueden votar todos los cardenales menores de 80 años, sin llegar a la cifra de 120 electores.

En un entorno alejado de cualquier vía de comunicación, como teléfonos móviles, Internet, periódicos o televisión, ellos protagonizan una primera votación llamada “de sondeo” y luego cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde.

Los resultados de las elecciones son dados a conocer en cada turno. En la misma estufa que se ha utilizado desde al cónclave del año 1939, cuando fue elegido Papa Pío XII, se queman las papeletas de las votaciones y una fumata blanca anuncia al mundo que la Iglesia Católica tiene nuevo Papa, mientras que las fumatas negras indican que todavía no hay acuerdo.

Para ser elegido Papa, los candidatos deben conseguir un apoyo de dos tercios de los cardenales. Si se llega a la votación número 34 y ninguno de los candidatos ha conseguido un apoyo de dos tercios de los cardenales, se restringe la lista de candidatos a los dos más votados en la votación previa y uno de ellos saldrá elegido si obtiene "al menos los dos tercios de los votos" de los cardenales presentes y votantes.