Udaipur: la Venecia del Este

La pintan de blanco al hablar y es reconocida en la India como La ciudad de los lagos… Realmente me gustó más escuchar al guía que nos condujo llamándola la Venecia del Este. Udaipur fue mi destino días atrás y valió la pena, incluso, el viaje en tren.

Empecemos entonces por el principio. Doce horas de ida y doce de vuelta. Ya había leído que no se puede dejar de vivir la experiencia en este medio de transporte en la India. Fue en el Mewar Express, y tal vez eso marque cierta diferencia, en dependencia de la clase. Aire acondicionado, sí, pero como todo tren, incómodo. Pequeños cubículos en el vagón con capacidad para ocho personas. Cada una tiene derecho a un asiento que se convierte luego en una especie de cama rígida, dispuesta una al lado de otra, tipo literas, con el mínimo espacio entre ellas. Siempre me tocó la de arriba, pegada al techo, y aun así, no pude dormir. La gente habla, ronca, come, protesta, camina de un cubículo a otro en el vagón. Los vendedores pasillean todo el rato mientras pregonan: té chai, papas fritas, sopa, dulces… Los baños, insufribles, como todo tren. Y aunque dudamos de la pulcritud de las sábanas, la almohada y la colcha que te entregan, al final te envuelves en todo eso para escapar de ruidos y luces, aunque no lo logres.

Lo bueno de la ida es la emoción al arribar a una ciudad nueva. Udaipur fue fundada en 1512 por el marajá Udai Sing II. Uno de sus sitios más atractivos es La ciudad de los palacios, City Palace. Es majestuosa, y está a orillas del lago Pichola, el más grande de todos los lagos artificiales de esta ciudad, a los que se suma el Fateh Sagar, el Udai Sagar y el Swarup Sagar.

Al lago también fuimos y la experiencia fue doble, porque montamos en bote y fuimos hasta el centro. Entre 1743 y 1746 se construyó en el islote denominado Jag Niwas el palacio real de verano que hoy día es un lujoso hotel.

 Muchas fotos durante la travesía, y el asombro al ver cómo se deslizan de las escaleras laterales algunas personas que quieren disfrutar de un baño en las orillas del lago. Allí se encuentra el Hotel Lake Palace (Palacio del Lago), un lujoso palacio en el cual se filmó parte de la película del agente 007, James Bond, Octopusy.

El regreso fue tres días después, luego de una estancia  pacífica en el hostel Atulya, y la idea de llegar a dormir me esperanzaba. A decir verdad fueron pocos los días y los recorridos organizados, pero tuve la impresión de que Udaipur es una ciudad limpia, y sus habitantes se enorgullecen de ello.

¿Que si tuve otra experiencia emocionante en Udaipur? Pues claro!!!! El elefante en Jaipur y el camello en Udaipur…

Esta vez fue Gobind, con cinco años de edad. Al borde del lago cuatro camellos, decorados y “vestidos”, esperan por los turistas para recorrer apenas 500 metros ida y vuelta. Pensé que al montarlo estaba contribuyendo a la misma cadena de explotación a la que someten a Shampa, pero no pude resistirme. Los camellos soportan más el calor, y su dueño me dijo que toman 20 litros de agua diario y se mantienen comiendo hierba a cada rato. Fue indescriptible la vivencia, y esta vez Zamon Eshonkulov, de Uzbekistán, fue mi compañero en la aventura…