La ciudad rosada de la India

Le dicen la ciudad rosada de la India porque fue construida en estuco de este color para imitar la arenisca. Confieso que vi pocos edificios pintados de ese color, excepto los históricos, aunque supe que se ha retocado la ciudad varias veces para recibir a visitantes ilustres y desde entonces el rosado simboliza la hospitalidad allí.

Jaipur, la capital del estado de Rajastán, fue fundada en 1728 por el maharajá Sawai Jai Singh, gobernante de Amber. Atesora mucha historia y palacios que no pueden escapar del lente fotográfico de los turistas y curiosos. “Disfruta tu viaje a Jaipur”, me dijeron y tal vez no pude hacerlo como hubiera querido porque apenas dos días no son suficientes. Aun así, pude apreciar la belleza arquitectónica de algunos símbolos de la ciudad.

La primera parada fue en el Birla Temple, conocido como templo de Lakshmi Narayan, el cual está dedicado al Señor Vishnu y a la Diosa Lakshmi. Es un magnifico símbolo arquitectónico de Jaipur. Está construido en mármol blanco puro y tiene ídolos de estos dioses y otras deidades hindúes. También encontramos a Sócrates, Buda, Zarathustra y Confucio. Disfrutar de los bellos jardines que lo rodean es parte de la visita.

El Jal Mahal, por ejemplo, es un palacio situado en medio del lago de Man Sagar en la ciudad de Jaipur. Preciosas las fotos con esta edificación detrás pero es lamentable saber que el lago está contaminado y el palacio deshabitado y sin recibir mantenimiento hace décadas.

El Fuerte Amber es imponente. Es una construcción que funde la fortaleza militar con un conjunto de palacios, escrupulosamente decorados. El guía nos explicó que fue originalmente construida por los Meenas, quienes le consagraron la ciudad a Amba, la diosa madre. Está situado en una colina que lo hace lucir majestuoso, y su piedra arenisca roja y su mármol blanco deslumbran. Muchos pasillos laberínticos en su interior y una gran plazoleta en el centro de los palacios en la que pululan los vendedores de sombrillas, maderas talladas, bolsos, manteles y pullovers.

Al Fuerte Amber se puede llegar a pie, aunque en esta época del año no es recomendable. Los “paquetes” turísticos pueden incluir la bajada del bus y la subida en jeep por un camino tortuoso y un poco más largo. Los atrevidos, entre los que me incluyo, no dejamos escapar la oportunidad de ascender al fuerte en un elefante. ¡Sí, fue posible!  Y prometo que ese será el “plato fuerte” de mi próximo artículo.

Al otro día fue preciso organizar el tiempo para visitar a City Palace. En este lugar se encuentran los palacios Chandra Mahal, en cuyos locales se aprecian piezas con valor museístico, y el Mubarak Mahal junto con otras construcciones. Enormes patios, jardines y preciosas fachadas despiertan la atención, y te nutres de siglos de leyendas de marajás.

En la galería de arte muchos artistas esperan por tu mirada curiosa…Ellos toman finos pinceles y dibujan ancestrales diseños en pieles de camellos, en papeles especiales, con destreza y fineza. Algunos me hablan en español, “porque luces de España”, y otros me hablan en italiano. Hay otros que venden caras joyas, cerámicas, zapatos…Es un lugar turístico, “se mira y no se toca”.

Jaipur, me dijeron, es también un buen destino para compras. La verdad es que no noté grandes diferencias con los precios de Delhi, y solo aproveché mi recorrido por el Buda Market para hacerme un tatuaje temporal con tinta vegetal de henna, como es frecuente aquí.

Jaipur todavía me dejó insatisfecha. Tal vez porque sentí la presión del tiempo y la abundancia de información cultural, histórica y artística.