A mí me mata el teatro

"El privilegio del actor es poder vivir mil vidas en una sola". Así me dijo el actor Fernando Hechavarría cuando le pregunté por su cabello rubio, habiéndolo visto antes en la película Leontina, de Rudy Mora, como mulato, con trenzas en el cráneo. "Tuve el pelo negro en la telenovela Tierra Brava y cambiaré mi aspecto físico, en la medida de lo posible, cuantas veces lo requiera un personaje. Yo me concentro mucho en cada uno y me entrego en cuerpo y alma".

- Será por eso que una vez, delante de mí, escuché a un editor decir que eras como una máquina, capaz de retomar cada escena tal y como la dejaste...

- Es posible, pero eso se debe al entrenamiento.  Para mí es algo natural porque siempre enfrento el trabajo con la misma seriedad. Le entrego alma, corazón y vida a lo que hago. Estoy muy atento al macheo, a dónde me quedé antes de cortar la escena, la emoción dónde está, y eso me facilita el proceso de empatar las escenas, que a un editor le favorece.

- ¿Es uno de tus consejos para tus alumnos?             

- Ese es uno de muchos. Les hablo también de la ética, porque  nuestra sociedad ha sufrido un golpe duro con este tema. Quizás la economía pueda consolidarse en 10 o 15 años pero cuesta más restablecer los valores éticos y mis estudiantes deben cultivarse en ellos también.

 "Les conduzco, además, hacia la excelencia actoral. Pienso que se logra si cada uno entiende que, aunque tenga paradigmas, es un mundo independiente y por tanto, no debe imitar a nadie".

- Cine, televisión...pero ante todo el teatro, ¿verdad?

- Sí, sin dudas porque lo que me mata es el teatro. Es la matriz, como eso no hay nada…Te da el contacto directo con el público, la posibilidad de buscar todos los resortes expresivos  que tengas para defender un personaje desde el principio y hasta el final, porque una vez que sales a escena no hay manera de enmendar un error. Cada noche, cada día es una experiencia nueva.

"Yo vengo del Escambray, una escuela extraordinaria a la que le agradezco mucho, y antes fui alumno de los soviéticos. Stanislaskiano absoluto, luego pasé al Escambray y de momento llegué al Teatro El Público...Cada paso ha sido un enriquecimiento profundo. Cine, televisión, teatro...me queda la radio, tengo una deuda enorme con la radio. Es que me atrae pero me aterra".

- ¿Dónde quedó el Fernando Hechavarría pintor, escultor...?

- Soy un fanático de las artes plásticas desde niño pero ya no puedo hacerlo con frecuencia. Ya no tengo tiempo, la actuación es muy absorbente y las artes plásticas también. A veces hago algún boceto pero nada más.

"Unos amigos me propusieron que lo hiciera porque dibujaba en mis libretas, y la Academia de Artes Plásticas de Holguín quedaba al lado de mi escuela primaria. Tuve excelentes profesores como Paneca, que me instó a hacer una prueba de actuación porque vio en mí aptitudes para el diseño, la escultura y la pintura pero quiso que mi potencial de actor no se desperdiciara. Y se lo agradezco".

- ¿Nunca incursionarás en el humor?

- Soy un actor básicamente dramático pero la comedia inteligente me atrae mucho, lo he hecho alguna vez con Osvaldo Doimeadiós y Carlos Díaz, pero nada de manera continuada. En algún momento tendré que dar un salto, tengo el valor suficiente para aceptar una comedia musical, por ejemplo. Sería bueno intentarlo.

"Por ahora, terminé una telenovela con Ernesto Fiallo y estuve con Luberta en una serie para la televisión sobre la lucha contra bandidos. Espero otros proyectos...Ya sabes, el privilegio del actor".