Por: Yinet Jiménez Hernández y Claudia Yera Jaime

Nos hablan de ciudades sostenibles, de plena armonía con el entorno natural, donde su gente piensa con sumo compromiso en minimizar la huella ecológica. Pero nos hemos acostumbrado a verlo lejos, como ficción novelesca. Nos hablan de centros ecofriendly: la basura transformada en nuevos productos; los actos contaminantes juzgados como imperdonables pecados; el culto a una filosofía de vida ecológica, sana, ética y feliz...

Ese es el futuro viable y seguro, en que la ciencia y la conciencia convierten la tecnología y el desarrollo en defensores de la vida. Hoy, motivados por la responsabilidad social, los científicos de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV) anuncian las proyecciones del primer plantel ecológico del país en la enseñanza superior.

«Universidad verde» tiene como premisas el impacto en los procesos formativos de la comunidad, para irrigar una cultura de desarrollo sostenible, la generación de soluciones innovadoras y el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Ya es una meta que comienza a dar sus primeros frutos.

Las universidades cubanas deben y tienen que impulsar el cambio. Pero, ¿cómo producir toda la energía que consumen? ¿De qué manera utilizarla? ¿Lograrán articular ciclos cerrados de procesos en los que el reciclaje juegue un papel fundamental? ¿Aceptarán los retos de una agricultura completamente ecológica?

Y lo más difícil, desde la educación y la cotidianidad, ¿cómo modelar la mentalidad de una gran comunidad con una idiosincrasia desapegada a rutinas medioambentalistas?

DESARROLLO Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA

«La idea de Universidad verde es el resumen del actuar de nuestra institución en la última década. Este centro tiene un caudal de investigaciones que intentan lograr la sostenibilidad ambiental plena. Ahora queremos volcar esos resultados hacia lo interno», explicó el Dr. Manuel Alejandro Rubio Rodríguez, director del Centro de Estudios Energéticos y Tecnologías Ambientales, de la Facultad de Ingeniería Mecánica.

Por su parte, la Dra. Elena Rosa Domínguez, líder de la línea científica de Protección ambiental para el desarrollo sostenible en la UCLV, cree que el éxito del concepto descansa en la capacidad de la casa de altos estudios para integrar todas sus áreas del conocimiento. «Hoy la ciencia es interdisciplinaria. Casi nunca logramos un resultado si no trabajamos en colaboración».

Dichas alianzas no excluyen los sectores productivos cubanos, principio que rige la consecución de los objetivos. Rubio destacó que las iniciativas del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) devinieron un acontecimiento sin precedentes en la isla: haber construido el primer parque fotovoltaico en predios de una universidad cubana.

«Aunque esta instalación pertenece a la Unión Eléctrica (UNE) y tributa directamente al sistema electroenergético nacional, nuestros ingenieros del área la utilizan como unidad docente. En la presente etapa buscamos financiamiento para la construcción de otros parques fotovoltaicos que en un futuro estarían conectados al sistema eléctrico de la universidad», concluye.

La Dra. Alina Montero Torres, directora de Internacionalización, insiste en que no puede obviarse el papel de las alianzas. Varias líneas de trabajo han crecido al amparo de programas de la Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas (ONU), la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación de Gestión de Hábitat (Cosude), la Agencia Universitaria de la Francofonía (AUF), el Consejo de Universidades Flamencas de Bélgica (VLIR), entre otros.

«Aspiramos a conjugar en la UCLV ciencia de alto nivel, desarrollo tecnológico, producción, venta e ingresos, un modelo de ciclo cerrado medioambientalmente amigable», enfatizó el Dr.C. José Fernando Martirena, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales.

Martirena, conocido mundialmente por su liderazgo en la producción del cemento LC3, añadió que desde la Universidad también se trabaja en el reciclaje de residuos sólidos con la peculiaridad de que el producto fi nal sea de mayor calidad que el que se re-cicla.

La Dra. Mabel Moré Estupiñán, metodóloga de la Dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación, insistió en la importancia del perfeccionamiento de la educación medioambiental para el desarrollo sostenible en los nuevos planes de estudio que se crean en los ministerios de Educación.Tal como asegura la profesora Moré, todo plan de acción debe regirse por un modelo pedagógico que abrace la protección medioambiental y el enfrentamiento al cambio climático.

Universidad verde es la primera esperanza de tener una pequeña ciudad sostenible en Cuba, en plena armonía con el entorno natural, donde su gente obre con ciencia y conciencia. Entonces, el ecologismo, los centros ecofriendly y el culto a una filosofía de vida ecológica, ya no nos sonarán tan lejanos.