martes, 24 de septiembre de 2024

El toque de Mona Lisa

Un nuevo tratamiento no quirúrgico y no farmacológico promete mejorar el bienestar íntimo y la salud sexual de las mujeres en la etapa perimenopáusica...

Aileen Infante Vigil-Escalera en Exclusivo 19/10/2016
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Arribar a la mediana edad representa para las mujeres transitar por cambios hormonales considerables como el climaterio, que repercute en forma variable en la respuesta sexual femenina, generando una afectación tanto en la esfera biológica como en la psicológica y en su comportamiento.

El Síndrome genito urinario de la menopausia es una de sus manifestaciones más comunes. Hasta hace poco tiempo conocido como atrofia vulvo vaginal, responde a un conjunto de síntomas y signos asociados con la disminución de niveles de estrógeno, que pueden involucrar a los labios mayores/menores, introito, clítoris, vagina, uretra y vejiga.

Según explicó la Doctora Blanca Rosa Manzano Ovies, durante el recién finalizado XVI Congreso de la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, entre sus principales manifestaciones destacan adelgazamiento del epitelio o mucosa, disminución de la vascularización, aumento del pH y la disminución de las colonias de lactobacilos que habitan en la vagina, impidiendo, entre otros, la presencia de microorganismos.

Como consecuencia, quienes lo padecen pueden presentar trofismos vaginales y debilitamiento del suelo pélvico, los cuales, a su vez, son importantes causas de disfunción sexual en las mujeres perimenopausicas, aunque no son síntomas exclusivos de esta etapa.

A la consulta de la doctora Liliam Delgado, especialista del capitalino Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, arriban con mucha frecuencia pacientes con incontinencia urinaria o disfunciones sexuales asociadas a esta misma sintomatología. Entre las más comunes sobresalen:

Trastornos de la excitación sexual, disfunción de la excitación sexual genital, disfunción subjetiva de la excitación sexual, disfunción combinada de excitación sexual genital y subjetiva, trastorno de excitación sexual persistente, disfunción orgásmica, dispareunia –coito doloroso–, vaginismo –espasmo involuntario de la musculatura que rodea la vagina al intentar el coito y que imposibilita la penetración–, o trastorno de aversión sexual.

En la mayoría de los casos, precisa, aun cuando su situación es reversible o tratable, las mujeres con síntomas de disfunción sexual durante esta etapa también sufren de abandono parental, divorcio o violencia doméstica. Sin obviar los problemas que estos factores ocasionan al desarrollo satisfactorio de futuras relaciones de pareja.

Al respecto ambas especialistas explican que existen varios tratamientos con los cuales se logra una parcial e incluso total mejoría, de acuerdo con las características de cada paciente y la manera en que cada una enfrenta la afección. “Al ser el resultado de cambios hormonales propios de la etapa es muy difícil establecer un patrón único para su atención”, explicaron.

No obstante, una nueva tecnología de procedencia italiana, implementada recientemente en nuestro país, pudiera ser la solución para muchas de ellas.

MonaLisa Touch, la nueva terapia láser para la prevención y el cuidado del bienestar íntimo de las mujeres, se presenta, como la solución no quirúrgica y no farmacológica más eficaz para prevenir y tratar la atrofia vaginal y sus consecuencias.

LÁSER DE CO2: BENEFICIOS QUE SE IMPONEN

Según la doctora Delgado, al frente de uno de los cuatro equipos con esta tecnología existente en el país –en La Habana operan dos, uno de ellos en el González Coro–, MonaLisa es un tratamiento de rejuvenecimiento vaginal funcional basado en un exclusivo sistema láser a dióxido de carbono (CO2) fraccionado, diseñado exclusivamente para tratar la mucosa vaginal.

El mismo previene y resuelve los efectos de la disminución de estrógenos en los tejidos vaginales reactivando la producción de nuevo colágeno y restableciendo las condiciones de la mucosa vaginal características de la edad fértil.

“No solo tributa a la síntesis de colágenos, sino también de ácido hialurónico, glicosaminoglicanos y proteoglicanos, los cuales garantizan la obtención de una mucosa hidratada y favorecen la restauración del correcto trofismo de los tejidos, permitiendo recuperar todas las funcionalidades propias de un tejido sano y más joven”, agregó Manzano Ovies.

Entre sus beneficios más inmediatos –según las referencias internacionales puesto que en Cuba se emplea esta tecnología solamente desde el mes de julio y aún es muy pronto para emitir una valoración al respecto–, mejora la lubricación y contrarresta el repliegue del útero, obteniéndose, al menos, una restauración del 50 por ciento con respecto a su condición original.

Pero, a pesar de sus múltiples beneficios, existen condicionantes para su uso ya que el láser está contraindicado en pacientes con infecciones ginecológicas, y, según Delgado, los estudios han demostrado que las terapias no son efectivas en estos casos.

Fuera de estas limitantes, y de las tecnológicas con las que laboran –no se dispone del suficiente material para atender a más de cuatro pacientes por día–, a su consulta acuden cada semana numerosos casos.

“Hasta el momento, y de acuerdo con los informes de cada proceder, los resultados son muy alentadores y las mejorías inmediatas, en cuanto se aplica la primera de las tres sesiones establecidas”, agregó Delgado.

Aun cuando la alternativa farmacológica representa un importante método –único posible en algunos casos–, ambas doctoras se suman al criterio que vaticina un futuro prometedor y más pleno para las mujeres en la etapa perimenopáusica gracias a estas novedosas tecnologías láser.


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Aileen Infante Vigil-Escalera


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