La manipulación a otros implica abuso de poder utilizando elementos discursivos para controlar la cognición, los afectos y el comportamiento de una o varias personas. Puede confundirse con otros procesos similares como la argumentación y la persuasión, aunque no son lo mismo.
La argumentación, la persuasión y la manipulación pueden tener la forma de mensaje oral o escrito y en términos muy generales se emplean para defender una idea o una actitud y demostrar la indudable razón que le asiste a quien argumenta, trata de persuadir o manipular y por eso es muy fácil confundirlas. Pero se diferencian por la finalidad que busca cada una, así como por otros elementos.
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DIFERENCIAS ENTRE ARGUMENTACIÓN, PERSUASIÓN Y MANIPULACIÓN
Una argumentación consiste en una actividad donde se le da lógica y coherencia a una idea para poder defenderla. Es cuando se establece un razonamiento con un fin determinado como es justificar o refutar cualquier argumento.
La persuasión tiene una finalidad más y no solo se utiliza para defender o refutar una idea, sino que está orientado a modificar la conducta del interlocutor.
Pero la manipulación es cuando el tema se utiliza para modificar o dirigir la conducta del interlocutor, pero con base en dos elementos y finalidades principales, lo que se traduce en dominación y puede ser muy sutil, generalmente pasa desapercibida, y tiene como resultado el favorecer los intereses de la parte manipuladora y hasta tal vez perjudicar los de la otra. Como sucede cuando un superior o un compañero de trabajo intenta influir en la conducta de un trabajador tratando de indisponerlo contra un tercero que no es de su agrado. Y entonces el influido, el manipulado, se enemista sin razón aparente contra esa persona y se gana una enemistad que no es suya sino de quien lo ha manipulado y puede hasta traerle determinado perjuicio sobre todo si la otra parte cuenta con recursos para defenderse.
Por eso la manipulación consiste en poder impactar e influir tanto en los esquemas mentales como en los comportamientos de una persona o de todo un colectivo según los intereses del manipulador.
Existe algunas estrategias de manipulación en las que podemos ser víctimas sin darnos cuenta, sobre todo en nuestras relaciones interpersonales.
La persuasión es la búsqueda de influenciar en la conducta de otra persona dejando claras las intenciones. La manipulación es la intención de influir, pero, eso sí, sin mostrar las intenciones. Persuadir está bien. Manipular está mal.
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TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN
Una de ellas es jugar con los sentimientos y las emociones, controlando la capacidad afectiva; es una de las herramientas más potentes porque hace que los manipulados reafirmen sus criterios sin que necesariamente la parte manipulada haya pasado por un razonamiento lógico, reflexivo o crítico.
Otra de ellas es simplificar el mensaje e incluir afirmaciones rotundas controlando los elementos cognitivos capaces de procesar y comprender un mensaje. Es cuando se utilizan suposiciones rápidas y concluyentes que no dan la posibilidad de realizar análisis profundos, lo cual es básicamente entorpecer con intencionalidad la comprensión del argumento. En estos casos se afirma sin dejar margen para la duda de que fulano es un sinvergüenza, un aprovechado, una mala persona, etc.
También se utiliza recurrir a lo que supuestamente dice o piensa una autoridad, como puede ser el director, un dirigente de la empresa o un vecino influyente, una persona que se reconoce socialmente como una autoridad competente. Esto es útil pues con frecuencia se consideran más a las opiniones de alguien que se encuentra en una posición de poder. Su eficacia depende del contexto en el que se desenvuelve el grupo o la persona manipulada. Cuando una situación determinada se reduce a lo que hace, dice o piensa una sola persona o un solo grupo de personas, escondiendo todas las otras variables, agentes o grupos que también influyen se contribuye a que el comentario se generalice. Un ejemplo lo encontramos en los casos que se dan cuando determinado acto fue realizado por un “perturbado mental” con lo cual se nos induce a temer su amistad. Se omite como el resultado del conflicto es, por ejemplo, debido a una injusticia laboral.
También endilgar un estereotipo, como designar a alguien como un irresponsable, una mala persona, etc.; esto se atribuye de manera simplificada y casi automática a determinada persona y es útil como técnica de persuasión porque permiten controlar valores y juicios sin tener que justificar profundamente los argumentos y sin permitir que el manipulado se lo pregunte realmente, es decir, no favorece su interés por una información veraz y reflexiva.
CONSEGUIR EL OBJETIVO
En fin, que el manipulador, utilizando con conocimiento de causa o solo por intuición determinadas técnicas de manipulación, puede convertir al infeliz manipulado en un dócil instrumento que volverá contra quien desee, bien sea un compañero de trabajo o un simple vecino.
Lena
2/8/22 7:57
Este artículo está tremedamente bueno.
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