Existen personas que dedican determinado tiempo a pensamientos que le producen estrés o intranquilidad, pero eso no significa que se le considere un serio problema en su vida diaria, pero en otros casos sí. Por eso es necesario entender los mecanismos de aparición de esos incómodos pensamientos, pues así se les restará poder.
En muchos casos los pensamientos negativos no son en sí un problema psicológico; constituyen tan solo el reflejo de un mundo en el que muchas veces las cosas no salen como quisiéramos o como lo hemos pensado.
De modo general, el mundo no está diseñado para encajar con nuestros intereses, gustos y preferencias en todos los momentos del día; los procesos mentales, que en gran parte escapan a nuestro control, reflejan esa diversidad de experiencias que no tienen por qué corresponderse con nuestros gustos.
CUANDO SON REALES
No obstante, hay situaciones en las que los pensamientos negativos y generadores de malestar son parte de un problema real que atañe a la persona. Esto sucede particularmente cuando pasan a ser, además, pensamientos perturbadores que nos vienen a la cabeza una y otra vez a pesar del malestar que producen.
Quien considera que el malestar producido por los pensamientos negativos no llega a constituir un problema que merezca asistencia psicológica, puede optar por introducir algunos cambios en su día a día, además de intentar resolver el problema que le angustia.
Aquí encontrarás un grupo de los más importantes y fáciles de aplicar, aunque se debe tener en cuenta que lograr un control absoluto de los pensamientos es imposible, tanto para lo bueno como para lo menos bueno.
UN BUEN HORARIO DE SUEÑO
Es necesario llevar un horario de sueño bien definido. Uno de los momentos en los que los pensamientos negativos causan más trastornos es cuando estamos intentando conciliar el sueño, sin apenas estímulos sensoriales externos que nos distraigan hacia otros pensamientos y sin la predisposición a preocuparnos.
Para eliminar las posibilidades de tener problemas en este momento del día es importante tener un horario de sueño bien definido y, si notamos que nos cuesta dormirnos debido a esos pensamientos, debemos salir de la cama durante 15 o 20 minutos y realizar alguna actividad capaz de relajarnos y sin gran exigencia física o intelectual antes de volver a intentar quedarnos dormidos.
Otra posibilidad es tener preparados gratos pensamientos, aunque solo fuesen imaginarios o de felices momentos pasados, para tenerlos a nuestra entera disposición mental a la hora de intentar quedarnos dormidos.
CAMBIAR DE ACTIVIDAD Y UNA VIDA SALUDABLE
Cuando notes que estás en un estado ansioso incómodo, realiza una actividad sencilla que te permita centrar tu atención en metas a corto plazo y sin grandes complejidades, como puede ser salir a correr, leer, meditar, etc.
También es necesario mantener un estilo de vida saludable en todo sentido, pues las personas en buen estado físico tienen una predisposición menor a sufrir problemas con emociones inquietantes. Se debe comer razonablemente sano, hacer ejercicio regularmente, aunque sea dentro de la casa, mantener un peso adecuado, no practicar adicciones tóxicas y cuidar de uno mismo en general.
CUANDO ES DEMASIADO
Si el problema es más serio y la angustia resultara intolerable por problemas reales a lo que no se le encuentra solución, y sobre todo por problemas sin una base real, se debe asistir a la consulta de un especialista.
Ninguna de estas recomendaciones es tiempo perdido, pues sus efectos psicológicos beneficiosos se percibirán en muy poco tiempo y además permitirían concentrarse y rendir mejor a la hora de realizar las tareas y responsabilidades de todos los días y hasta proponerse nuevas metas a alcanzar en la vida.
Hermes
8/9/21 10:52
Ami también pero por celos entre hermanos
Luis
7/9/21 12:51
Soy muy celoso. Y como esos pensamientos negativos me hacen sufrir
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