Cáncer de próstata agresivo y exceso de grasa corporal

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30; sobrepeso cuando se encuentra entre 25 y 29,9. Este IMC se obtiene dividiendo el peso en kilogramos entre su talla. La estatura del individuo es expresada en metro y fracción elevada al cuadrado.

También se considera que existe obesidad cuando el perímetro abdominal en hombres es igual o mayor a 102 centímetros; y en mujeres, igual o mayor a 88 centímetros.

LOS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

El estudio fue realizado en Harvard y publicado recientemente en Cancer, revista de la American Cancer Society.

En este primer estudio, donde se vincula la distribución de la grasa corporal y el riesgo de cáncer de próstata, los investigadores encontraron que los niveles más altos de grasa abdominal y del muslo se asocian con un mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo.

Incluso, cuando se analizaron por separado a los hombres con un IMC alto en relación con un IMC bajo, en primer lugar se mantuvo la asociación entre la grasa visceral o abdominal y el cáncer de próstata avanzado y fatal, siendo incluso más fuerte entre los hombres que tuvieran un IMC más bajo.

Los resultados de esta investigación aportan una mejor comprensión de la relación entre la obesidad, fundamentalmente abdominal, y el cáncer de próstata, y facilitan nuevas perspectivas para el tratamiento.

Ya se había demostrado cómo la obesidad se relacionaba con un riesgo elevado de cáncer de próstata más agresivo y de un pronóstico después del diagnóstico, pero ahora se demuestra que la distribución específica de la grasa en el cuerpo puede ser un factor también muy importante.

EN QUÉ CONSISTE ESTE ESTUDIO

Se analizó la distribución de la grasa corporal utilizando la tomografía axial computarizada (TAC) y se evaluó el riesgo de ser diagnosticados y de morir por cáncer de próstata entre 1832 hombres islandeses que fueron seguidos hasta por 13 años.

Presencia de un tumor dentro de la glándula prostática que comprime la uretra. (Ilustración: lavanguardia.com/Shutterstock).

Durante el estudio, 172 hombres desarrollaron cáncer de próstata y 31 murieron a causa de la enfermedad. La mayor acumulación de grasa en áreas específicas, como la grasa visceral localizada en el abdomen y la que rodea los órganos, y la grasa subcutánea del muslo, situada inmediatamente debajo de la piel, se relacionó con el riesgo de cáncer de próstata avanzado y mortal.

El IMC alto y la circunferencia de la cintura alta también se asociaron con mayores riesgos de este peligroso tipo de cáncer de próstata.

LAS PRECISIONES AYUDAN

Resulta necesario identificar la distribución de la grasa relacionada con el mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo pues puede ayudar a aclarar los mecanismos que vinculan la obesidad con esta agresiva enfermedad e identificar a los hombres susceptibles de padecerla para así recibir orientaciones de prevención.

La distribución de la grasa en estos casos puede pronosticar de manera importante la posibilidad de un cáncer de próstata de este tipo, pues resulta de utilidad como identificador para los medios metabólicos, hormonales e inflamatorios que desempeñan un importante papel en la cancerización de la próstata.

La grasa visceral se relaciona con los factores que pueden influir en la progresión del cáncer de próstata; inversamente con la hormona testosterona biodisponible y la adiponectina, y se vincula más fuertemente con la resistencia a la insulina y las citoquinas proinflamatorias cuando se compara con la grasa subcutánea en otras localizaciones corporales.

Cambios favorables en el estilo de vida, como la dieta saludable y el sano e importante ejercicio, ambos factores conducentes a la pérdida de grasa en el organismo, sobre todo la de los barrigones, también pueden reducir el riesgo las probabilidades de cáncer de próstata. Es mejor precaver…