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viernes, 22 de noviembre de 2024

Las críticas de Sinéad O'Connor al negocio de la música  (II)

La  industria musical  mainstream demostró su hegemonía al diluir en otra  moda  lo que fue un acto rebelde  contra el sometimiento y la sexualización...

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 10/08/2023
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La industria musical mainstream demostró su hegemonía al diluir en otra moda lo que fue un acto rebelde contra el sometimiento y la sexualización…

La  industria musical  mainstream demostró su hegemonía al diluir en otra  moda  lo que fue un acto rebelde de la joven  Sinéad O'Connor   contra el sometimiento y la sexualización de las que son víctimas las celebridades de la música. Se evidenció cuando una aspirante a “famosa” redujo a mera apariencia su rasparse la cabeza. Cuando la joven estrella estadounidense  Miley Cyrus, afirmó a la revista Rolling Stone que el videoclip de su canción "Wrecking ball" había estado inspirado en el de "Nothing compares 2 U". Era la perversión  kitsch de una  esencial protesta.

Fue en 2013, cuando Cyrus se despojaba de su masificado ropaje de la Hanna Montana de Disney y se asumía como la nueva “chica mala” de Universal. En tal empeño se publicó   "Wrecking ball"  en el que aparece en varias escenas desnuda sobre una bola de demolición destrozando paredes,  lamiendo cadenas y martillos, contoneándose como una bailarina striptease

 

La también aspirante a “reina del twerk” había sido cuestionada por aquellos días por su controvertida interpretación del tema "We can't stop" en la entrega de los premios MTV. Aquella noche, enfundada en un body color carne, agarró por la portañuela a Thickle y  demostró a los millones de televidentes que iba en serio en  eso de emular con Madonna y convertirse en una hipersexualizada diva pop.

“Unos movimientos de baile que sin duda pretendían ser sensuales pero que producían una extraña impresión mecánica y ritualista, más como ceremonias de cortejo de marionetas… Cyrus acompañaba sus movimientos 'de baile' agitando un gran dedo de gomaespuma, emparentado con las exageradas representaciones fálicas del arte antiguo y sacando la lengua”, señaló sobre el vulgar espectáculo el escritor Ted Gioia.

Aquella  comparación motivó a la artista irlandesa a escribirle una  carta  pública a la exDisney, en la que se registran sus más  filosas críticas al “negocio de la música”. En un tono "amoroso" y apelando a su "espíritu maternal", carta la intérprete irlandesa le pedía  a  la aspirante a famosa que no "oscureciera" su "talento" permitiéndole a los CEO de la industria musical que la "prostituyan", y además, le recordaba que nada bueno vendría de permitir a otros que la explotaran.

“Me preocupa mucho que quienes te rodean te hayan hecho creer, o te hayan alentado a creer, que de alguna manera es "genial" estar desnuda y lamiendo mazos en tus videos. De ser el caso, vas a oscurecer tu talento al permitir que te proxeneticen, ya sea culpa del negocio de la música o de vos misma prostituyéndote.

A la larga, nada más que daño vendrá por permitir que te exploten, y no es de ninguna manera un mensaje empoderante -ni para vos ni para ninguna otra mujer- el que debas ser valorada por tu atractivo sexual más que por tu obvio talento”.

“Vales más que tu cuerpo o tu atractivo sexual- reflexionó en otro párrafo. El mundo del espectáculo no ve las cosas de esa manera, les gusta que las cosas se vean de otra manera, ya sean revistas que te quieren en su portada, o lo que sea. No te hagas ilusiones… todos te quieren porque están ganando dinero con tu juventud y tu belleza, cosa que no podrían hacer excepto por el hecho de que tu juventud te ciega a los males del mundo del espectáculo. Si tienes un corazón inocente, no puedes reconocer a los que no lo tienen”.

En la extensa carta, la cantautora le aclaró sobre su gesto de rasparse la cabeza y  aparecer así  en el  videoclip. "El look que elegí lo elegí a propósito en un momento en que mi compañía discográfica me animaba a hacer lo que vos hiciste. Sentí que preferiría ser juzgada por mi talento y no por mi apariencia. Estoy feliz de haber tomado esa decisión", afirmó. En este sentido, añadió: "Tu empoderamiento real como mujer sería negarte en el futuro a explotar tu cuerpo o tu sexualidad para que los hombres ganen dinero".

Casi al final, la recién fallecida artista le avisaba  a Miley sobre la responsabilidad que las estrellas de la música tiene, por su gran influencia entre los jóvenes.  “Nos guste  o no, las mujeres en la industria somos modelos a seguir", por ello, debía tener cuidado con "los mensajes que envía a las demás". "Las mujeres deben ser valoradas por mucho más que su sexualidad. No somos meros objetos de deseo. Te aliento a enviar mensajes más saludables a tus pares, porque ellas y vos valen más que lo que está sucediendo actualmente en tu carrera".

Criticó  directamente al patriarcado y a la cosificación de las mujeres: “Al negocio de la música no le importas una mierda, ni le importamos ninguno de nosotros. Te van a prostituír por todo lo que vales, y hábilmente, te van a hacer pensar que es lo que vos querías. Pero cuando termines en rehabilitación como resultado de haber sido prostituida, 'ellos' van a estar tomando sol en sus yates en una isla caribeña que compraron vendiendo tu cuerpo, y te vas a encontrar muy sola”. “A ninguno de los hombres que te comen con los ojos le importas una mierda, no te dejes engañar”, añadió. Y más abajo sentenció: “Ellos están ahí por el dinero… nosotras estamos ahí por la música. Siempre fue así, y siempre será así. Cuanto antes lo sepa una joven, antes podrá tener realmente el control”.

La “estrellita” de Nashville no tomó bien la carta de O'Connor  y su respuesta, ad hominem,  fue vía Twitter. Comparando  a Sidnead con Amanda Bynes, otra estrella de la televisión juvenil estadounidense que había  sido internada en un instituto psiquiátrico. La joven también reprodujo tweets antiguos de O'Connor en los que hablaba de su bipolaridad y pedía a sus seguidores que le recomendaran un psiquiatra.

La cantante irlandesa no demoró su respuesta y en otra carta abierta solicitó inmediatamente el retiro de los tweets escritos por su colega. "Te burlas de mí y de Amanda Bynes por haber sufrido por problemas de salud mental y por haber pedido ayuda", le recrimina Sinead a Miley y agrega: "Me parece muy indigno de tu parte responder de esa manera a alguien que expresó su preocupación por ti".

 

Nada que ver el efectista video de la Cyrus  con el noventero  videoclip de  la O'Connor´. El corto, dirigido por John Maybury, consiste  principalmente en un primer plano del rostro de O'Connor   sobre un fondo negro,  más alguna tomas de la intérprete deambulando por París,  mientras canta la letra y  expone  los sentimientos de un amante que ha sido abandonada.

Maybury contó que había filmado una gran cantidad de imágenes en la capital francesa, pero terminó centrándose en la toma cerrada de O'Connor. Bastó su hermoso rostro, su sobrecogedora expresión, para susurrarnos al  alma, captura a captura, la  ira y devastación por el duro vacío que causó el  rompimiento. En armonía con el efecto fúnebre de los sintetizadores, arrastrando el resto de la instrumentación y de las sensaciones. Significativo las  lágrimas, en el momento del clímax, al decir unos versos que le recuerdan a su madre: “Todas las flores que plantaste, mamá, en el patio murieron cuando te fuiste”. Fue un llanto genuino, según le dijo la artista a la revista Rolling Stone, provocado por el recuerdo de su madre que falleció en un accidente automovilístico en 1985 y quien abusó de ella durante su infancia.

En contraste, en el video de “Wrecking Ball”, su realizador Terry Richardson dio muestra de sus  habilidades  al  servicio del pornopop .  Montó un performance  de catálogo  para provocar y seducir a grandes audiencias. Y lo logró,  pues la  mercancía audiovisual capitalizó  12, 5 millones de visitas en Youtube a las 24 horas de colgarlo. Para reafirmar lo que la Cyrus declaró poco después en un documental difundido por MTV: “Me siento ahora como si realmente pudiese ser la zorra que realmente soy”.

Confirmó también lo que apuntó Sinéad O'Connor   sobre el videoclip dominante:

“Cuando el video llegó, el negocio se transformó  y comenzó a ser importante cómo te veías. Se transformó en más visual y más materialista (…) Ahora tienes toda una generación de gente joven  a la que se le han vendido la idea de que la fama y la riqueza es todo cuanto importa. No tienes jóvenes diciendo ´Realmente quiero ser cantante´, por el contrario, dicen: ´Realmente quiero ser famoso´. Entonces has creado una cultura de gente que siente que no son nada a menos que vivan en una mansión y tengan siete coches”.

Ese era  anhelo de Cyrus y de las otras divas del pornopop, ser famosas y ostentar, ser como  vitrinas de consumismo para sus adoradores seguidores. Para terminar siendo prefabricados monigotes,  manipulados  y censurados por las elites que dominan el gran negocio de la música.  En función de estos para  banalizar  críticas como las que le hiciera O'Connor, o para tildarla de “loca”, por no  doblegarse a sus  exigencias.


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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