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miércoles, 5 de noviembre de 2025

Sagua de Tánamo, tras el paso del huracán Melissa

Los pobladores, que recuerdan la aún mayor crecida de 1993, secan al sol sus enseres dañados con una mezcla de resignación y determinación...

Reynaldo Zaldívar en Exclusivo 04/11/2025
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 Sagua de Tánamo, tras el paso del huracán Melissa
Sagua de Tánamo, tras el paso del huracán Melissa (Reynaldo Zaldívar / Cubahora)

A seis días del paso del huracán Melissa, las calles de Sagua de Tánamo, el municipio más afectado al este de Holguín, son un testimonio silencioso de la furia natural. El aire circula con un fuerte olor a humedad y descomposición, mientras las marcas de fango en las paredes de las viviendas marcan el alto  nivel que alcanzó el río. A la sombra de estos recuerdos, la comunidad lidia con los estragos, donde la afectación al acueducto se erige como el principal desafío para la recuperación.

El corazón del problema reside en el Río Sagua de Tánamo, cuya crecida inundó y cubrió de arena, piedras y desechos varios pozos clave que abastecen a la zona urbana. Sumado a esto, el municipio permanece sumido en una oscuridad total tras la caída de árboles sobre el tendido eléctrico. "La prioridad es llegar con la electricidad hasta esas zonas donde están los pozos que abastecen de agua a la población", afirmó Joel Queipo Ruiz, presidente del consejo de defensa provincial, quien evaluó en el terreno los avances de las reparaciones.

El municipio posee 49,890 habitantes, de los cuales 20,771 reciben agua de fuentes naturales, renovables o directamente de la montaña por gravedad. Unas 7,000 personas son asistidas con camiones cisterna (7 pipas distribuyen sin descanso en la zona urbana, la más golpeada). Aproximadamente un 25% de la población no está recibiendo agua por ninguna de estas vías.

Como un respiro, se constató la llegada de una caravana solidaria desde Moa con asistencia para 10,000 núcleos familiares, que incluía arroz, frijoles, productos de aseo, confituras para los niños y agua potable. Yiganis Cruz Martínez, presidenta del Consejo de Defensa en Moa, destacó el gesto: no se entrega "lo que sobraba", sino que se destinan productos de la circulación mercantil de nuestro municipio para paliar las necesidades de la población de Sagua. Estos productos, excepto el agua, se venderán a los damnificados a un costo módico.

Las pérdidas trascienden la emergencia inmediata y golpean la economía regional. Entre los daños cuantiosos, destaca la pérdida de 70,000 latas de café, un duro revés para un producto esencial en la dieta cubana. Mientras tanto, los linieros trabajan a toda máquina para restablecer la red eléctrica, una tarea que se estima en tres días pero que se ve ralentizada por la inmensa cantidad de árboles que obstruyen las líneas.

Pese a la magnitud del golpe, el espíritu de lucha persiste. Los pobladores, que recuerdan la aún mayor crecida de 1993, secan al sol sus enseres dañados con una mezcla de resignación y determinación. El trabajo inagotable de las brigadas, la asistencia solidaria y el optimismo de la gente permiten vislumbrar una recuperación paulatina. Como resumió un damnificado, "Mientras tengamos nuestra vida y la de la gente que amamos, seguiremos luchando", una frase que encapsula la resiliencia de los pobladores de Sagua de Tánamo.

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Reynaldo Zaldívar

Escritor y martiano. Papá de Salma.


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