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lunes, 7 de octubre de 2024

El sueño inconcluso de Martin Luther King

Los sueños el destacado líder de los derechos civiles por una Norteamérica racialmente unida están por cumplirse...

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 09/04/2018
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Martin Luther King
Cincuenta años después, el disparo que mató a Martin Luther King aún resuena en los oídos de América. (Foto: Tomada de es.humanrights.com).

La frase más simbólica del luchador norteamericano Martin Luther King fue “I am a dream”.

Un sueño aún inconcluso por el que luchó y murió el destacado líder de los derechos civiles en la Norteamérica convulsa de los años 60 del pasado siglo. Sueño que a 50 años de su asesinato en Memphis (Tennessee), el 4 de abril de 1968, mantiene plena vigencia.

Fue un mirarse al espejo de la historia de Estados Unidos, pues, poco, o nada, ha cambiado de entonces acá en un país donde la violencia racial, el odio y las amenazas de muros segregacionistas están a la orden del día.

No hubo político norteamericano que no recordara el 4 de abril el legado del reverendo Luther King. Incluso, el propio Donald Trump subió un video con una frase de elogio al luchador negro, calificándolo de “héroe americano”.

Pero la realidad actual no dista mucho de la de medio siglo atrás. Persiste el odio al otro, la discriminación a las minorías étnicas y el uso masivo de las armas de fuego, y con ello la llama que prendió Luther King.

En cada lugar donde estuvo el reverendo y premio Nobel de la Paz hubo congregación de personas y actos de remembranzas, cuyo centro neurálgico fue, concretamente, el Motel Lorraine, en cuyo balcón central murió Martin Luther King de un tiro en la cabeza a las 6:01 de la tarde del 4 de abril de 1968.

Allí, en lo que ahora es el Museo Nacional de los Derechos Civiles, se congregó una multitud que por la tarde protagonizó la marcha central del aniversario 50.

Para muchos norteamericanos, en particular para las minorías étnicas y los pobres, el reverendo Luther King fue un profeta, un adelantado de su tiempo, pues supo ver más allá de la discriminación racial para adentrarse en la desigualdad económica. Esas desigualdades que engendran realmente mayores dosis de racismo, al extremo que según el Centro de Investigaciones Pew, el 61 % de los norteamericanos admite la existencia de la discriminación racial; al tiempo que revela que el ingreso medio familiar de los afroamericanos representa la mitad y, siendo solo el 13 % de la población, registran el 40 % de las detenciones por drogas.

Trump —quien llegó al poder con solo el 8 % del voto negro— ha frenado el progreso social que se logró con la administración de Barack Obama, y esa verdad manifiesta cobra cada vez mayor nitidez dentro y fuera de los Estados Unidos.

Además de su famosa frase “Tengo un sueño”, expresada el 28 de agosto de 1963 ante 250 000 personas, deben ser recordadas otras no menos reveladoras de un pensamiento profundo y revolucionario:

“Las tensiones no son entre las razas, sino entre las fuerzas de la justicia y la injusticia”, “La humanidad debe poner fin a la guerra o la guerra pondrá fin a la humanidad”, “La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: solo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: solo el amor puede hacer eso”.

Por esas ideas fue asesinado, y por cumplir esas ideas aún se lucha en Norteamérica. El reciente movimiento “Somos más” contra las armas de fuego, generado después de la matanza de la secundaria básica floridana, forma parte del legado de Luther King, quien ya era eterno antes de morir, con apenas 39 años de edad.

Cincuenta años después, el disparo que mató a Martin Luther King aún resuena en los oídos de América.


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy


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