El paisaje es de vegas, casas de secado, campos tapados: "en Pinar del Río se cultivan las hojas del mejor tabaco del mundo", me dicen varios campesinos. Y los amantes de los puros les dan la razón.
En la provincia más occidental de Cuba la tierra tiene un aroma único: huele a tabaco.
A sus 76 años, Juan Carvajal Rodríguez ha pasado toda su vida cultivando - y lo afirma con modestia-, "las hojas del mejor tabaco del mundo". Una tradición que se transmite de generación en generación: a los siete años ya empezaba a conocer los secretos de las plantaciones, antes lo hicieron sus padres, sus abuelos.
Son las 12 del mediodía y en el campo está Juan Carvajal. Desbotona las plantas a un ritmo que parece lento, las acaricia, las mima. Una buena cosecha lleva unos cuantos ingredientes, entre ellos la paciencia.
Durante una semana, Cuba ha sido sede de la XX Edición del Festival del Habano. Cerca de dos mil personas de 70 países, 200 periodistas y 184 expositores en la feria comercial, se han reunido para adentrarse en los secretos del tabaco cubano.
Habanos, S.A. ingresó el año pasado 500 millones de dólares por concepto de ventas en el mundo, lo que significó un crecimiento del 12% con respecto al año anterior.
Las hojas cultivadas por Juan y otros cientos de campesinos del país llegan cada año a distintos mercados en los que destacan: Europa con 54 por ciento de alza, América con 17, Asia-Pacifico con el 15 por ciento, y África y Medio Oriente con el 14 por ciento.
China, por ejemplo, actualmente constituye un mercado en crecimiento importante con un 33 por ciento de alza en cuanto a las cifras globales, y 24 por ciento en lo referente al continente, dicen los datos ofrecidos por la empresa.
En San Juan y Martínez, municipio de Pinar del Río, la vida parece girar en torno al arte de cosechar buenas hojas de tabaco. De allí han salido nombres como el de Héctor Luis, el Hombre Habano más joven del mundo.
La larga cadena de producción de un tabaco tiene piezas fundamentales: recoger las hojas, secarlas, seleccionarlas... Cada fase tiene un secreto, y Juan Carvajal lo revela: hay que meterse todos los días entre las hojas de tabaco...
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