En el corazón de La Habana, un grupo de seis estudiantes de periodismo ha encontrado una forma de transformar su vocación en un proyecto que ilumina la vida de quienes más lo necesitan. DONAmor no es solo un nombre; es una declaración de principios y un acto de fe en la bondad humana.
Con una visión clara y un compromiso inquebrantable, Daniela, Oscar, Luna, Melani, María Fernanda, Dayelis y Diana Laura han unido esfuerzos para apoyar a las casas de niños sin amparo familiar. Aunque el proyecto nació como una iniciativa de recolección de donaciones, su alcance va mucho más allá de lo material. Cada actividad organizada, cada donación entregada y cada sonrisa compartida son piezas de un engranaje diseñado para garantizar que los niños tengan algo más que necesidades cubiertas: una infancia llena de recuerdos felices.
“DONAmor” se sostiene sobre la base del esfuerzo colectivo. Desde sus propias casas y la Facultad de Comunicación, estos jóvenes gestionan cada detalle: campañas de donación, clasificación de insumos y actividades recreativas con los niños. Diana Laura Saraiba, portavoz del grupo, explica:
“Nuestro trabajo no se limita a llevar cosas materiales. Queremos ofrecer algo más profundo: bienestar emocional y oportunidades para que los niños encuentren un apoyo integral”.
Entre las actividades realizadas destaca una feria benéfica en el parque John Lennon, donde emprendimientos locales como Ele&Paleta y La Colmenita no solo aportaron productos, sino también momentos de alegría para los niños. Asimismo, el equipo ha celebrado cumpleaños y Navidades dentro de las casas, creando espacios donde el cariño y la solidaridad se vuelven palpables.
El futuro de DONAmor apunta hacia metas ambiciosas: una sede física que funcione como banco de donaciones y un centro de apoyo psicológico y legal para las familias interesadas en adoptar. En paralelo, el equipo trabaja en un podcast que abordará temas esenciales como la salud mental y los procesos legales relacionados con la adopción, buscando informar y sensibilizar a la comunidad.
Sin embargo, como todo proyecto que busca cambiar vidas, DONAmor enfrenta retos. La falta de recursos económicos y la necesidad de colaboradores comprometidos son obstáculos que estos jóvenes están decididos a superar.
En tiempos donde los desafíos son cada vez más innumerables, iniciativas como DONAmor recuerdan que el verdadero cambio comienza con pequeños pasos, impulsados por corazones grandes.
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