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domingo, 20 de octubre de 2024

Doggie: ¿una realidad sin números?

 La crisis migratoria en Cuba ha provocado un aumento significativo del abandono de los animales, el cuál se evidencia con solo caminar las calles cubanas...

Carol Cuellar Díaz en Exclusivo 20/10/2024
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Perro
A Doggie lo vi por primera vez una tarde de junio. Llovía mucho. Eran de estas lluvias torrenciales que te interrumpen las rutinas.

 

A Doggie lo vi por primera vez una tarde de junio. Llovía mucho. Eran de estas lluvias torrenciales que te interrumpen las rutinas.

El agua corría por la calle Tejadillo, en La Habana Vieja, y ahí estaba él, ladrando frente a una gran puerta amarilla. Movía su cola de un lado a otro. Desesperado. 

Luego lo volví a ver mediante las historias de Instagram de Activistas de la Organización Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA); organización que vela por la seguridad y el bienestar de los animales. Justo en ese momento conocí el origen de aquel perro de color caramelo que ya había visto antes.

Doggie: Su historia

La dueña de Doggie se fue en busca del sueño americano, dejándolo atrás como quien olvida las llaves de casa, pero esta vez, con la intención de no regresar y de cambiar de hogar para siempre.

Doggie es el rostro de un problema silencioso; la creciente ola de animales abandonados en Cuba, víctimas colaterales de la crisis migratoria que sacude al país. Mientras miles de cubanos emprenden el camino hacia un futuro incierto, dejando atrás sus hogares y sus sueños, una legión de perros y gatos es abandonada y por consiguiente víctimas de la soledad y, en muchas ocasiones, del desamparo total.

En un post reciente de la organización CEDA, a través de la red social de Facebook, y en conversaciones con sus voluntarios se ha contrastado como el perro regresa una y otra vez a la misma puerta. La situación es preocupante, según comentan Claudia y Wendy, activistas del movimiento, pues en la casa ahora residen otras personas que le imposibilitan la entrada a Doggie. 

El abandono: la alarma creciente

Durante los últimos tiempos, Wendy confirma que siempre han recibido llamadas con la petición de relocalizar mascotas porque sus familias se van del país y los dejan atrás. 

‘’El último año ha sido excepcional, con un flujo constante de personas buscando nuestra ayuda. Principalmente, la gente se comunica con nosotros para encontrar maneras de llevarse a sus mascotas al emigrar, esto ocurre siempre en menor medida, y están quienes solicitan apoyo para buscarle nuevos hogares a los animales porque sus dueños viajaron y han dejado a sus mascotas al cuidado de alguien más, o incluso abandonadas en la calle. La cantidad de solicitudes que recibimos en relación a estas tres situaciones es preocupante’’, comenta Wendy.

Claudia dice que mayormente los más propensos al abandono son los perros y los gatos.

No existen estadísticas oficiales que registren el impacto del éxodo en la vida de los animales, pero la realidad es un grito silencioso que resuena en los refugios atestados, en el testimonio de voluntarios de organizaciones de protección animal y en la mirada desgarradora de estos que deambulan sin rumbo, buscando una mano que los rescate del olvido.

Para Maritza Ramírez Peña, presidenta de la organización, Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (ANIPLANT), el tema migratorio ha generado muchos abandonos. ‘’Ha empeorado el escenario. No podemos ayudar a todos los animales, los refugios no tienen las condiciones óptimas ni la capacidad necesaria para su estancia’’. De hecho, confiesa que la situación de los temporales es crítica.

Además, afirma que en Cuba existen personas con muy buena voluntad que acogen a estos callejeritos en su propia casa; sin embargo, considera que las condiciones muchas veces suelen ser inadecuadas para ellos. “El tema de los refugios debe ser atendido como corresponde”.

Agrega que, el panorama es más complejo de lo que parece, y todavía queda mucho trabajo por hacer para realmente abordar el problema del abandono animal. ‘’No podemos limitarnos a los casos que llegan a nuestra organización; la realidad es mucho más amplia y necesitamos actuar en un frente más amplio para generar un cambio real’’.

En un país donde la falta de recursos y la dificultad para acceder a alimentos y medicamentos son una constante, la posibilidad de llevar consigo a una mascota en el viaje hacia el extranjero se convierte en un lujo para muchos. Las familias por la incertidumbre y la búsqueda de un futuro mejor, se ven obligadas a tomar decisiones dolorosas, dejando atrás el vínculo de lealtad y amor que las unía a sus compañeros animales. 

Ramírez Peña, explicó que el trámite para que una mascota viaje con su dueño es bastante complejo. ‘’Cuba no cuenta con laboratorios certificados internacionalmente y eso hace que el proceso sea bastante engorroso’’.

Aurora González trabaja en una clínica veterinaria, en Marianao, dice conocer de cerca la angustia que se esconde detrás de un animal que ha sido abandonado. “Ellos no entienden por qué sus familias los dejan. Son seres vivos que necesitan amor, atención y cuidados".

Comenta, además, que no puede precisar con exactitud cuántos atraviesan por la situación del desamparo, pero que solo tiene que mirar por las calles para darse cuenta de la magnitud del problema. 

Víctor Menéndez tiene en su casa 3 perros. Un pequinés y dos satos. Cuenta que el pequinés tiene con la familia casi 8 años y que los otros dos eran de un vecino que se fue y los dejó. 

“Ni siquiera los dejaron al cuidado de nadie. Un día nos levantamos y los perros estaban merodeando por el barrio. Luego vimos, en Facebook, que sus dueños habían llegado a los Estados Unidos”. 

Víctor dice haberse sorprendido. Eran mascotas muy bien cuidadas y nunca pensó en la posibilidad de que sus vecinos los desatendieran, sin ni siquiera, dialogar con alguien la posibilidad de que los cuidaran. Hace un año de eso. Y Baltazar y Mía, siguen ladrando desde su nueva casa, a lo que antes fue su hogar. 

‘’Me costó mucho tenerlos conmigo. Con su dueño siempre fueron muy tranquilos. Eran los únicos perros del barrio que no ladraban de forma excesiva y sin motivos’’; sin embargo, con Víctor fue todo lo contrario. Según cuenta él, Baltazar no paraba de ladrar y Mía desarrolló un compartimento reacio, no permitía que nadie se le acercara.   

En tanto, el veterinario Félix Amador agregó que el abandono genera un estrés intenso y ansiedad en las mascotas, ya que pierden su hogar, sus seres queridos y su rutina. “La falta de atención y cariño puede llevar a la depresión, con signos como pérdida de apetito, letargia y falta de interés por el entorno. Además de desarrollar un miedo por los humanos, lo que dificulta su adopción y su adaptación a un nuevo hogar”.

Existen diversas razones por la que las personas dejan a sus mascotas en la calle. Entre ellas está la falta de ver al animal como parte de la familia. ‘’Muchas veces es un objeto más en la casa y piensan que igual podrá vivir en la calle’’, continua Félix. 

Ley de Bienestar animal: contribución a la conciencia

En abril de 2021, Cuba dio un paso significativo hacia el bienestar animal con la publicación del Decreto Ley 31 "De Bienestar Animal" y su reglamento, el Decreto 38, en la Gaceta Oficial de la República. Este avance legal surge como respuesta a las demandas de la sociedad cubana por una mejor protección y cuidado de los animales.  

El decreto reconoce que el bienestar animal es un asunto crucial que involucra el estado físico y mental de los animales en todas las etapas de su vida, incluyendo la muerte. Para lograrlo, se establecen principios, deberes, reglas y fines para el cuidado, la salud y la utilización de los animales, incluyendo un enfoque en "Una Salud", el cual reconoce la interdependencia entre la salud humana, la sanidad animal y la salud de los ecosistemas en los que coexisten.

Ramírez Peña dice que esta ley era una deuda pendiente y que: ‘’en Cuba se quiere y se cuidan a los animales, a pesar de que existan los maltratos”. Para ella, la presencia de la ley irá educando a la población y será la propia sociedad desde la cultura del cuidado y el repudio hacia los que comenten acciones en contra del bienestar de los animales, quien ayudará a que realmente se implemente. 

Para la directora de ANIPLANT es fundamental el trabajo de los gobiernos locales y su participación en el cumplimiento de la ley, pues considera que el trabajo debe ser gradual para que se extienda por todo el país. 

Todos los activistas entrevistados coinciden en la necesidad de que existan estadísticas que les permitan monitorear el problema 

La existencia del Decreto Ley de Bienestar Animal es un avance significativo, pero no garantiza por sí sola la solución. Ello queda lo suficientemente claro con el número de animales ‘’callejeros’’ que deambulan por las calles. La falta de recursos, de colaboración entre instituciones, de concientización ciudadana, la emigración y poca supervisión son factores que obstaculizan su implementación. 

Asimismo, la funcionaria, directora de ANIPLANT, alega que aun las sanciones son permisibles y que rondan entre los 1000 y los 3000 mil pesos.  

Resulta fundamental que las políticas públicas sean realmente integrales y que las instituciones encargadas de prever por la seguridad de estos, sean reconocidas por el gobierno, puesto que en el propio decreto solo se reconoce a ANIPLANT.

Es necesario que las autoridades, las organizaciones de protección animal y la sociedad civil trabajen en conjunto para garantizar la aplicación efectiva de la ley, la educación ciudadana y la creación de una cultura de respeto hacia los animales.

El no reconocimiento legal a los grupos de activismo es un obstáculo significativo para la protección animal en Cuba. La falta de reconocimiento legal limita su capacidad de acción, generando una serie de problemas que, en última instancia, perjudican a los animales. 

“Los grupos de activismo sin reconocimiento legal pueden tener dificultades para obtener financiamiento. Las donaciones o subvenciones podrían ser escasas o imposibles de conseguir, lo que limita su capacidad para realizar programas, comprar insumos o cubrir los gastos de funcionamiento”, comentó Carol Cuellar Díaz, quien desde mediados del año 2023 forma parte de un proyecto llamado Huellas el cual se encarga de velar por el bienestar de los animales y de promover la adopción responsable.

Además, la falta de participación en la elaboración de políticas públicas o en la creación de normativas relacionadas con el bienestar animal, debilita la capacidad de coordinar acciones y proyectos en conjunto, encaminados a buscar una alternativa para el censo de estos animales, lo que ayudaría significativamente al control oportuno de los casos de abandono.

Doggie y su historia no son únicas. Desafortunadamente. Miles de perros y gatos comparten su destino, convirtiéndose en el rostro invisible de la crisis migratoria que vive Cuba. Su abandono es un reflejo de las dificultades sociales y económicas que atraviesa el país, un panorama que proyecta una sombra sobre el futuro de los animales y obliga a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos con aquellos que no pueden hablar por sí mismos.


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Carol Cuellar Díaz

Estudiante de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.


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