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domingo, 6 de octubre de 2024

Desde un castillo se descubre el Mariel

Este poblado, de complicidad infinita con el mar, sigue creciendo para ser una ciudad más bella y funcional...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 03/06/2018
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Castillo Mariel
Palacio o Castillo Rubens, construido el pasado siglo en uno de los sitios más altos de la ciudad. (Foto: Havana Times).

Al poblado del Mariel lo descubrí desde el Palacio o Castillo Rubens, construido el pasado siglo en uno de los sitios más altos de la ciudad. Allí llegué a recibir la preparación básica del soldado, etapa conocida popularmente como previa. Tenía 18 años de edad y jamás había estado en ese municipio artemiseño, y menos en un lugar considerado insignia del pueblo.

En ese sitio, cimentado entre 1905 y 1908, aprovechando una elevación conocida como la loma de La Vigía, existe una atractiva y singular vista que nos recibe a la llegada por tierra o mar. Según me contaron se creó con el propósito de fundar un Casino de Juego, pero el gobierno no lo permitió, quedando sin función durante varios años.

Allí también, pero el 28 de enero de 1916, se inauguró la Academia Naval, en la que se graduaron oficiales y soldados de la marina de guerra de aquel entonces, y en 1977 pasó a ser propiedad del Poder Popular del municipio. Si algo vislumbra de su construcción —eminentemente ecléctica— es la escalera monumental con 262 peldaños y 12 descansos, que lamentablemente está casi destruida y en desuso como el Palacio.

Por suerte, quienes han llegado hasta allí y detenido por horas en esa cima han tenido el privilegio de conocer un pueblo de origen aborigen, cuyos primeros habitantes se dedicaron a la pesca y a la construcción de embarcaciones menores en la típica bahía de bolsa con boca estrecha y canal de un kilómetro de largo, sobre la cual se sitúa el Mariel.

Quizás por ello, 250 años después de su fundación, el poblado siga siendo rico en historia, tradiciones y obras sociales. Son muchos los hitos que lo marcan: la masacre de Cabañas, el hallazgo de un cementerio chino —que se presume sea el más antiguo de su tipo en toda América—, la loma de la gobernadora, el cruce de la trocha Mariel-Majana por Antonio Maceo, así como el aporte de hijos de esta tierra a las luchas por la independencia.

Desde la cultura nos llega la fiesta afrocubana del kinfuiti (único evento de su tipo que se mantiene vivo en Cuba y el mundo), las comparsas y ruedas de casino, las parrandas patronales de Cabañas, las fiestas fundacionales de Quiebrahacha y el propio Mariel. Cada una de estas costumbres cumple funciones importantes para la satisfacción de necesidades materiales y espirituales de sus creadores-portadores.

Si de actividad económica hablamos habría que destacar la termoeléctrica Máximo Gómez, una de las mayores del país, y la fábrica de cemento, que ya llegó a sus cien años, con una producción superior a los 35,5 millones de toneladas desde su puesta en marcha y con un impacto favorable en inversiones, ejecutadas en diferentes sectores.

Pero, desde el 2013 existe una obra mayor que atrae a lugareños y visitantes: la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), llamada a convertirse en la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano. Falta mucho para ese objetivo, sin embargo, la Zona va dejando atrás la etapa de su incipiente desarrollo infraestructural para bautizarse como una importante plaza logística, fabril y tecnológica.

La presencia hoy de 34 usuarios de 16 países, incluido Cuba, así como el vínculo con nueve multinacionales resulta un claro reflejo de que la ZEDM, si bien no todo lo rápido que necesitamos, comienza a madurar y persiste en sus propósitos de sustituir importaciones, incrementar las ventas en el mercado internacional y crear nuevas fuentes de empleo, todo ello en articulación con la economía interna.

Y, 250 años después de fundación, una nueva emisora comenzará a funcionar en el Mariel, como deseo de sus habitantes y en un contexto de transformaciones económicas generador de múltiples sucesos noticiosos. Ya la obra civil concluyó, pero todavía se dedica tiempo al montaje de la acústica y la parte técnica. Según anuncian los directivos Radio Mariel transmitirá durante tres horas diarias, en su mayoría en vivo.

Así, este poblado de complicidad infinita con el mar, sigue creciendo. Fe de ello lo dan también las más de 80 obras sociales que se insertan en el Proyecto Imagen que enhorabuena va transformando el entorno de la llamada Ciudad Portuaria. Entre las propuestas a materializar están la rehabilitación de redes hidráulicas, culminación de proyectos (como el del museo), reanimación de viviendas ubicadas en la calle central, reparación de edificios, transformación de las entradas del pueblo, construcción de la sala 3D, mantenimiento vial de algunas arterias, entre otras.

Convertir a Mariel en una ciudad más bella y funcional es el propósito, y ese progreso —que han de sentir muy de cerca sus pobladores— también tiene que ser visto desde el Palacio o Castillo Rubens.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 1 comentarios


Rachel Rubens
 24/6/23 23:56

😍 Me encantó saber que tuve un antepasado en Cuba, solo conozco con el apellido Rubens a mi familia. Seremos familia de este señor?🤔

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