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domingo, 6 de octubre de 2024

Demografía y desarrollo económico en Cuba (III y final) (+Infografías)

El análisis de las dinámicas demográficas en Cuba requiere una visión englobadora y transdisciplinar para integrar conocimientos científicos, políticas públicas y conciencia ciudadana...

Laura Barrera Jerez en Exclusivo 02/08/2018
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demografia
En 2035, un tercio de los habitantes de Cuba superará los 60 años. (Laura Barrera Jerez / Cubahora)

Los estudios actuales alertan sobre el impacto que tiene (y sobre todo que tendrá) el envejecimiento poblacional sobre la economía cubana. Las conclusiones de los especialistas, las estadísticas y los análisis de esos datos, definitivamente, no son muy alentadores. A esto se suman los índices de fecundidad, el comportamiento de las migraciones externas, las cifras de morbilidad y mortalidad… Nuestra población decrece de manera absoluta.

Sin embargo, nos enfrentamos a un fenómeno que más allá de lamentaciones, miradas pesimistas y enfoques fragmentarios requiere una visión englobadora y transdisciplinar para integrar conocimientos científicos, políticas públicas y conciencia ciudadana, sobre todo en estos tiempos en que se ejecutan nuevas transformaciones socioeconómicas en el país.

“El cambio de la población cubana no debe continuar siendo percibido como un problema o un reto, sino que debe abordarse en un marco de interacción con el desarrollo económico y social. Por lo tanto, nada de lo que suceda en términos de política de hoy es compatible con una visión fragmentada en lo que se refiere a los aspectos demográficos. Es factible que se diseñen o implementen acciones en este sentido, pero ellas deben ser manejadas desde la perspectiva de su impacto sistémico en la dinámica de la población”, aseguran Grisell Rodríguez Gómez y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira, especialistas del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, en su artículo “La población de Cuba hoy” (publicado en 2015).

En Cuba, el envejecimiento poblacional ha elevado el costo de la seguridad y asistencia social, de la salud pública y ha propiciado la disminución de la fuerza de trabajo laboralmente activa. Actualmente, nuestros indicadores demográficos son similares a los de países del primer mundo con bajos niveles de fecundidad y mortalidad.

No obstante, en el caso cubano, el hecho de que los actores sociales participan en el proceso de construcción del consenso común y la satisfacción colectiva, deviene en una herramienta útil y explotable para mejorar los niveles y la calidad de vida a nivel nacional. Esto da la medida también de cuán importante son las estrategias de desarrollo sectorial o local para configurar un concepto de desarrollo nacional, donde se imbriquen de manera eficiente estrategias para potenciar, sobre todo, los sectores considerados estratégicos.

“Generalmente, la mayoría de las áreas estratégicas son sectores intensivos en tecnologías y que representan transversalidad sectorial, multidisciplinariedad técnico-científica y un gran potencial innovador y dinamizador de la economía, lo cual justifica su selección. Ello exige una organización de políticas públicas integradas bien explícita, que no puede ser motivo de discrecionalidad. Hay que pensar en cuáles son las potencialidades de Cuba”, según explica Mulet Concepción en su artículo “¿Cuál es la solución para enfrentar las deformaciones estructurales en el sistema económico cubano? Interrogantes para la reflexión”, publicado en 2012 en el boletín cuatrimestral del Centro de Estudios de la Economía Cubana.

Hoy las tendencias demográficas en Cuba nos imponen grandes retos. Tales dinámicas no debemos considerarlas un problema, sino un punto de partida para analizar el contexto actual y futuro, y en función de eso trazar estrategias. Todas las decisiones estatales y gubernamentales deben integrar análisis referentes a la demografía, la economía y las ciencias sociales, en conjunto, de manera transdisciplinar, para proyectar acciones efectivas que no desconozcan ninguna arista, valoración o estudio realizado por nuestros propios especialistas, con sólidas cargas argumentales. La asunción o no de tales presupuestos, valoraciones y recomendaciones (consistentemente avaladas) potenciará o perjudicará nuestro desarrollo económico a corto, mediano y/o largo plazo.

Confundir los conceptos de crecimiento y desarrollo económicos puede ser otro de los graves errores. Y más allá de la divulgación de este tipo de conocimientos, se impone la necesidad de fortalecer el compromiso de cada individuo con la sociedad. Cuando cada cual se sienta miembro activo de un colectivo, cuando cada cual sienta que realmente su aporte cuenta, habremos dado grandes pasos de avance hacia la meta del desarrollo económico.


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Laura Barrera Jerez

Graduada en 2015 en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Periodista por elección, por diversión y por convicción.


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