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lunes, 18 de agosto de 2025

El “Gallito Bayamés”

Aunque muchos transitan día a día por el sitio donde concluyó vilmente el martirio del héroe cubano, aún la mayoría ignora que allí en el antiguo matadero de animales de Santiago de Cuba, se selló una historia de amor a Cuba y valor propio...

Arnaldo Alfredo Delgado Fernández en Exclusivo 17/08/2025
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Perucho Figueredo, fue un revolucionario y poeta cubano
Perucho Figueredo, fue un revolucionario y poeta cubano (José Ángel Téllez Villalón / Cubahora)

Contar anécdotas de Pedro Figueredo Cisneros (Perucho), es hablar del abogado, el periodista, el pianista, el poeta, el artista, que no solo dominaba el talento musical y el de la composición, sino que también le desbordaba el de ser patriota. Su vida sin duda fue la personificación de las letras del himno de guerra que el mismo compuso, catapultándolo a las páginas más gloriosas de la Historia de Cuba. 

Recordarlo es un elogio a la prensa y al arte cubano en tiempos de crisis política durante el siglo XIX. Cuando en medio del férreo colonialismo español, fundó junto a Carlos Manuel de Céspedes en 1851 la “Sociedad La Filarmónica” que aglutinaba lo mejor de la cultura y la intelectualidad bayamesa del momento.

Posteriormente en el año 1857 figuró entre los fundadores del periódico El Correo de la Tarde, uno de los más críticos al colonialismo español durante el período. Su compromiso con la independencia de Cuba desde los primeros momentos de la gesta independentista hasta el día de su muerte le hicieron bien merecer el epíteto de el “Gallito Bayamés”.  

Así cuando fue capturado por tropas españolas en agosto de 1870 con los pies cubiertos de úlceras, convaleciente de fiebre tifoidea, fue trasladado hasta Santiago de Cuba en un burro, como el Nazareno a su martirio y durante todo el duro traslado no se sintió el más mínimo quejido. El mismo sentenció: (“No seré el primer redentor que cabalgue sobre un asno”. 
Cuentan que, el Conde Valmaseda representante de las autoridades españolas tuvo la osadía de enviar a Perucho la propuesta de perdonarle la vida, con la condición de que se retirara de la gesta independentista. La respuesta del “Gallito Bayamés” no se hizo esperar contestando: (Díganle al conde que hay proposiciones que no se hacen sino personalmente, para personalmente escuchar la respuesta que merecen. Yo estoy en capilla ardiente y espero no se me moleste en los últimos instantes que me quedan de vida. 

Así se erguía firmemente el 17 de agosto de 1870 ante el paredón de fusilamiento donde fue imposible arrodillarlo y que más que eliminarlo lo eternizaba, cuando instantes antes de ser fusilado por defender sus ideas bajo el sueño de una Cuba libre e independiente sentenció: “Morir por la Patria es Vivir”. 

Aunque muchos transitan día a día por el sitio donde concluyó vilmente el martirio del héroe cubano. Tristemente aún la mayoría ignora, que allí en el antiguo matadero de animales de Santiago de Cuba, se selló una historia de amor a Cuba y valor propio. Sus restos hoy reposan en los campos del cementerio Santa Ifigenia de la propia ciudad oriental. Pero su testamento patriótico, es cantado cada mañana en todo rincón de la mayor de las Antillas, cuando son entonadas las letras del Himno Nacional. El más fuerte grito de guerra del “Gallito Bayamés”. 


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Arnaldo Alfredo Delgado Fernández

Universidad de Oriente


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