Los negocios al Derecho

La cultura jurídica es una arma que debería acompañarnos a todos en el diario enfrentamiento a ciertas prácticas abusivas que nada tienen que ver con lo que dictan las leyes. Esa es una verdad repetida y a la vez ignorada por muchos cubanos. Dicen algunos estudiosos que podría tratarse del paternalismo que ha caracterizado a las gestiones una vez que se inician y toman como vía la protección al ciudadano por encima de todo. Otros apoyan la tesis de que esa desidia por conocer y saber conducirse no es sino falta de confianza en lo establecido.

Lo cierto es que los tiempos se mueven. Y aunque la premisa es que nadie quede desprotegido ni vulnerado por las injusticias, cada vez es más activo el quehacer jurídico del país, sin que ello advierta que se vislumbre mayor dominio sobre las leyes o los procedimientos por parte de las personas.

Los juristas insisten en ver al Derecho como fuente de consulta y no de consuelo. El insigne Doctor Fernández Bulté llamaba a pensar más en la prevención del conflicto que en su propia resolución. Esta es una de las razones por las que los expertos atinan a señalar la pertinencia de la asesoría legal permanente a las nuevas formas de gestión económica no estatal.

Durante el año 2013 los trabajadores por cuenta propia y cooperativistas solicitaron asesoría en repetidas ocasiones debido a inquietudes de índole tributaria, como consecuencia de las revisiones realizadas por la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) a las declaraciones del año 2012, de las que se derivaron casi 40 casos procesados por delito de evasión fiscal. Estos datos, dados a conocer en el programa televisivo Mesa Redonda que contó con la participación de autoridades de la referida institución, hacen pensar en que esa situación pudo preverse por el apoyo de la labor especializada.

En el Congreso Internacional Abogacía 2014, varios entendidos llamaron la atención sobre este tema y sus consideraciones quedaron recogidas en el texto que cada año el evento publica con el propósito de apoyar la actualización del modelo económico cubano en materia legal. El abogado tunero Yoany Yanes Méndez fue uno de los que estudió a fondo la pertinencia de abogar por el asesoramiento legal constante a los trabajadores por cuenta propia.

Que la cifra de los inscritos sobrepasara los 476 mil a finales de octubre dice mucho de la necesidad de que esta figura relativamente nueva en el contexto económico cubano tenga la posibilidad legal de acceder a la asesoría jurídica especializada, más allá de la que puedan recibir ocasionalmente o en caso extremo de litigio.

Aunque actualmente la norma permite que el cuentapropista consulte, sin costo alguno, cualquier duda en el bufete colectivo o se asista para tramitar las autorizaciones correspondientes, e incluso puede solicitar la representación y pago del contrato de servicios jurídicos que corresponda a una situación determinadahasta que comience su actividad como empresa, la pregunta sigue siendo la misma: ¿qué hacer para no llegar al conflicto? La asesoría a tiempo completo se muestra como la opción más sabia, al entender de muchos juristas.

Si hoy resultara de interés para algún trabajador por cuenta propia contar con servicios jurídicos constantes, tal pretensión no encontrará cabida en nuestra norma, que solo reconoce esa posibilidad a las personas jurídicas colectivas. Otra mirada al tema, desde el ámbito de la seguridad jurídica, insiste en la realidad de que algunos tienen relaciones casi estables con entidades del sistema empresarial, debido a que prestan servicios o venden productos con regularidad, y esto los somete a acciones de fiscalización y control en las que participan sin el debido apoyo jurídico.

Relatan algunos abogados, quienes se enfrentan a situaciones como estas en el bregar diario del bufete, que la mayoría de los problemas que presentan los que piden asistencia a esta organización provienen de la mala información y la deficiente asesoría. Una gran parte no posee conocimientos de la norma tributaria y ello propicia que incurran en las violaciones.

Yoany Yanes no duda en señalar como causa de muchos dolores de cabeza la inadecuada comunicación a distancia con el gestor de impuestos y el tenedor de libros, un modo de trabajo que en la práctica no puede funcionar. Ello ocasiona que con frecuencia, los gestores de impuestos liquiden por simple apreciación, ignorando la realidad de los ingresos obtenidos. Este proceder deriva generalmente en subdeclaración. Por ello, Yanes pondera la labor conjunta entre trabajador, gestor, tenedor de libros y asesor legal, para alcanzar el cumplimiento cabal de la norma.

Si se trata de insuficiente cultura jurídica, la propiedad industrial resulta una de las más desfavorecidas. En este ámbito la labor de los asesores legales sería útil para proteger elementos tan distintivos como el nombre, lema comercial y marcas de productos y servicios, o al menos velar —si los trabajadores por cuenta propia no se decidieran a inscribirse en la Oficina Cubana de Propiedad Industrial— porque no incurran en violación de los derechos de terceros. Se evitarían varios conflictos con solo estar al tanto de este aspecto para nada despreciable, teniendo en cuenta incluso que se conocen varios casos de litigios ocasionados por descuidos de esta índole.

Aunque sigue siendo una opción suplir la función del asesor con la contratación de un licenciado en Derecho como empleado para apoyar la gestión diaria de la figura en cuestión, esta solución no daría cabida a una representación procesal, a menos que este trabajador sea autorizado por el Ministerio de Justicia o tenga algún parentesco con el empleador. Por otra parte, no resulta igual de eficaz la relación empleador-empleado, que la de cliente-prestatario, propuesta por grupos de asesoría o entidades dedicadas a ello como los Bufetes y las Consultorías, en la que es más posible un nivel de exigencia y profesionalidad.

Sin embargo, Yanes no desatiende la amplitud del quehacer cotidiano (muchas veces más allá de lo regulado) que propone cuestionamientos como: ¿de dónde salen las proformas de contrato que hoy ofertan los cuentapropistas a las entidades que acceden a sus productos o servicios?

Para no dar lugar a esa supuesta brecha entre realidad y norma, muchos juristas defienden que se favorezca la prevención del conflicto. Ello se lograría contando con una asistencia letrada permanente para que el abogado sea fuente de consulta y no de consuelo y dar al cliente la posibilidad de preguntar antes de actuar, opina Yanes.

El abogado tiene a bien considerar la interrogante sobre lo atractivo que pueda resultar el servicio, o la disposición de estas figuras para asumir gastos mensuales por asesoría y representación, pero resalta que lo importante es que el Derecho prevea la opción.