Toda Cuba cupo ayer sobre un colchón de la Arena de Campo de Marte, donde uno de sus hijos más ilustres la siguió llenando de orgullo. Con maestría y compromiso Mijaín López se regaló otra final olímpica, la que debe conducirle a su quinta corona bajo los cinco aros.
Para colocarse en la antesala de lo nunca visto en la lucha grecorromana, el Gigante de Herradura venció uno tras otro todos los obstáculos en su camino –campeón mundial incluido– para vérselas en la final de la división de 130 kilogramos con Yasmani Acosta, cubano que representa a Chile.
La ruta cubierta con una fortaleza física y mental a prueba de todo le exigió también un diseño táctico diferente para encarar a cada retador. Las energías dosificadas en el cruce con el surcoreano Seungcham Lee (7-0) tuvo que emplearlas para doblegar al iraní Amin Mirzazadeh (3-1), tal vez su examen más complejo en la jornada.
El vigente monarca universal del peso, joven y talentoso, ensayó todas las variantes para tumbar a la leyenda, pero con ninguna consiguió lo que muchos otros intentaron infructuosamente durante las dos décadas más recientes.
Igual de impresionante resultó su victoria 4-1 en semifinales sobre el azerí Sabah Shariati, medallista de bronce en Río de Janeiro 2016 y otra vez con esa opción como consuelo.
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Para su galería de grandes momentos quedó registrado el magistral pase atrás desde la posición de cuatro puntos, un movimiento preciso y ágil que terminó sentenciando su tercer éxito de la feliz jornada.
«Hoy es un día muy especial, no solamente para mí… como siempre digo, es también especial que está disfrutando el mundo entero, en especial mis cubanos», aseguró pletórico de felicidad el hombre que en apenas unos días cumplirá 42 años y los quiere celebrar en lo más alto del podio de París 2024.
La magnitud de lo que acababa de suceder justificaba la avalancha de periodistas que le esperaban en la zona mixta. El pinareño no solo había asegurado su quinta presencia en podios olímpicos, sino que se convertía en el gladiador más longevo en conquistar una presea en estas lides.
Como también quedará grabado para siempre en el recuerdo de quienes lo presenciaron en vivo el apoyo del público en la pelea semifinal.
Como si de un hijo de esta tierra se tratase, el graderío coreó su apellido. Todos en el recinto estaban conscientes de que formaban parte de un trozo de la más relevante historia de los juegos olímpicos, que este martes pudiera tener el mejor colofón.
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«Va a ser una final muy bonita. Creo que va a ser algo espectacular entre dos cubanos. Yasmani me la negó en la otra olimpiada, cuando no llegó a la final, y ahora tiene la oportunidad de hacerlo bien y luchar los dos… nada una hermandad», confesó tranquilo sobre su “último baile”, como aseguró a la prensa.
«Él ha sido un eslabón importante en mi carrera deportiva. Se inició conmigo, desde mi primera olimpiada. Estaremos por países diferentes, pero tenemos la misma sangre», expuso sobre un rival que en más de una ocasión ha considerado a Mijaín como su ídolo.
Antes de retirarse a los camerinos tuvo tiempo de reiterar el compromiso adquirido con sus seguidores. «Lo prometido es deuda. Cada vez que he dado mi palabra al pueblo de Cuba la he cumplido. Solo falta mañana subir al colchón para terminar el trabajo. Estoy contento por estar aquí luchando por mi quinta medalla de oro. Sé que miles estarán frente al televisor siguiéndome, y para ellos será el alegrón de mañana», sentenció.
Instantes después recibió una reconfortante llamada desde la Isla. El Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quiso felicitarle en nombre de todo el país, y brindarle aliento antes del combate decisivo.
«Gracias por su llamada. Esté seguro de que mañana el título será de Cuba», fue la respuesta del hombre que desde una pequeña isla del Caribe se convirtió en leyenda del movimiento olímpico.
OTRAS PELEAS A SEGUIR ESTE MARTES
En el resto del programa de la segunda jornada del torneo de luchas habrá otros a los que seguir como la actuación en repechaje de Kevin de Armas (60 kg/estilo clásico), a quien le queda la opción de buscar medalla de bronce.
Kevin perdió en su primer combate ante el japonés Kenichiro Fumita.
Comenzarán sus andaduras Yosvanys Peña (77 kg/estilo clásico), Gabriel Rosillo (97 kg/estilo clásico) y Yusnelilys Guzmán (50 kg/estilo libre femenino).
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