La Tel Star 18 se rinde ante el “buen trato” de Erick Hernández

Cuello bien estirado, la vista fija sobre el balón en la vertical, y el toque continuo, en la posición de sentado y solamente con la cabeza, al compás de varios ritmos musicales en el lobby del hotel Copacabana, de la capital cubana.
 Al cabo de una hora, cinco minutos y 34 segundos, el habanero Erick Hernández detuvo su control sobre la Tel Star 18, y los jueces presentes así lo dejaron saber: récord mundial, el cual quebraba su anterior plusmarca de 1:02.05 horas, en similar modalidad, impuesta el pasado mes de agosto en el hotel Roc Barlovento, de la bella playa de Varadero.
 Pero hay más. El bien llamado Dominador, de 52 años –realmente, está como el vino-, repitió el intento con 1.5 kilogramos de peso atados a los tobillos. Y, una vez más, dejó atónitos a los presentes.
 “A través de la historia, a principios de año siempre hago una preparación intensa, la cual me sirve de base para los récords que he previsto establecer o romper. Pero este 2019 tuvo una característica especial: fueron muy diferentes”, comentó Erick a Cubahora tras terminar la fructífera faena.
 “Primero me preparé para la prueba de más tiempo solo con los pies en la posición de parado; después impuse el récord anterior de esta modalidad, y el mes pasado rompí el de dominar la pelota solo con los muslos y parado, siempre con el mismo peso en los tobillos. Como se aprecia, la preparación específica ha variado bastante”, expresó.
 Especialmente para quebrar este de hoy (sábado), el espigado dominador de 1.92 metros comentó a Cubahora que trabajó muy duro la espalda alta y el músculo del esternocleidomastoideo, que sufre mucho cuando se golpea la pelota solo con la cabeza. Además, hizo saber que nunca abandonó la preparación de los hombros, pectorales y dorsales.
 Le recordé a Erick varias incongruencias que se le presentaron en el intento de agosto pasado, entre las cuales aparecía el color negro del techo del salón donde tocó la pelota y el arduo calor existente, males que ahora estuvieron ausentes, para su total agrado.
 “Ahora tuve algo a mi favor: el techo estaba más bajito y ya estoy acostumbrado a este lugar, porque en agosto había cambiado mi hábitat al irme a Varadero. Ahora el techo era de color blanco y negro, y me ubiqué precisamente donde coincidían ambos colores para, en un momento determinado, moverme hacia uno u otro lado y no perder la visión de la pelota”, acotó Erick.
 Hernández, quien expuso que la temperatura le ayudó bastante porque no había calor, sentenció que para el 2020, que será año olímpico, quiere poner un extra como hacen todos los dominadores del mundo. Y sobre su permanencia en estas modalidades expuso que, mientras esté motivado, seguirá  intentando romper récords.
 Cuando no me sienta a gusto, no intentaré nada más; pero ahora no es un sacrificio para mí, sino algo que disfruto mucho, sentenció el Dominador.
 Cubahora también conversó con Jorge Velázquez, preparador físico de Erick, quien fue bien categórico: él es muy disciplinado en el entrenamiento, trabaja muy duro en el gimnasio y eso le permite mantener la forma deportiva.
 “Cada récord es una experiencia diferente. En Varadero, en un suelo sintético, Erick resbaló mucho por la constante sudoración dadas las altas temperaturas existentes. Pero ahora, había un clima perfecto. Lo único que atentó algo fue el suelo duro, que le provocó contracciones en la zona de los glúteos, y tenía que relajar mucho las piernas. Si lo vuelve a hacer aquí, va a extender mucho más el tiempo de duración, concluyó Velázquez.