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lunes, 21 de octubre de 2024

La MLB: ¿víctima o culpable del tráfico humano?

La posibilidad de contratar peloteros cubanos en el principal circuito beisbolero del mundo ha pasado por la ruptura de relaciones diplomáticas entre las dos naciones pero sobre todo por las leyes absurdas del bloqueo económico impuesto a Cuba...

Joel García León en Exclusivo 28/05/2019
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José Abreu
La Major League Baseball (MLB) es la segunda competencia o empresa deportiva de mayor ganancia en el mundo. (Foto: espn.com).

La segunda competencia o empresa deportiva —para decirlo con más propiedad— de mayor ganancia en el mundo es la Major League Baseball (MLB). Sus más de 11 mil 500 millones generados en la pasada temporada tienen detrás calidad, espectáculo, historia y cultura, pero desde hace varios años un fantasma muy perseguido por la justicia de Estados Unidos ha penetrado en sus entrañas: el tráfico humano, en particular de jugadores cubanos.

La investigación que desde hace meses lleva a cabo el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y otros Departamentos del Gobierno a partir de casos concretos y una estela de documentos, declaraciones, juicios y testigos solo intenta determinar el involucramiento o no de oficiales, directivos y funcionarios de la MLB con los contrabandistas, “buscones y coyotes” para obligar a los peloteros cubanos a firmar contratos con sus equipos.

Este nuevo escándalo —que no adquiere más publicidad por la discreción judicial con que se está manejando— es interpretado por algunos especialistas como una escaramuza más de la MLB para llamar la atención y rentabilizar luego sus finanzas, similar a lo vivido en la década de los 90 del pasado siglo con el uso de sustancias prohibidas. Sin embargo, la pregunta clave hoy parece estar clara: ¿Es la MLB víctima o culpable del tráfico humano?

EL FENÓMENO COMIENZA...

La posibilidad de contratar peloteros cubanos desde 1959 en el principal circuito beisbolero del mundo ha pasado por la ruptura de relaciones diplomáticas entre las dos naciones de 1961 a 2015, pero sobre todo por las leyes absurdas del bloqueo económico impuesto a Cuba, que impiden transacciones comerciales y monetarias a personas jurídicas cubanas si no renuncian a vivir en la Isla.

Bajo las normativas actuales y como resultado de los Acuerdos entre los directivos de la Liga y la Asociación de Jugadores de la MLB, un pelotero cubano que abandone un equipo en el exterior o tenga residencia en otro país es declarado agente libre y puede firmar con el mejor postor en pocos meses, siempre y cuando tenga más de 23 años y al menos cinco series nacionales jugadas en nuestra tierra.

Los vericuetos son tan grandes que si adquiriera residencia en Estados Unidos en lugar de las naciones que se usan con más frecuencia: México, Dominicana, Haití, Nicaragua u otra, al jugador cubano entonces le tocaría cumplir su entrada por el draft de la MLB, el mismo que utilizan los nacidos en esa tierra y los peloteros latinos, con salarios limitados para los primeros años de carrera deportiva profesional.

“Yo quiero en el béisbol el comunismo”, declaró hace unos años el comentarista de ESPN Enrique Rojas, aludiendo a sus deseos que todos los peloteros tuvieran iguales derechos de llegar a la Gran Carpa sin discriminación política u otras, tal y como ocurre todavía con nuestros jugadores.

De ahí que el fenómeno parte de sacarlos ilegalmente de Cuba (se registran más de 30 casos ante tribunales estadounidenses, con los expedientes más sonados para los casos de Yasel Puig, José Dariel Abreú y Leonys Martín por las implicaciones que tuvieron para su integridad física y la de sus familias) lo cual deja un filón dorado a carteles como Los Zetas de México, y un entramado de falsificaciones y corrupción de autoridades aduaneras y consulares, entre otras, para permitir la entrada final a los Estados Unidos del pelotero nacido en esta Isla.

Sin embargo, las sospechas crecieron tras más de una Operación practicada por agentes del FBI y el Departamento de Seguridad Nacional desde el 2005, en las que se buscaba, una y otra vez, alguna vinculación directa o negocio pactado entre empleados o directivos de clubes de MLB y la red de contrabandistas de personas.

Entre los equipos que más llamaron la atención entonces y vuelven a ser blancos en días recientes de nuevas audiencias o llamados a los tribunales aparecen las Medias Blancas de Chicago, los Dodgers de los Ángeles, los Bravos de Atlanta y los Padres de San Diego. Por supuesto, no serán los únicos, pero sus contrataciones y la relación con sus scouts por América Latina están siendo revisadas con lupas.

DESENLACE PREVISIBLE…

El acuerdo logrado en diciembre del 2018 entre la Federación Cubana de Béisbol y la MLB tras varios años de conversaciones apuntaba a enrutar un camino legal de nuestros talentos a la Gran Carpa, y frenar lo que ya se iba convirtiendo en un bumerang para la mencionada empresa deportiva, pues no paraban las alertas del FBI y demás agencias federales sobre una posible relación de sus directivos con el tráfico humano.

Extorsionar, amenazar y chantajear a varios de los peloteros que juegan hoy en la MLB era una práctica común sobre las que ya era necesario actuar desde las leyes estadounidenses. De ahí que varios de los más famosos traficantes, llamados agentes deportivos: Bartolo Hernández, Eliézer Lazo y Gustavo Domínguez merecieron algunos años de condena en el 2015 y 2016.

Sin embargo, queda todavía más oscuridad, sombras y nombres sin tocar en la amplia cadena que llevó, por solo citar un ejemplo, a que Dayán Viciedo firmara con las Medias Blancas por 10 millones cuando otro equipo daba más. ¿La razón? Estaba cuadrada la oferta desde antes de salir de Cuba entre contrabandistas, jugador y…

Finalmente, en el libro “Desertores del Béisbol Cubano: la historia hasta ahora secreta”, del periodista fallecido Peter C. Bjarkman, se comenta una esclarecedora frase del legendario scout de los Dodgers nacido en Cuba, Mike Brito (directamente involucrado en el fichaje de Puig).  “Cómo salió de Cuba, no me importa. Tampoco quiero averiguarlo. … Lo único que nos importa es cuando un muchacho está en un territorio en el que podamos firmarlo. Firmar peloteros y mantener la boca cerrada. Mientras menos hables, menos te metes en problemas”.

La respuesta al título de este trabajo periodístico no sería exagerado encontrarla implícita en esas palabras de Brito. La novela de la MLB y el tráfico humano tendrá más capítulos. Y todos desgraciadamente marcados por el dinero y la cuestionable ética de las operaciones comerciales del deporte estadounidense.


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Joel García León

Se han publicado 1 comentarios


Javier Nd
 28/5/19 11:13

Ha sido desde epocas de antaño un negocio lucrativo y una forma más de hacerle daño al deporte de la Isla, se ha mesclado el negocio, el deporte y la politica en una sola jaba el del dinero, en eso esta todo el mundo y solo interesa las ganancias, al menos asi lo veo yo

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