El marcador del partido de baloncesto entre Cuba y Estados Unidos de este jueves, correspondiente a la ventana clasificatoria a la Fiba AmeriCup 2025, no atrajo tanto la atención como el buen juego de los antillanos.
Resulta que, pese a las dificultades que enfrentaron, cayeron de pie frente a los norteamericanos en la Silver Spur Arena de Osceola, Florida.
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Incluso la pizarra de 100-79 favorable a los de casa se antojó menos abultada de lo que podía esperarse, si se tienen en cuenta los tropiezos extradeportivos sufridos. A las ausencias sabidas de Howard Sant Roos y Yoanki Mencía se sumaron las de Pedro Bombino y Marcos Chacón, a quienes el país sede denegó la visa para asistir al compromiso.
Por ello debieron viajar con ocho hombres y la cuesta se empinó más con el abandono del equipo de Sergio Machado, que dejó al conjunto con solo siete integrantes.
Mas no faltó el compromiso y el talento de quienes sí defendieron los colores de Cuba, y a base de esfuerzo redoblado brindaron la imagen del equipo que antepone las voluntad y el brillo del talento a cualquier afrenta por compleja que parezca.
En ello resultó determinante la comprensión de la situación para el planteamiento táctico. Preservar el físico con solo dos recambios demanda paciencia y orden.
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Así planteó Osmel Planas el choque. Prueba de ello puede encontrarse en el hecho de que apenas se realizaron cuatro puntos de contragolpe por 22 de los rivales.
La pausa no significó la pérdida efímera de tiempo, sino el punto de partida para la organización que tuvo en Sigfredo "Tito" Casero un mariscal meticuloso y efectivo. Arriba se probó que Reinaldo García (19) y Jasiel Rivero (16) pueden hacer daño y conseguir puntos frente a cualquiera de los rivales que vendrán.
A pesar de las enormes ventajas de los locales y la falta de fondo físico de la visita, los primeros debían apretar el acelerador cuando funcionó la mecánica cubana y mientras el físico acompañó en el sobreesfuerzo, contrario al partido excesivamente abierto que algunos esperaban.
Quedaron números muy parecidos en los tiros de la pintura, pero en la larga distancia radicó la diferencia notable a favor de los ganadores y se confirmó la ineficacia de los caribeños en ese aspecto.
Algo parecido sucedió con la defensa de las tablas, en la cual se notó la ausencia de los hombres grandes y el desgaste asumido. Sin embargo, afloró la buena nueva de la excelente efectividad en la línea de tiros libres con un grato 89 % que sorprendió a propios y extraños.
El saldo, más allá del resultado, no puede valorarse sino en signos positivos, como la actuación del director técnico que mereció nota de notable, a pesar de que debió enfrentar la contingencia.
El próximo domingo se verán las caras estos mismos conjuntos en el Coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana, a sabiendas de que Bahamas fue capaz de vencer a Puerto Rico 88-77. Allí seguramente asistirán miles de los que hoy se llenaron de ilusión porque la derrota no empañó el desempeño.
Entonces jugarán con equipo completo y quizá alguno se atreve a soñar con desenlaces más placenteros de los que la realidad de ambos conjuntos puede hacer despertar. Lo que sí parece quedar asegurado es que este elenco merece toda la confianza.
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