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miércoles, 2 de octubre de 2024

Vaivén a lo USA

En la hamaca electoral norteamericana a Donald Trump la ha estado tocando últimamente la parte más estrecha...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 23/08/2016
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Explican los analistas que desde la realización de la convención republicana a la fecha, la figura del aspirante conservador a la presidencia de los Estados Unidos va de mal en peor.

Ya no se trata de desatinados juicios e imprecaciones del magnate inmobiliario con respecto a grupos sociales, naciones foráneas, figuras públicas y el propio sistema de gobierno y electoral del país, sino además de los aires de escándalo que empiezan a batir en su contra a partir de la renuncia de su responsable de campaña, Paul Manafort, quien aparentemente dejó su responsabilidad ante la promoción de Stephen Bannon y de Kellyanne Conway, como jefe ejecutivo y directora de comunicaciones de ese grupo de trabajo, respectivamente.

Solo que la salida de Manafort, a quien Trump dedicó no pocos elogios a la hora de su despedida, coincidió con revelaciones de influyentes órganos norteamericanos de prensa acerca de los estrechos lazos del funcionario con grupos ucranianos implicados en el golpe derechista ejecutado en esa ex república soviética, y al financiamiento, decenios atrás, del brutal y ya disuelto grupo armado Unión Nacional para la Independencia Total de Angola, UNITA, encabezado por el extinto Jonas Savimbi.

Una figura, el mencionado exjefe de la campaña de Trump, que además, según las fuentes ya citadas, “ha sido un conocido estratega y lobista a favor del más amplio y comprometido apoyo norteamericano a grupos políticos y dictadores en todo el mundo, durante las últimas décadas”, y que “fue consejero de los presidentes Gerald Ford, Ronald Reagan y George W. Bush.”

A ello se suma, como ya esbozamos en líneas anteriores, la ácida retórica de Trump, que incluso últimamente llegó al intento de estigmatizar públicamente a los padres de un joven militar norteamericano de origen musulmán muerto en la invasión contra Iraq en 2004, un gesto que llegó a desbordar la paciencia de algunos republicanos de ultraderecha que hasta ese momento toleraban y hasta aplaudían algunos de sus arranques verbales.

Y la cosa ha llegado a tales términos que el propio candidato republicano debió admitir ante los medios que, impulsado por los ardores de la campaña, se ha excedido en no pocas ocasiones en sus calificativos y juicios contra personas e instituciones, y por tanto, pedía disculpas públicas a los aludidos.

De todas formas, no pocos insisten en que estos intentos de mejorar su imagen no obedecen a ningún arrepentimiento sincero, sino al hecho de que, al decir textual de alguna prensa, su popularidad inicial está en franca picada, y por tanto, la pérdida de preferencia es notoria.

 De hecho, la contrincante demócrata Hillary Clinton ha logrado remontar su ventaja sobre Trump entre cuatro y diez puntos, según las más recientes encuestas.

 Así, la cadena televisiva CNN precisó en un sondeoelaborado entre el 29 y el 31 de julio últimos, al término de la Convención Demócrata de Filadelfia, que la Clinton contaba entonces con un 52 por ciento de la intención de voto frente al 43 por ciento de Trump.

 Mientras, por estos días, otras consultas aseguraban que la ex primera dama obtendría 46 por ciento de las boletas contra 42 por ciento a favor del magnate republicano.

¿Mal momento para Trump? Es muy posible que se trate de una “negativa racha” que el controvertido aspirante parece que intentará paliar mediante un forzoso cambio en su grupo de campaña y un accionar público menos ácido.

No obstante, la realidad es que nada está decidido aún con relación al sustituto de Barack Obama en la Casa Blanca, porque es un hecho que en materia eleccionaria norteamericana el conejo puede saltar donde y cuando menos se le espera.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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