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viernes, 26 de septiembre de 2025

¡Qué trabajo me dan!

Hay palabra que transmiten estados anímicos según las circunstancias y los intereses de cada cual...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 26/09/2025
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¡Qué trabajo me dan!
Trabajo es un vocablo que muestra la historia de la prestación de los servicios. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Cuando sobre la faz del territorio cubano imperaba la propiedad privada, quienes buscaban su sustento en el sector del comercio y la gastronomía podían perder el trabajo si no trataban bien al cliente, pues la más leve queja de su parte, provocaba una reprimenda o quedar cesante.

Los amos y señores del negocio cuidaban el incremento de sus ingresos con todo tipo de artimañas para atraer como primer paso y así conseguir compradores, lo cual dejaban claro en un slogan de la época: El cliente siempre tiene la razón.

Una incidental: las formas de propiedad no estatal están en proceso de extensión, pero por esos lares también impera el mal trato y los mostradores parecen ser un parapeto para repeler agresiones más que el muebel sobre el cual colocar las mercancías.

Continuamos: Había otras consignas como Un cliente contento es el mejor amigo del comerciante, donde quedaba claro que la amistad consistía en una relación en la cual se efectuara la operación de compra-venta.

Por aquellos tiempos además de las ganancias para el dueño del noegico, el empleado incrementaba sus ingresos a través de las propinas que recibía gracias a su comportamiento para ganarse la simpatía del cliente.

Otra digresión: corrían los días de 1968 cuando con argumentos como que tratar bien a los compatriotas era una conducta que debía ser guiada por el deber y la camaradería, y no por una retribución monetaria, dejó de existir la propina.

En tiempos presentes, aquella propina eliminada de cuajo ha resurgido, pero de manera degenerada hacia formas de soborno y lcompra de favores por lograr un privilegio en detrimento de los demás.

Seguimos: corrían los años de la década de los 70 del siglo pasado y cuando los gastronómicos esgrimieron: Mi trabajo es usted, y bajo ese slogan supuestamente se esmeraban en atender bien a los compatriotas desde la cómoda posición de un puesto laboral asegurado.

En público, y en una buena cantidad de carteles se propagaba la frase, aunque en lo más íntimo iba creciendo el sentimiento de que el cliente los hacía pasar trabajo, que no es lo mismo que trabajar: con lo cual hubo hasta quien dijo: qué trabajo paso para trabajar con el público. ¡Qué trabajo me dan!

Hubo mecanismos para garantizar exigencia y control, y así aparecieron los Libros de quejas y sugerencias, una planilla con una encuesta, y una tortuosa e inaccesible Escalera de reclamaciones, en la cual se explicaba que los planteamientos debían ir por niveles hasta el superior.

Lo más frecuente era no encontrar al administrador de la unidad, por tanto, el primer travesaño de la escalera rara vez puede ser encontrado, y eso sucede hasta en nuestros días, solo que ya no abunda el cartel firmado por La Admon.

El Noticiero Latinoamericano ICAIC encabezado por Santiago Alvarez hizo un documental en la cual preguntaba ¿Quién es ladmon?, ¿Dónde esta ladmon?, pues es un personaje auente que dejaba bien claras las prohibiciones para los clientes.

Referencias a la protección al consumidor abundan, nadie niega que formas parte de las políticas y que está contemplada en instrumentos legales, pero en la práctica, es de los asuntos cuyo cumplimiento hay que buscar en la luna, donde no han llegado los comerciantes y gastronómicos cubanos.

Muy preocupante que estemos renunciando a quejarnos por el mal trato, a exponer un problema, a reclamar nuestro derecho, y que cada vez abunden más los que como yo, considero que es perder el tiempo exponer que una balilta de glp solo duró un par de horas.

No pediría que me lo repongan por uno verdaderamente lleno, pues no lo revisé al momento de la compra y al llevarlo para la casa, puede haber tenido un salidero y no tengo cómo probar que no soy un mal intencionado.

Solo pediría que me atiendan y revisen los mecanismos internos, sobre todo porque se trata de un lugar donde su personal ha sido reemplazado con frecuencia, pero…

Pero he decidido apelar a la autoprotección y la autodefensa como consumidor: la próxima vez, pesaré la balita antes de salir de la unidad comercial.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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