El 11 de septiembre está marcado en la historia por fatídicos sucesos. En el 2001, dos aviones impactaron contra las torres gemelas en Nueva York reduciéndolas a escombros y cobrando la vida de miles de personas. Y precisamente en esa ciudad, 21 años atrás, el odio y la intolerancia acabaron con la vida de Félix García, diplomático cubano acreditado ante la Organización de Naciones Unidas.
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Los breves segundos que dura la luz roja de un semáforo fueron suficientes para que el terrorista apretara el gatillo y cuatro balas esparcieran sangre cubana en las calles de la ciudad estadounidense.
La Organización terrorista Omega 7, fundada el 11 de septiembre de 1974, un año después que en Chile bombardearan “La Moneda” para frenear el avance de las ideas progresistas que encarnaba Salvador Allende, se adjudicó semejante barbarie.
No era la primera vez que la agrupación perpetraba violentos actos contra quienes mostraban una postura de acercamiento a Cuba y fueron varios los planes para asesinar a representantes diplomáticos.
Pedro Remón fue quien apretó el gatillo y posee un triste historial de acciones terroristas llegando a estar vinculado, junto a Posada Carriles, en los planes para acabar con la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro durante su participación en la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno (Panamá 2000), quien lo denunció públicamente:
“Debo cumplir, sin embargo, el deber de informarles que, como en otras ocasiones en que viajo a estas Cumbres, elementos terroristas organizados, financiados y dirigidos desde Estados Unidos por la Fundación Nacional Cubano Americana, que es un instrumento del imperialismo y la extrema derecha de ese país, han sido enviados a Panamá con el propósito de eliminarme físicamente. Ya se encuentran en esta ciudad y han introducido armas y explosivos. Lo denuncio al llegar aquí y no antes de viajar para que a nadie le pase por la mente que cualquier peligro o amenaza pueda intimidar a la representación de Cuba.”
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Y ha sido ese precisamente el espíritu del pueblo cubano que no se ha dejado amedrentar por las más funestas acciones promovidas por el odio y que han costado la vida, no solo de Félix García, sino de otros valerosos diplomáticos que han demostrado el coraje y la valentía de las cubanas y los cubanos.
Cada 11 de septiembre, cuando se conmemora el Día de los Mártires del Servicio Exterior Cubano, recordamos a los caídos en el cumplimiento del deber y lo peligroso de arropar y crear las condiciones para que florezca el odio, ese que se utiliza como abono para alentar desde Estados Unidos los más atroces planes contra esta tierra caribeña, que lucha contra bloqueos y todo tipo de agresiones para mantenerse en pie, firme y soberana, como la quieren millones y por lo que la atacan unos pocos.
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