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viernes, 4 de octubre de 2024

Sin mi, la debacle

Trump se apresura en dejarle a su sucesor un país sumido en mil trabazones internacionales...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 27/12/2020
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Ataque-embajada EE.UU-Bagdad
Las acusaciones contra Irán por el ataque contra la embajada gringa en Bagdad forman parte del plan trumpista de boi-cotear todo futuro arreglo político con Teherán. (Nasser Nasser)

¿Recuerda el lector cómo varios años atrás el entonces secretario de Estado Colin Powell mostró ante la ONU las “pruebas gráficas” de los “arsenales de armas de destrucción masiva” de Sadam Hussein (nunca encontrados hasta estas fechas) para justificar la devastadora ocupación militar norteamericana a Iraq?

Eran, al decir del exgeneral, devenido jefe de la diplomacia gringa, los “concluyentes testimonios” de la urgencia de barrer al “tirano de Bagdad” y salvar al mundo de un amenazante holocausto.

Después, consumada la aventura, hasta el mismísimo Hollywood se encargaría en más de un filme de poner en evidencia la falacia que hundió a la nación iraquí en uno de los peores infortunios en su milenaria historia.

Pues bien, enfrascado en estos días en dejar luego de su despido el peor recuerdo y el más enredado escenario local y externo, y justo cuando un elevado número de congresistas solicitó del presidente electo Joe Biden una política constructiva hacia Teherán, la administración Trump volvió a remitirse a “pruebas gráficas” para culpar a Irán de los recientes ataques coheteriles contra la embajada gringa en plena Zona Verde de Bagdad, la capital iraquí.

La acción realizada días atrás destruyó instalaciones y vehículos de esa sede diplomática, un verdadero fortín rodeado de almenas militares, vehículos de combate, redes de localización y seguimiento, y un permanente contingente de infantes.

Según medios de prensa occidentales, en la acción “al menos ocho cohetes Katiusha cayeron en la Zona Verde altamente fortificada de Bagdad”, y a seguidas incluyeron un mensaje digital de Trump con una foto “que mostraba tres misiles que supuestamente se usaron en el ataque, pero no fueron lanzados”.

Otra vez la añeja “prueba contundente”, ahora responsabilizando a Teherán por el bombardeo a la embajada gringa en Iraq y amenazando con adelantar “severas represalias” contra la nación persa si algún militar norteamericano “resulta afectado” por acciones de ese tipo.

De inmediato el secretario de Estado, Mike Pompeo, secundó a su presidente acusando directamente a “milicias entrenadas por Irán” de un ataque en un país ocupado por militares foráneos, y donde, ciertamente, no faltan ni han faltado grupos y fuerzas locales con motivación y posibilidades muy concretas para ejecutar golpes bélicos contra los invasores que han hundido literalmente a esa nación árabe.

De inmediato la cancillería iraní cursó respuesta pública a semejante campaña, desestimando por completo las alusiones ridículas e irresponsables de Trump y sus personeros, y la burda intención de intentar darles validez a cuenta de una foto sin ningún valor probatorio.

El ministerio iraní de exteriores recordó precisamente que “la última vez que se usó tan burda variante, Estados Unidos arruinó nuestra región por falsificaciones sobre las armas de destrucción masiva, desperdiciando siete billones de dólares en una larga guerra y sacrificando la vida de 58 976 de sus militares”, algo que podría resultar “mucho peor esta vez” y que será “exclusiva responsabilidad de Donald Trump”.

Vale recordar que a raíz del bombardeo contra la sede diplomática, altos mandos iraníes se entrevistaron de inmediato con el gobierno iraquí para asegurarle su total distancia de este tipo de actuaciones, que ya son recurrentes con relación a la titulada Zona Verde y las instalaciones gringas allí radicadas.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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