Riesgosa persistencia

Va siendo muy difícil que alguien se siga tragando la historia de que Washington y sus aliados, aposentados militarmente en Siria de forma totalmente ilegal, ejecutan semejante plan en favor de la “sacrosanta misión” de combatir el terrorismo.

Más bien esa operación bélica, que tiene como escenario los alrededores de la ciudad de Al Raqa, donde se concentran efectivos del extremista Estado Islámico, ha estado esencialmente dirigida a frenar el avance en el área del ejército nacional sirio y sus colaboradores de Irán, el Hizbolá libanés y Rusia, cuya presencia responde a un acuerdo con las legítimas autoridades de Damasco.

Ya son varias las ocasiones en que la coalición que comanda Estados Unidos ha atacado con su aviación a tropas oficiales, ya sea en las cercanías de Al Raqa, como en las vías que conducen a la frontera entre Siria e Iraq, todo bajo el pretexto de que la presencia de tales efectivos “pone en riesgo las operaciones que bajo mando norteamericano llevan a cabo “efectivos rebeldes” que, con el membrete de Fuerzas Sirias Democráticas, FSD, estarían luchado contra agrupaciones terroristas.

Un total eufemismo, según apuntan algunos observadores, que en realidad significa la estructuración de un nuevo frente militar interno que dispute a Damasco el control del país, esta vez con el pretendido mérito de no coligarse con el extremismo violento, aun cuando muchos de sus miembros provengan del mismísimo Estado Islámico, creación exclusiva de los círculos norteamericanos de poder, restantes sus socios occidentales, el sionismo israelí y las satrapías regionales.

De ahí se colige entonces que el ataque estadounidense con misiles cruceros a una base aérea siria semanas atrás con el pretexto de castigar a Damasco por el uso de gases tóxicos contra la población civil, no tuvo otra intención que la de intentar mermar la efectividad de la aviación militar local para evitar su uso contra las áreas de operaciones ilegales cerca de Al Raqa.

Por demás, y es otro elemento a tomar en cuenta a la hora de desvelar los “secretos” hegemonistas, Rusia acaba de denunciar el traslado por Estados Unidos de misiles Himars desde Jordania a suelo sirio, con el propósito de reforzar sus ataques contra las avanzadas del ejército nacional y sus aliados que se mueven contra las posiciones terroristas.

Según un comunicado de Moscú: “…las fuerzas de la coalición, lideradas por Estados Unidos, agredieron en más de una ocasión a las tropas gubernamentales sirias que combaten al Estado Islámico cerca de la frontera con Jordania y, por eso, es de suponer, que esas acciones continuarán también en el futuro, pero ahora con el empleo de las lanzaderas Himars”.

La nota oficial añade: “¿Cuáles son entonces los verdaderos objetivos de los Estados Unidos en Siria y contra quién combaten sus soldados allí?”.

Un sucio y ultrajante comportamiento que provocó además el severo pronunciamiento del Hizbolá libanés, aliado de Damasco, en el sentido de que “…la sangre de los hijos de Siria, del Ejército sirio y sus amigos leales no puede ser derramada a capricho” y, por tanto, aseguró esa agrupación, “estamos listos para atacar las posiciones hegemonistas en el momento en que las condiciones lo exijan con todo nuestro poder de fuego”.