martes, 24 de septiembre de 2024

Plebiscitos ¿buenos para unos, malos para otros?

Argentina recuerda el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 02/04/2014
3 comentarios
Islas Malvinas
Desde 1965 la ONU considera a las Islas un enclave colonial en territorio argentino.

Como cada año desde el 2000, el pueblo argentino conmemora este 2 de abril el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Las Malvinas, en esta ocasión en un contexto internacional diferente, cuando en la lejana Crimea se celebró un plebiscito —invalidado por las naciones capitalistas— que devuelve esa república autónoma a la Federación Rusa, a la que siempre perteneció, y no a Ucrania, a la que fue impuesta en 1954.

La postura de Estados Unidos y de la Unión Europea, al rechazar —por considerar falsos— los resultados de la consulta popular de Crimea, donde el 96,6 por ciento de la población ruso-parlante se pronunció por retornar a Rusia, se ha expresado en medidas contra ese gobierno  ante el temor de que otros países anexados escojan también el camino de la separación.

El gobierno argentino denunció de manera indignada el doble rasero con que   Occidente evaluó la situación del referendo en Crimea en relación con el realizado en las Islas Malvinas en 2013, cuya soberanía reclama la nación suramericana. Ese archipiélago de enorme valor político y económico fue tomado por la fuerza en 1833 por el Reino Unido, uno de los líderes del capitalismo mundial.

Durante una reciente visita oficial a Francia e Italia, la presidenta Cristina Fernández desenmascaró “el doble estándar que aplican varios países al cuestionar el referendo realizado en la nueva república rusa, y avalar el realizado por el Reino Unido en las Islas Malvinas, en el cual los pobladores se mostraron favorables a seguir bajo la égida de la nación europea.

"Si carece de valor el referéndum de Crimea, a pocos kilómetros de Rusia, mucho menos uno de una colonia a 13 mil km de distancia", apuntó la Mandataria, que una vez más reclamó la soberanía de su pueblo en las Malvinas. 

Anteriormente, en Roma, la presidenta de Argentina criticó la doble moral del Reino Unido y las "principales potencias" en su enfoque sobre las consultas populares realizadas en Crimea y en Malvinas.

Fernández dijo que “el plebiscito para la autodeterminación en Crimea está mal, tomando en cuenta la postura de que el plebiscito de autodeterminación en Malvinas de los kelpers está bien", ya que los aliados al gobierno británico aplaudieron los resultados alcanzados, sin considerar las condiciones en que se realizó la colonización británica de esas ínsulas.

Estoy convencida, afirmó, de que el caso de Crimea corresponde a uno de los "famosos plebiscitos de la autodeterminación de los pueblos" y que “forma parte de lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas”.

En su denuncia sobre el doble rasero de los países capitalistas, la Mandataria expresó que "no se puede estar de acuerdo con la integridad territorial en Crimea y estar en desacuerdo con la integridad territorial con las Malvinas en Argentina. O estamos de acuerdo con todas las integraciones territoriales y el respeto a la soberanía de todos los países y a la historia de los países… respetamos los mismos principios para todos o realmente vivimos en un mundo donde no hay derecho, donde no hay respeto a lo que decimos, sino donde prima la relación del más fuerte”.

En el caso del referendo de Crimea, hecho con absoluta legitimidad, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) votaron por unanimidad contra la determinación popular.

Voceros de la UE calificaron el referendo de Crimea como ilegal e ilegítimo y afirmaron que no reconocen la adhesión de Crimea y de Sebastopol a la Federación de Rusia aprobada casi por unanimidad por la población. Los jefes de Estado de la Unión darán "una respuesta europea" —dicen sus voceros— a la situación que no le quita el sueño a los líderes rusos.

Lo cierto es que los problemas territoriales de hoy, según la visión de la Mandataria, son más ubicados en materia de geopolítica que en términos de soberanía, pues -a su juicio- son las principales potencias las que objetaron las reclamaciones de Argentina por considerar ilegitimas las preguntas hechas a los pobladores de las islas (llamadas Falkland por los ingleses).

Esos mismos sujetos que hoy pretenden actuar contra Rusia, a pesar del democrático proceso en Crimea, dieron por válido el referendo hecho por el Reino Unido en las Malvinas, un reservorio de millones de barriles de petróleo aún sin explotar y que sirve a los intereses imperialistas. Hay conciencia mundial de que los ingleses arrebataron por la fuerza esas ínsulas a Argentina, botaron a sus habitantes e impusieron a sus ciudadanos.

De ahí que Fernández aludiera a la postura de quienes votaron de manera unánime contra el plebiscito del pueblo de Crimea. De esta manera, la mandataria destacó que a partir de  esa postura doble por parte de los países de Occidente, "no se les pueden seguir tratando como representantes o garantes de la gobernanza de un poder global".

Las islas Malvinas siempre han pertenecido a Argentina, y Crimea siempre ha pertenecido a Rusia, precisó la Mandataria. "No resiste el menor análisis", sentenció Cristina Fernández, durante una conferencia de prensa brindada en Roma, donde visitó a su coterráneo el Papa Francisco.

LAS ISLAS SON ARGENTINAS DESDE 1820

Aunque fueron descubiertas en 1520 por el español Fernando de Magallanes, las islas —tras disputas con Inglaterra y Francia— quedaron en manos de la Península. Por derecho de sucesión pasaron a las Provincias Unidas del Río de la Plata, denominación inicial de la República Argentina. Esta, en reafirmación de sus derechos, se posesionaron de ellas el 6 de noviembre de 1820, cuando el Coronel de Marina David Jewett, comandante de la nave "Heroína” izó el pabellón azul y blanco en las ruinas de Puerto Soledad (ex puerto San Luis).

La pertenencia de las Islas Malvinas a las Provincias Unidas fue informada a británicos y franceses.Sin embargo, 13 años después la Corona británica empleó armas y artillería para desalojar por la fuerza a los suramericanos asentados allí, y colocaron en su lugar a familias inglesas cuyos descendientes aún residen en el territorio.

Los argentinos criollos e indígenas que vivían en el archipiélago en 1833, dirigidos por el agricultor Antonio Rivero, se alzaron contra la ocupación británica, en lo que se considera la primera reivindicación por la devolución del archipiélago.

Argentina fundamenta sus derechos en cuatro puntos: que España poseía las islas previamente, que esa posesión estaba justificada por el derecho de ocupación, que las principales potencias marítimas así lo habían reconocido, y finalmente, que las islas en cuestión se hallaban a 400 millas del territorio del antiguo Virreinato y a más de 14 mil kilómetros del imperio ocupante.

En la actualidad, apoyado por Estados Unidos y sus aliados europeos, la postura del actual Primer Ministro británico, David Cameron, es de absoluta grosería hacia el gobierno legítimo de Cristina Fernández.

Cameron amenazó con el reforzamiento militar en las Islas y la negativa a iniciar un diálogo conciliador con las autoridades suramericanas, que cuentan con el respaldo mundial para recuperar su territorio insular. Para el Reino Unido y su régimen derechista, la posibilidad de un diálogo para acercar posiciones es imposible, pues es conocido que hay importantes intereses económicos y políticos en juego.

Hace poco más de un año, la empresa británica Rockhopper informó que encontró en la plataforma insular un estimado de 350 millones de barriles petróleo, es decir, unos 27 mil 600 millones de euros, que comenzarán a explotar en 2016, la verdadera razón de que el antiguo imperio británico quiera mantenerse en el archipiélago malvinense.

El Premier Camerón —que como sus antecesores  mantiene una indiferente actitud ante las 49 resoluciones de Naciones Unidas (ONU), que desde 1965 considera a las Islas un enclave colonial en territorio  argentino— tomó decisiones militares de envergadura, innecesarias para reforzar los ocupados enclaves, aunque conoce que los dirigentes actuales del país agredido solo buscan un diálogo de paz.

Para los argentinos, el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas es una conmemoración llena de tristeza pero también reivindica la valentía de los jóvenes que lucharon por una tierra que les es propia y a la cual fueron enviados sin preparación militar en 1982 por la dictadura militar a un sacrificio seguro. Las condiciones internas de la nación, con graves problemas económicos, empobrecimiento y el alto número de crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas —más de 20 mil desaparecidos— y miles de detenidos o enviados al exilio fueron el verdadero motivo de los militares para inmolar a su juventud.

Aunque el régimen dictatorial conocía que la resistencia de los nacionales sería corta, anunciaron a la población la recuperación de las Malvinas en un sorpresivo desembarco de tropas del ejército, acción que calificaron de muestra de soberanía.

Sin embargo, seis días después, el gobierno de Margaret Thatcher, no por gusto llamada La Dama de hierro, envió hacia el punto de conflicto un convoy con miles de soldados equipados fuertemente.  Ante la situación, potencias como Estados Unidos y Francia, condenaron junto a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el accionar de los argentinos, sin realizar intervención alguna para detener el conflicto.

A pesar de la superioridad de las tropas inglesas, los argentinos demostraron el valor, la fuerza y el sacrificio luchando hasta el cansancio por la soberanía nacional.

Tras dos meses y medio de contienda, el 14 de junio, Argentina se rindió. El final de la guerra es considerado para muchos historiadores como una “herida mortal” para la dictadura militar argentina. En la corta contienda murieron 650 jóvenes soldados y miles quedaron mutilados.

En la actualidad, indica el periódico The Times, los usurpadores británicos mantienen cuatro aviones Thyphoon en la base aérea de Mount Pleasant, radares y equipos militares modernos, y también una fragata o un destructor que patrullan la zona. La dotación es de mil 700 soldados, casi la misma cifra de habitantes del territorio.

Luego de contar con estos elementos históricos, es absolutamente válido que al igual que el pueblo de Crimea reclamó su pertenencia a la Federación Rusa, los argentinos mantengan su reivindicación sobre un archipiélago que históricamente forma parte de su territorio.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 3 comentarios


Pablo Karina Montenegro Vasquez desde FB
 2/4/14 15:34

Nuestra querida perla Austral. Las Malvinas son Argentinas se lo mire por donde se lo mire

Carlos Garcia desde FB
 2/4/14 15:33

Son y seran siempre ARGENTINAS !!!

Eduardo Espinosa Fernandez desde FB
 2/4/14 15:32

Las Malvinas son Argentinas, como la base militar de Guantánamo, es Cubana, es decir son latinoamericanas y es nuestro deber luchar exigiendo la inmediata desocupación y devolución, unete a la lucha e inicia compartiendo este enlace, ya

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