Ni un milagro…

Sin grandes esperanzas de lograr la formación de un gobierno que ponga fin a la carencia de administración nacional desde diciembre último, el rey de España, Felipe Sexto, inició una tercera ronda de conversaciones con los principales partidos políticos del país.

Se trata de un último esfuerzo por intentar concretar una dirección en la Moncloa, que desde fines del año pasado está en manos de un gabinete interino luego de comicios generales donde ninguna fuerza pudo obtener el respaldo necesario para encabezarla.

Como recuerdan una y otra vez los medios de prensa locales, en aquel entonces “el oficialista Partido Popular, PP, logró 123 de los 350 escaños de la Cámara baja; el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, 90, el izquierdista Podemos 69 y el centrista Ciudadanos 40.”

En casi cinco meses no se ha podido tejer un consenso entre estos grupos para lograr gobierno. De hecho, una fuerte tendencia aconsejó evitar una vuelta del derechista PP y la monarquía optó por entregar la posibilidad de formar gabinete a Pedro Sánchez, líder del PSOE, quien lo único que pudo concretar fue una magra convergencia con el centrista Ciudadanos que no ha sido aceptada por Podemos.

Incluso en reciente consulta entre sus bases, este último movimiento reconfirmó que no existe apoyo interno a presumibles conversaciones ni alianzas con una entidad que consideran “mediatizadora de un cambio profundo en España.”

Con ese panorama, generador de no poco descontento y desconcierto entre la gente de a píe con relación a la clase política, es que el Rey decidió convocar a las actuales consultas como si aparentase esperar por un milagro de última hora.

El diálogo, que de no concretar soluciones daría paso a la disolución del parlamento y nuevos comicios, cierra oficialmente el cercano dos de mayo.

Mientras, las acusaciones mutuas entre los grupos no han dejado de matizar el complicado escenario.

La derecha aprovecha para desacreditar a la izquierda por su incapacidad de crear estabilidad y gobernabilidad internas, mientras que está última persiste en la carencia de diálogo constructivo a la vez que acude a recordar a la ciudadanía que bajo el PP el país no ha podido remontar sus severas limitaciones y entuertos.

No obstante, y en mar tan proceloso, algunos medios de prensa dieron a conocer de contactos iniciales entre el derechista PP y el centrista Ciudadanos para “analizar en conjunto al dilema político que vive la nación”, lo que ha levantado suspicacias en torno a que tal vez esta última fuerza esté considerando romper su pacto actual con el PSOE para acercarse al partido del hasta ahora saliente jefe de gobierno Mariano Rajoy.

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, intercambió telefónicamente con Rajoy sobre el particular, y aunque dijo que hará lo mismo con Pedro Sánchez, no pocos han encendido las alarmas en torno a algún inesperado giro que apunte a desbancar la idea más o menos cristalizada de que el país requiere de una administración de corte progresista.

En fin…vivir para ver.