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viernes, 4 de octubre de 2024

Los muros que no valen

Con su ataque con misiles a Siria, rompe Washington todas las normativas internacionales y degrada la credibilidad de sus actuales autoridades...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 08/04/2017
1 comentarios
Ataque de EE.UU. a Siria
Vladímir Putin no ha tenido reparos en calificar de “agresión violatoria de las leyes internacionales” el ataque norteamericano a Siria

Hace apenas unos días los más importantes representantes de la política exterior norteamericana confirmaron que, a tono con precedentes afirmaciones de Donald Trump, los Estados Unidos tenían como prioridad clave en Siria defenestrar a los terroristas del Estado Islámico. Incluso, indicaron que la suerte del presidente Bashar al Asad era una decisión del pueblo sirio.

Sin embargo, pasaron apenas horas para que andanadas de misiles norteamericanos fueran lanzados por unilateral orden presidencial contra una base militar en Siria, un Estado extranjero soberano, como pretendido castigo por la destrucción, a manos de las fuerzas aéreas locales, de un depósito de pertrechos de los terroristas de Al Nusra, donde se almacenaban, además, armas químicas, a pesar de su cercanía a un área poblada, lo que causó numerosas bajas civiles.

Desde luego, como señalan medios de prensa, quienes por estos días han matado en Iraq a miles de civiles en sus “operaciones anti yihadistas” y además pretenden cerrar sus fronteras nacionales a refugiados de varias naciones de Oriente Medio y Asia Central víctimas de guerras impuestas por los intereses hegemonistas, estaban tan llenos de indignación con Damasco que no podían esperar por una investigación seria y meticulosa en torno a los citados acontecimientos en suelo sirio.

Al diablo entonces todo lo dicho y declarado, y por encima de cualquier otro criterio interno o externo, allá se ordenó la “operación de castigo”, curiosamente con la presencia del presidente chino Xi Jinping en los predios floridanos de Donald Trump, tal vez como para mostrarle in situ que se encuentra de visita en “la primera potencia del orbe”.

Lo cierto es que tan injustificado desmadre no pasará como un episodio más en la destrucción sembrada en Oriente Medio y Asia Central por los sectores norteamericanos más reaccionarios, sus restantes socios occidentales, el sionismo israelí, las satrapías árabes y los extremistas islámicos.

Y es que, en Siria, país que por demás se deshizo de sus armas químicas hace ya muchos años, no combaten solo terroristas y tropas oficiales.

De manera que, para Irán, el Hizbulá libanés y Rusia, presentes sobre el terreno previa soberana decisión de Damasco, esta agresión militar directa de los Estados Unidos abre un enorme alerta.

Y si Washington gusta de citar sus intereses geopolíticos cada vez que ataca e invade a ajenos, debe recordar que Teherán, los rebeldes libaneses y Moscú también poseen los suyos, y muy en especial legítimos con relación a un país tradicionalmente identificado con las más nobles causas regionales.

Vladímir Putin no ha tenido reparos en calificar de “agresión violatoria de las leyes internacionales” el ataque norteamericano a Siria, y precisó que semejante escalada complica mucho más las ya golpeadas relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca, al tiempo que dificulta el entendimiento bilateral para acciones militares conjuntas contra los terroristas.

Al fin y al cabo, Al Nusra, Al Qaeda y el Estado Islámico deben su creación y existencia a los poderes hegemónicos y sus socios ya citados en líneas anteriores, como pueden agradecerle también el poseer arsenales de armas químicas a contrapelo de su rechazo legal a escala planetaria.

En consecuencia, afirman no pocos observadores, el ataque ordenado por Trump contra el Ejército Nacional sirio no puede ser más irresponsable, peligroso y contraproducente para la credibilidad de su administración y de su persona, amén de que, incluso dentro del legislativo estadounidense, varios senadores del propio Partido Republicano ya consideraron como totalmente apresurada, imprudente y unilateral semejante decisión, toda vez que el presidente no está facultado para ordenar actos de guerra sin previo consentimiento del Congreso.

 


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


senelio ceballos
 8/4/17 16:25

Saludos NESTOR!!..Bien !!  Bravo su articulo...Le podriamos agregar un comentario...para mas claridad a nuestros colegas y seguidores....CADA COHETE de ese tipo le cuesta al ciudadano norteamericano entre  1,0  -  1.3 millones de dolares...MAS DE 60 -62 MILLONES volaron sencilamente en unos minutos.....Con una bajisima efectividad fisica...PERO un buen ataque muy efectivo contra la ONU y a toda publicidad para agencias y TV como le gusta al presidente 45 de EU...Cont.

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