Lealmente incómodos

“Nicolás Maduro sustituyó al político latinoamericano más carismático del siglo XXI. Durante su gobierno se gestó la peor crisis económica de la historia reciente de Venezuela. Y a pesar de todo, sobrevive”. Con esas palabras dio inicio a su trabajo sobre las elecciones del domingo el corresponsal de la BBC en Caracas, Daniel García Marco.

¿Estaba elogiando merecidamente al líder del proceso bolivariano y a su sucesor, o buscaba un anzuelo periodístico para no ser rechazado por lectores suficientemente avisados de por dónde camina la verdad?

A continuación plantea, más-menos, algunas de las retorcidas tesis que vienen empleando el resto de los grandes medios difusivos  sobre los acontecimientos en el país del Gran Libertador y Hugo Chávez, para descalificar estos comicios. Una de las más reiteradas, insiste en que no son democráticas y se deben desconocer. ¿Qué harán si gana un opositor?

Otra pregunta esencial: ¿Por qué esos mismos medios no impugnan a las monarquías hereditarias,  árabes o europeas? Tampoco les parecen inadecuados los comicios en países donde el voto es tan dividido que resulta tortuoso formar gobierno. Recién ha ocurrido en España, Alemania e Italia, o evidenciado en las anomalías del sistema electivo indirecto de Estados Unidos, donde se repite la paradoja de nombrar presidente a quien no obtuvo el voto popular mayoritario.

Los venezolanos, en 19 años, fueron convocados a 25 exámenes comiciales mediante voto secreto y directo. Todos, incluyendo el actual, con presencia de observadores internacionales. Luego esa sobrevivencia a la cual alude la antigua cadena informativa londinense, está avalada por personalidades e instituciones extranjeras imparciales.

Alguien dijo -le pido prestado el criterio- que el proceso electoral más transparente y auditado del mundo, es el venezolano. También resulta uno de los más atacados. Ahora mismo hay por encima de un centenar de observadores foráneos arbitrando el escrutinio.

Y como en cualquier sitio del planeta, dentro de ese país no todas las opiniones son coincidentes. Por eso hay 5 candidatos contendiendo, en tanto se conoce por igual de grupos polifacéticos que consideran:

“Este 20 de mayo de 2018 no es solo la expresión de una disputa por un cargo entre dos visiones distintas del mundo, es un momento para decidir hacia dónde queremos ir y quienes queremos ser. Por ello, desde el pensamiento crítico convocamos a todos y todas a votar con resolución por Nicolás Maduro Moros como conductor del gobierno y la patria Bolivariana” (…) de ser reelegido “continuaremos siendo lealmente incómodos, trabajando al lado del pueblo sin dejar de decir y denunciar lo que consideremos equívoco”.

El razonamiento y llamado lo firman una elevada cantidad de personas con diferentes ocupaciones e indica que si bien Maduro y la obra chavista tienen rivales, también hay gente que incluso no considerando ideal lo emprendido, lo valoran y suman partidarios.

Otro ángulo aparece en el enfoque del vicepresidente boliviano, Álvaro Garcia Liniera, quien en referencia al momento y jerarquía de esta cita a urnas, plantea: “Lo único que detiene a Estados Unidos de arrollar cualquier atisbo de democracia, igualdad, bienestar de gente humilde en el continente latinoamericano es el freno que pone Venezuela”, cuyo gobierno es capaz de someterse de nuevo a prueba.

De otra manera y por distintas razones, Kurt Walter Tidd, actual comandante en jefe del Comando Sur estadounidense, reconoce en un informe confidencial  obtenido por la colega argentina Stella Calloni, que la oposición venezolana, aparte de dividida, es incapaz de encauzar de modo satisfactorio al país petrolero. Eso también implica reconocer que pese a lo gastado y promovido desde fuera contra la opción bolivariana, esta tiene la organicidad y prestigio suficientes como para ser reconocida de nuevo por su pueblo.

Sin atropellar  a la sensatez, debe tenerse en cuenta el desgaste  de 5 años de mandato en circunstancias excepcionales, y que los contrincantes de Nicolás Maduro, seguro captarán un porcentaje -quizás nada despreciable- de papeletas de los votantes. También, como decía la abuela, en cualquier momento hasta lo imposible puede ocurrir. Son millones quienes esperan que no sea así.