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viernes, 4 de octubre de 2024

Historias paralelas

El hecho de que el presidente electo de los Estados Unidos sea un advenedizo en la política, llena de incertidumbre a todos...

Alexander García Milián en Exclusivo 19/01/2017
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Donald Trump
Donald Trump y el gobierno de la expectativa.

Esta es una idea robada, para decirlo de alguna manera, solo la pasión por la historia y la literatura me justifica ante la persona “plagiada”, por ello hablaré por los dos. Lo haré con la convicción de no expresar mi criterio nada más, sino el de ella, el de muchos. Es sobre Donald Trump y las expectativas que depara su mandato político.

VISITA AL GRAN TEATRO DEL MUNDO

En Manhattan Transfer, John Dos Passos recrea al Estados Unidos de inicios del siglo XX. De modo inconsciente el escritor refleja el transcurso de la vida en la urbe neoyorquina, todo era “un gran teatro” que proyectaba funciones entre sensacionales anuncios publicitarios y el poder de convertir las cosas en dinero. En ese contexto, el mismo del que hablara Theodore Dreiser en La Tragedia Americana y El Financiero, aparece Theodore Roosevelt, un personajillo de “poca monta” al cual el magnate Hearst le insufló aires de héroe y de gran patriota en medio de una guerra contra España, creada a lo Ibsen o Stanislavski por él, la misma que utilizó para llevar a la silla presidencial al ya mencionado Teddy, el “famoso rough rider” de la campaña en Cuba, sin dudas uno de los mandatarios más injuriados en ese país.

Al paso de más de un siglo aparece otra vez un hombre que emerge del mundo de los shows y los espectáculos, alguien que parapetado en su dinero llegó a la Casa Blanca. Sí, porque Donald Trump, con la “capa de Batman” a la moda del clásico “superhéroe”, trabajó con inteligencia una magistral puesta en escena y casi rayando la perfección coló en el imaginario norteamericano la total repulsión a los políticos tradicionales y al stablishment en general, algo que lo impulsó a obtener el voto necesario para este 20 de enero comenzar a regir los destinos de ese país. No hablamos de Polichinela y la Comedia del Arte, tampoco de Molière con su juego de máscaras son la escenas de la vida diaria en el país más desarrollado del mundo, esas que vemos en las obras de Eugene O’Neill y Tennesee Williams.

ENTRE PREDICCIONES BÍBLICAS Y ASTROLÓGICAS

El fenómeno en cuestión da lugar a suposiciones, analogías y leyendas de todo tipo; entre las singulares especulaciones está la del Anticristo, el ser profético que llegaría como adversario de Jesús, el mismo con el que identificaron a Napoleón y a Hitler, los primeros en cumplir los “supuestos requisitos” según la tradición cristiana, como dicen que el mítico Nostradamus también alertó.

Y aquí entra en escena Trump y su carácter controversial, ese con el que da con todo al sistema estadounidense y a la vez elogia a Vladimir Putin, la “bestia negra” de Estados Unidos. Lo cierto es que el millonario guiará desde la Casa Blanca a la primera economía global inmerso en un mapa geopolítico muy similar al que existía en los años 30, cuando ascendieron los regímenes totalitarios de Italia, Alemania y Rusia.

LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

La sublevación de los cangaceiros en Brasil contra la república que destronó a la monarquía de los Braganza fue llevada de forma genial a la literatura por el polémico Mario Vargas Llosa en su novela La guerra del fin del mundo, pues el conflicto tuvo lugar en plena selva amazónica, lugar muy intrincado y lejano de la civilización. Algo parecido a lo que ocurre hoy con los yihadistas que en nombre del Islam masacran a miles y ponen al Medio Oriente en la cima de un volcán que pudiera eclosionar en el fin de la humanidad.

Hoy todo parece ser una guerra interminable, es lo que el señor Trump enfrenta, y las expectativas con su persona aumentan hasta rozar el miedo, pues su xenofobia acentúa el racismo que en la mentalidad de “macho alfa” del también reconocido presentador de televisión nos lleva a preguntarnos ¿Termina el mundo? o es un acto más del The show que cantaba Queen.


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Alexander García Milián


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