Medios de comunicación y políticos en Estados Unidos tocan campanas al vuelo porque se ha alcanzado un acuerdo entre sindicatos -que en el país del norte agrupan sólo el 11% de los trabajadores- y representantes de los empresarios que supondría el otorgamiento anual de 20 a 200 000 visas temporales que comenzarían en un nivel de 20 000 en el año 2015. El grupo bipartidista, que integran ocho senadores para negociar un proyecto de reforma migratoria, anunció, sin embargo, que la solución para los once millones de indocumentados residentes en el país sigue pendiente.
El presidente Barack Obama afirmó el pasado 12 de febrero que “ha llegado la hora de aprobar una reforma migratoria integral”. Él es el mandatario que más migrantes ha deportado en la historia; sólo mexicanos envía de regreso unos 500 mil cada año, superando con creces los 300 000 que deportaba su predecesor George W. Bush.
Se ha sofisticado la represión. Una enorme base de datos de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) está interconectada con las bases de datos del FBI y de la Administración del Seguro Social (SSA) y permite que las redadas contra migrantes sean ejecutadas en silencio, lejos de las cámaras de televisión. Ya no se envían a las fábricas agentes armados para capturar indocumentados, se verifica en las computadoras los datos, previamente suministrados por los empleadores contra los del FBI y la SSA. Las organizaciones de derechos civiles denuncian que este sistema ha convertido a los empleadores en agentes de inmigración.
En su discurso del 12 de febrero, Obama señaló el espíritu de esta “reforma”:
“Una reforma verdadera significa contar con una sólida seguridad fronteriza. Podemos aprovechar el progreso ya logrado por mi Administración: hemos desplegado más fuerzas en la frontera sureña que en ningún otro momento de nuestra historia y hemos reducido los cruces ilegales a sus niveles más bajos en 40 años”.
“Una reforma verdadera significa establecer un camino responsable para ganarse la ciudadanía. Un camino que incluya aprobar una verificación de antecedentes, pagar impuestos y abonar una multa significativa, aprender inglés y ocupar su lugar correspondiente en la cola, detrás de aquellos que están tratando de residir legalmente en el país.
“Además, una reforma verdadera significa reparar el sistema de inmigración legal para acortar los períodos de espera, reducir la burocracia y atraer a los empresarios e ingenieros altamente calificados para que nos ayuden a crear empleos y fomentar nuestra economía”.
O sea, reprimir mejor para filtrar el talento y robarse los cerebros de la Latinoamérica que el mismo EE.UU. ha subdesarrolllado. Vaya motivo para estar felices al Sur del Río Bravo.
Miguel A.
5/4/13 6:41
Suponiendo que otorguen 200.000 visas anuales, a partir del 2015, el último de los 11.000.000 de ilegales actuales la recibiría en el 2070, dentro de 55 años. El 57º presidente de los EEUU (Obama es el 44º) dirá orgulloso, al entregarle la visa temporal, “misión cumplida”. ¡Cuanto cinismo! Saludos, Miguel A.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.