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domingo, 6 de octubre de 2024

Duro y a la cabeza

El llamado Estado Islámico recibe severos golpes en Siria e Iraq...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 01/09/2017
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Golpes a Estado Islámico
Lo cierto es que las cosas no están marchando nada bien para el EI y aquellos que le prestan asistencia.

Es seguro que los impulsores de la llamada “Coalición Internacional”, que liderada por Estados Unidos actúa en Oriente Medio y Asia Central, no estarán de plácemes con las últimas noticias procedentes de los frentes de batalla contra el terrorismo.

Y es que los integrantes de esa “libertaria y decidida” agrupación son precisamente los que, bajo el rótulo de batir a los grupos de extremistas islámicos, pretenden, a la vez que ampliar la presencia hegemonista en dichas áreas, obstaculizar la total desaparición de tales especímenes a manos de las airadas víctimas de sus tropelías.

Baste recordar que desde hace buena cantidad de años los Estados Unidos está empeñado en su titulada campaña antiterrorista global, que lejos de descoyuntar a Al Qaeda y sus y tributarios, los sigue utilizando como punta de lanza.

Tan es así, que en medio de tan “furibunda arremetida bélica occidental contra el extremismo” surgió y se convirtió en una criatura incontrolable el titulado Estado Islámico (EI), justo en diversas secciones geográficas de Iraq y Siria.

De paso, y en especial en el caso sirio, la denominada “oposición armada no extremista” ha sido y es en realidad una suerte de disimulado centro de preparación de terroristas, que ulteriormente nutren las filas que se inclinan por el fanático culto a un retorcido yihadismo.

Pero lo cierto es que las cosas no están marchando nada bien para el EI y aquellos que le prestan asistencia (Washington, Tel Aviv, varias naciones de Europa Occidental, Turquía y las satrapías árabes), toda vez que en Iraq, las fuerzas armadas locales anunciaron la muy reciente liberación de la ciudad de Tal Afar, uno de los últimos reductos terroristas en esa nación, en tanto en Siria las tropas gubernamentales y la aviación rusa aniquilaron una unidad combinada del Estado Islámico compuesta por más de 800 sujetos y decenas de carros blindados y artillería en la estratégica área de Ghanim Al-Ali, en el valle del río Éufrates.

Según este último reporte, se trataba de uno de los conglomerados más recalcitrantes y bien pertrechados del EI en Siria, y ahora el ejército nacional y los efectivos militares de Rusia, Irán y el Hizbolá libanés están en mejores condiciones de golpear la ciudad de Deir ez Zor y “destruir el último bastión yihadista en el país.”

Paralelamente, Rusia precisó que se calculan en unos nueve mil los terroristas que ahora mismo operan en la zona central siria y en las cercanías de la frontera con Iraq, y que sobre esos grupos se concentrará en lo adelante todo el poderío de Damasco y sus aliados.

Por demás, y como complemento al logro de una rápida victoria bélica, Moscú ordenó la implementación en Siria de un sistema de combate contra drones y aviones no tripulados que son utilizados o apoyan las operaciones de los terroristas.  Las fuentes rusas aseveran que el EI y otros grupos extremistas han recibido equipos de esa índole y asistencia de naves sin piloto para espiar las posiciones contrarias, atacar puntos de manera más precisa, o lanzar gases tóxicos sobre la población civil, entre otras tropelías.

En consecuencia, el sistema defensivo ya en uso permite detectar los artefactos intrusos y destruirlos o neutralizarlos mediante un equipamiento antiaéreo especializado.

Queda por ver entonces si ante este panorama los creadores, protectores e impulsores del terrorismo islámico como arma de conquista de influencia geoestratégica en Asia Central y Oriente Medio entran de una vez en razón, o simplemente apuestan por la loca carta de seguir escalando los conflictos y de una vez colocar su cinismo y doblez en pleno epicentro del criterio público internacional.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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