Derecha venezolana acelera su reloj

La mañana de este miércoles 29 —cuando falta apenas un mes para las elecciones generales de candidatos a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)—, Caracas, la capital venezolana, amaneció en calma, sin tanques en las calles ni redadas ni allanamientos policíacos. La paz prevaleció sobre el terror de pocas horas antes.

Un helicóptero militar fue hurtado en la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda en La Carlota, Caracas, atacó dos instituciones públicas en la Avenida Urdaneta, una de las más transitadas de la capital, contra las que usó armas letales, como ametralladoras y granadas.

Para los revolucionarios venezolanos la respuesta es una sola. Ante el terror, el diálogo; ante el terror, mayores preparativos para un buen desenlace de los comicios generales del domingo 30 de julio, cuando el pueblo de manera directa, libre y secreta elegirá a quienes serán los constituyentes que redactarán y adecuarán la actual Carta Magna, para consolidar el proceso político bolivariano y acabar las mañas de una oposición vendida a los imperialistas.

Las autoridades venezolanas han dado la importancia que posee a la acción terrorista realizada por un individuo llamado Oscar Pérez —no se mencionó aún el nombre del segundo hombre que abordó la nave—, pero tampoco lo consideran un intento de golpe de Estado sino una acción que estiman aislada para sembrar el miedo en la ciudadanía y boicotear los mítines de los candidatos a la ANC y la posterior asistencia a las urnas.

Pérez, 36 años, buscado por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y los cuerpos de seguridad del Estado, es inspector adscripto a la división de transporte aéreo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CIPC), y de acuerdo con la Agencia Venezolana de Noticias está siendo investigado por sus vínculos con la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos.

Informado sobre el incidente, el presidente Nicolás Maduro, quien se encontraba en el Palacio de Miraflores en la entrega del Premio Nacional de Periodismo, declaró de inmediato que “no será un grupo de terroristas el que se imponga”, y acusó a los líderes de la derecha de protagonizar una escalada de violencia con el objetivo final de una confrontación civil.

“Ustedes, señores de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática, alianza de derecha), han iniciado una escalada hacia una guerra civil, y la vamos a aguantar, no se lo vamos a permitir”.

En estos momentos, las fuerzas de búsqueda y captura están desplegadas para arrestar a los saboteadores que atentaron contra el Ministerio del Interior, Justicia y Paz, y el Supremo Tribunal de Justicia. Balearon los predios y lanzaron granadas que, felizmente, no causaron víctimas, pero sí el caos en esa zona de la poblada ciudad.

Para el pueblo revolucionario de Venezuela y para sus autoridades está claro que, según avancen los días, crecerá la tensión en la nación suramericana, pues los partidos de la oposición apoyados por Estados Unidos y sus instituciones, como la Organización de Estados Americanos (OEA), tienen como prioridad el derrocamiento del presidente de Nicolás Maduro para apoderarse de los grandes recursos naturales del país, quinto exportador de petróleo a nivel mundial, con enormes reservas de ese producto, oro y gas, entre otros.

Para lograrlo, desde el triunfo del fallecido presidente Hugo Chávez en 1998, los órganos de inteligencia estadounidenses han desplegado distintas tácticas para derrotar el proceso bolivariano, desde la guerra sucia en la economía con graves afectaciones sociales, hasta la violencia callejera que en 2014 dejó 40 personas muertas y la actual oleada desde hace unas tres semanas con el doble de fallecidos y más de mil heridos.

En conferencia de prensa, a pocas horas de la acción terrorista que se une a las violentas movilizaciones callejeras de la oposición con graves repercusiones en la tranquilidad ciudadana, pérdida de vidas y de edificios institucionales, el canciller Samuel Moncada lamentó el silencio de los medios de comunicación, tanto locales como internacionales, sobre los acontecimientos. “Si están tan preocupados por Venezuela, ¿por qué no condenan el terrorismo?, ¿por qué guardan un silencio cómplice?”, se preguntó.

Ni la Unión Europea —puso como ejemplo— ni otros grandes bloques y países se han pronunciado contra la acción terrorista, mientras 17 naciones africanas, en específico gobiernos amigos, y cientos de mensajes de movimientos sociales llegaron a Caracas en condena a las acciones extremistas sobre una superpoblada ciudad, en la cual, dijo, era imposible derrumbar el helicóptero agresor.

“Ahora sabremos —comentó— quienes son nuestros amigos”.

Moncada precisó que lo ocurrido es una acción “de un loco” que no merece una gran movilización militar, porque el gobierno está en control, fuerte, y dispuesto a llevar a vías de hecho y con éxito las próximas elecciones generales, que no son reconocidas por los partidos opositores de derecha.

Criticó el canciller la postura de los agrupaciones conservadoras, que tampoco condenaron el atentado terrorista, ya que a pesar de las diferencias con el gobierno, se trata de una acción incompatible con un pueblo que trata de vivir en paz, establecer su ANC y darle un impulso constitucional a los planes legados por el fallecido presidente Hugo Chávez Frías, padre de la Revolución del socialismo del siglo XXI.

Las acciones investigativas están en marcha en Venezuela para verificar el alcance del acto terrorista, ocurrido en la tarde de este martes, y sus autores intelectuales y materiales.

Se espera que en las próximas horas haya una reunión de los poderes del Estado y el Gobierno para articular medidas de prevención contra acciones de ese carácter, de eventuales graves consecuencias para los ciudadanos del país.