Cartagena de Indias, de nuevo en catalejo mundial

En menos de dos meses, la bellísima ciudad colombiana de Cartagena de Indias atrae de nuevo la mirada internacional como sede de la XXV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, este viernes y sábado, con la asistencia confirmada de diez mandatarios, de los 22 posibles. Esta es la segunda oportunidad en que esta localidad caribeña acoge una magna cita de los iberoamericanos, luego de la efectuada allí en 1994.

Hace un mes y dos días, la opinión pública mundial fijó sus ojos en la paradisíaca ciudad turística. El pasado 26 de septiembre, allí se firmó oficialmente el Acuerdo Final de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las guerrilleras Fuerzas Armadas de Liberación de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), ante la presencia de importantes líderes políticos y organizaciones mundiales.

Respecto a la actual cita, la cancillería de Colombia informó que además de los presidentes y el Rey de España, Felipe VI, también asistirán varios vicepresidentes, cancilleres y vicecancilleres. A la Conferencia Iberoamericana —espacio ejecutor entre las Cumbres, surgidas el 18 de julio de 1991, en Guadalajara, México— pertenecen las naciones latinoamericanas, además de Portugal, España y Andorra. La XXV Cumbre, en esta ocasión, inaugura su carácter bienal, pues con anterioridad se efectuaba cada año.

En su calidad de anfitriona, Colombia decidió dedicarla a la juventud, al tener en cuenta la situación de ese grupo social en la que se encuentra el futuro del desarrollo internacional, y que, en buena medida, carece de equidad, estudio y trabajo garantizados.

De ahí que en el Palacio de Convenciones cartaginense, los asistentes dediquen su tiempo —previa reunión de expertos el 27— al análisis del asunto que les reúne bajo el lema “Juventud, emprendimiento y educación”.

En opinión de la canciller anfitriona, María Ángela Holguín, “de la reunión debe derivarse la aprobación de un acuerdo que favorezca a la juventud y que los países deban comprometerse a sacar adelante”.

“Una de cada cuatro personas se encuentra entre los 15 y 29 años en América Latina, Andorra, España y Portugal, por lo que como antecedente de la reunión se efectuó un foro intergeneracional, en el que los jóvenes expresaron sus preocupaciones actuales y de cara a los próximos años. Esa cita adoptó las bases para la redacción del Pacto Iberoamericano por la Juventud, que será analizado y aprobado por los jefes de Estado y/o Gobierno mañana sábado.

Más de 200 000 jóvenes, mediante distintas acciones, participaron con sus inquietudes y sugerencias en la preparación del compromiso, previo análisis en la XVIII Conferencia de Ministros y Responsables de la Juventud, el pasado 9 de septiembre, en la ciudad colombiana de Medellín, capital de Antioquia, en la que también actuaron organismos internacionales.

El denominado Pacto Iberoamericano por la Juventud recoge, según los organizadores de la Cumbre, las propuestas emanadas de los principales interesados en la búsqueda de una educación gratuita y de alta calidad, un trabajo seguro y la participación en la toma de decisiones políticas.

Para no arar en el mar, como ha ocurrido con los resultados de varias de estos cónclaves de alto nivel, en esta oportunidad, los líderes presentes conocerán el informe “Las perspectivas Económicas de América Latina 2017”, organizado por varias entidades regionales para determinar, entre otros asuntos, la eventual intervención de la juventud en el escenario de Iberoamérica.

En un año en que las previsiones de crecimiento económico para esa zona  son conservadoras, resulta de sumo interés la presencia en Cartagena de Indias de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que preparó un “análisis detallado de la participación de los jóvenes latinoamericanos en las actividades productivas”, su “inserción en el mercado laboral” y “sus actividades emprendedoras”, según uno de sus voceros.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), al igual que la CEPAL, reconoció este año la necesidad de una verdadera política económica y laboral en las naciones, ya que el origen de los problemas de los principiantes está centrado en la carencia de educación y formación tecnológica, lo que origina el desempleo y el empleo informal sin derecho alguno.

De acuerdo con la OIT, en América Latina y el Caribe viven 108 millones de personas entre 15 y 24 años, de los cuales estudian 37 millones, 35 millones solo trabajan, y otros 13 millones, los menos, realizan las dos actividades.

Esa fuente precisó que ellos están en desventaja respecto a la adultez, ya que un 37 % cotiza en el Seguro Social, un 29 % está inscripto a un sistema de pensiones, en contraste con un 47 y 40 %, respectivamente, de los de más edad.

En torno a los contratos laborales ocurre otro tanto. Solo el 48 % de los mozos posee un documento escrito, mientras que en los adultos asciende a un 61 %. 

La OIT también recordó que por razones socioeconómicas aumentan cada año los llamados ninis (que ni estudian ni trabajan), y reconoció que es imprescindible una verdadera política económica laboral en los países, además de un análisis de la pobreza y de los sistemas de educación.

Tela hay por donde cortar, pero hacen falta buenos sastres para vestir con nuevos ropajes a un sector tan importante de la sociedad que, con buenas razones, teme por lo que ocurrirá en los años por venir.