¿Cambios al bate?

No es que algunos ignorasen la posibilidad, pero sin dudas no dejó de llamar la atención de los analistas el hecho de que, en el reciente caucus demócrata de Iowa, se alzara con el triunfo Pete Buttigieg.

Se trata de un carismático aspirante de 37 años; alcalde de South Bend, una ciudad de cien mil habitantes en el conservador Estado de Indiana; gay, con pareja abiertamente constituida; miembro de la Iglesia episcopal; graduado en Harvard y Oxford; políglota; y ex militar en Afganistán. Suma además una importante actividad partidista a escala nacional y formó parte de los equipos de campaña de John Kerry y del expresidente Barack Obama.

Según una semblanza publicada por el rotativo ibérico El País, se trata de un político que “roba las miradas cuando lamenta el incendio de Notre Dame en francés o ampara la inmigración en español. Un veterano de guerra que sobresale cuando presume de tener más experiencia militar directa que cualquier presidente desde los días George W. Bush”, y que — añaden otros medios— exhibe una imagen y un conjunto de ideas de gobierno que no dejan de ser atrayentes para importante segmentos sociales norteamericanos.

El hecho es que en Iowa, luego de las demoras ocurridas en los conteos de votos, Buttigieg se alzó con el primer lugar en la preferencia partidista “con 564 delegados estatales frente a los 562 de Bernie Sanders (su más cercano seguidor), y se coloca así por delante en la carrera por enfrentar al presidente Donald Trump en las elecciones de noviembre en los Estados Unidos”.

En tercera posición quedó la senadora Elizabeth Warren, seguida del exvicepresidente Joe Biden y de la también legisladora Amy Klobuchar.

Para analistas como el comentarista político Andrew Sullivan, el aspirante Buttigieg “podría ser el mejor candidato demócrata para competir contra Trump.” “Por estilo, generación, conducta e historia —añadió Sullivan en declaraciones a la revista New York Magazine— el ganador en Iowa constituye un notable contraste con relación a la edad y el temperamento explosivo de Trump”.

En tanto, al columnista Frank Bruni, del The New York Times, indicó que el joven aspirante “parece haber sido construido en un laboratorio para ser el candidato demócrata perfecto. Siempre parece decir exactamente lo que corresponde en el tono justo”.

Otras fuentes explican que Buttigieg se pronuncia por un cambio en el mecanismo electoral nacional que elimine los actuales “colegios” y otorgue el triunfo al aspirante con mayor número de votos directos. Propugna además la conversión de Washington D.C. y Puerto Rico en nuevos Estados de la Unión; aboga por un sistema de salud más inclusivo sustentado por el gobierno, pero sin afectar los seguros privados; y apoya el dedicar mayores montos impositivos para asegurar el acceso gratuito a las universidades en vez de favorecer “a aquellos que ya están destinados a contar con ingresos más altos”. Por último incluye en sus concepciones la idea de que el verdadero avance económico debe abarcar a todos, y no solo al sector empresarial y a los grupos más favorecidos.

No obstante, explican expertos políticos, tiene como obstáculo la falta de conocimiento sobre su figura que existe aún entre algunos sectores sociales, como la comunidad negra, y el hecho de que las cosas pueden cambiar en su contra cuando se inicie la cadena de votaciones primarias a mayor escala geográfica y demográfica.

En fin…, no queda más que seguir esperando para ver quién, en medio de la oleada de aspirantes demócratas, logra finalmente convertirse en la antípoda electoral de un Trump por ahora envalentonado, luego de que los republicanos le concedieran el indulto legislativo por sus evidentes “pecados” en la trama ucraniana.