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jueves, 10 de octubre de 2024

Bolivia insistirá en una salida soberana al mar

El fallo de La Haya debe conducir a un diálogo razonable con Chile...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 04/10/2018
2 comentarios
Evo luchara
El presidente Evo morales asegura que su país seguirá reclamando una salida al mar.

El fallo de la Corte Internacional de Justica (CIJ) a favor de Chile cerró un capítulo más, solo en el ámbito jurídico, en la histórica demanda de Bolivia a su vecino por una salida soberana al mar que ahora, y así lo dejaron claro los jueces radicados en Países Bajos, debe conducir a un diálogo de entendimiento bilateral.

Aunque el pueblo del Altiplano se siente frustrado por la decisión tomada por 12 jueces contra tres, luego de tres años de deliberaciones ante el reclamo del gobierno de Evo Morales en nombre de su pueblo, La Haya confirmó que “Chile no está obligado jurídicamente a negociar un acceso soberano al océano Pacífico para el Estado plurinacional de Bolivia”.

Un resquicio quedó abierto, aunque la decisión es inapelable, cuando el juez Abdulqawi Ahmed Yusuf, presidente del tribunal y lector de la sentencia, afirmó que, “sin embargo, a pesar de este fallo, la CIJ invita a ambos gobiernos a buscar una forma de entablar un diálogo sobre este asunto”.

Tras ese veredicto, Morales —presente en la sede de la corte en La Haya— destacó las palabras de Yusuf y dijo que el fallo hace referencia a continuar con “los diálogos y la buena vecindad”.

DECISIÓN JURÍDICA

La decisión de la CIJ, válida en el ámbito jurídico, no significa de manera alguna que el reclamo boliviano por una salida al mar sea cerrado junto con la carpeta del caso presentado en 2015. Hay otros escenarios, en especial el de las negociaciones, para lograr una vía marítima soberana.

Para las poblaciones pluriculturales bolivianas se trata de una reparación histórica cuya génesis se remonta a una guerra de carácter económica iniciada por Chile con el apoyo de las potencias de la época, Gran Bretaña y en menor medida Estados Unidos. Una inesperada invasión al puerto boliviano de Antofagasta por razones comerciales dejó como saldo la pérdida de 120 000 kilómetros cuadrados de territorio boliviano y 400 kilómetros lineales de litoral, encerrándola en medio de la tierra. El saldo también fue de millares de muertos de las dos partes.

Para el analista argentino Atilio Borón, “el tecnicismo se impondría en la CIJ, ya que darle la razón a Bolivia podría desestabilizar el delicado tablero de la política internacional, por lo que ni siquiera obligaron a los dos gobiernos a iniciar un diálogo sobre el tema”, sino que apenas lo sugirieron.

Un fallo a favor de los bolivianos, y en esto coincide otra personalidad del periodismo latinoamericano, el chileno Manuel Cabieses, director de Puntofinal, abriría un camino para numerosas reclamaciones en un mundo donde se ha impuesto la invasión y apoderamiento de territorios soberanos. Casos como el de México, al que Estados Unidos robó la mitad de sus regiones, o el de Palestina, cada vez más reducida en su espacio soberano por las invasiones de Israel.

Hay muchos otros ejemplos a nivel mundial, por lo que La Haya decidió por el tecnicismo y una mirada formal, con un resultado mediocre que poco ha resuelto, opina Borón en un artículo reproducido en Rebelión.

Algunos medios chilenos, como El Mercurio, informaron sobre lo que califican “victoria nacional” como si el dictamen de La Haya obligara a los bolivianos a acatar la decisión sin seguir su lucha de más de un siglo para acceder al mar, no solo por razones geográficas y económicas sino por verdades históricas.

No obstante, hay motivos para pensar que vienen tiempos difíciles en las deterioradas relaciones diplomáticas bilaterales, quebradas en 1976.

Chile, siempre desenvuelto en un ambiente más próximo al ideal europeo que al indígena latinoamericano, adoptó en las últimas semanas antes del desenlace en Holanda una postura altanera, con el presidente Sebastián Piñera —que evidentemente no esperaba una declaración que le favoreciera— parapetado en un chovinismo y populismo nacionalista.

El conservador mandatario, que creía firmemente en que perdería la contienda en Holanda, afirmó hace pocos días que “no cederé ni un centímetro” de su territorio a los reclamantes.

Este lunes, sin embargo, tras conocer la decisión de la CIJ, aseguró que “Chile nunca ha tenido ninguna obligación, ni la tiene hoy día, de negociar nuestro mar, nuestro territorio ni nuestra soberanía”.

La soberbia chilena posiblemente se estrellará contra la inteligencia y paciencia, aunque con mano firme y soberana del presidente Morales y sus asesores, sus equipos diplomáticos y de abogados. Todo dependerá de la buena fe que demuestre Santiago, la cual no se observa hasta ahora.

Buenas relaciones con Bolivia son importantes para los chilenos. El suelo vecino posee las más importantes reservas de litio del planeta y grandes volúmenes de gas, productos que el belicoso vecino debe importar, pues carece de esos recursos.

Piñera, si deja a un lado su política de mandamás, podría beneficiarse en lo económico, si considera el alto crecimiento económico de los bolivianos (en torno a un 5 % sostenido desde hace más de cinco años), y un aumento del mercado de millones de personas cercanas.

El presidente Morales mostró su disposición de sentarse en la mesa de negociaciones, pero ahora hay que esperar una respuesta positiva de su contendiente. Esta es una oportunidad única para los dos países para poner punto final a las consecuencias de una guerra de rapiña alentada por el crecimiento imperial de aquellos años.

Ante el fallo, el gobierno de Bolivia comenzó la adopción de medidas para un acercamiento al Palacio de La Moneda, siempre que haya respeto y entendimiento mutuo.

En declaraciones desde la Casa Grande del Pueblo, en La Paz, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, señaló que la sentencia dejó otros puntos claros, como reconocer que Bolivia nació a la vida republicana con una franja costera de 400 kilómetros, un hecho negado históricamente por Chile; y estableció además que el Tratado de Paz y Amistad de 1904 para fijar los límites entre Bolivia y Chile, “no resolvió temas pendientes para un acceso soberano al mar”.

García mencionó que hay varias alternativas que el Gobierno viabilizará, aunque no especificó cuáles.

Para el abogado español Antonio Remiro Brotóns, uno de los juristas que representaron a Bolivia en el litigio ante la CIJ, “Chile no puede utilizar esta sentencia para indicar que no se hable más del enclaustramiento”.

En entrevista con Bolivia TV, el abogado señaló que de esto “se seguirá hablando y mucho. No es un tema cerrado, en absoluto”. Enfatizó que, incluso la Corte, aunque rechazó el petitorio boliviano, “de una forma expresa señala y anima a las partes a que continúen el diálogo entre ellas para solventar la mediterraneidad, el enclaustramiento de Bolivia, que es un tema que está presente durante muchísimos años”.

Bolivia tiene otras opciones para lograr un acceso al mar que no pasan por la altanería chilena. En 1992 firmó con Perú un convenio que le cedió cinco kilómetros de costa en un lugar llamado Boliviamar, cerca del puerto de Ilo, pero que hasta ahora está sin concretar por La Paz.

Otra posibilidad existe en el puerto Busch, en la frontera con Paraguay. En 1937, autoridades de las dos naciones firmaron un documento que permitiría a las embarcaciones bolivianas utilizar las mismas vías que Paraguay —que también es mediterránea— a través de los ríos de ese pequeño país para acceder al océano.

Gobiernos bolivianos suscribieron distintos acuerdos con Uruguay, Brasil y Argentina para la instalación de zonas francas y nuevas facilidades en distintos puertos.

Sin embargo, aunque esos convenios aliviarían el trasiego de mercaderías, ya que su mayor actividad comercial depende de los puertos chilenos de Iquique y Arica, Bolivia considera su reparación histórica como un asunto de soberanía a la que nunca renunciará.

La demanda en La Haya ya es historia. Pero el rechazo de la CIJ a la petición boliviana de apelar al artículo 31 del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, conocido como Pacto de Bogotá, vigente desde 1948, no es un punto final a este diferendo que comienza ahora a movilizarse en mecanismos y procedimientos para obligar al conservador Piñera a conversar con Morales y encontrar, mal que le pese, una solución que permita reparar la injusticia de una guerra de rapiña imperialista.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 2 comentarios


Alejandro
 4/10/18 16:50

Estaba leyendo el artículo hasta que llegue a esta frase:

"La soberbia chilena posiblemente se estrellará contra la inteligencia y paciencia, aunque con mano firme y soberana del presidente Morales y sus asesores, sus equipos diplomáticos y de abogados. Todo dependerá de la buena fe que demuestre Santiago, la cual no se observa hasta ahora".

Allí adverti que no estaba leyendo un articulo de un periodista, sino un panfleto partidario; un elemento de propaganda o el texto de un militante bien pagado.

Por otra parte, es curioso observar como se rescribe la historia. Conceptos como "invasión", ocupacion, etc: ¿los usan para evitar la ocurrencia real de los hechos? ¿O es que esta mal llamada "periodista" desconoce los motivos de la guerra del pacífico? ¿Será politica estatal intentar mentir al pueblo hasta lograr reescribir la historia?

 

senelio ceballos
 4/10/18 14:43

Saludos Lic.Lidice......El problema entre Rusia-japon  lleva  ya  75 annos en litigios  juridicos...NO HAN FIRMADO  TODAVIA LA PAZ DE LA II G.M.........Sobre las islas curiles....este anno  creo que se resolvera  entre PUTIN-ABE...en la mesa de negociaciones..Se Evo. no toma esas lecciones historicas....pasaran otrps 100 annos y CHILE, NO entegara ni un solo Km de costa.......Hay  que darle al problema solucion   INTELIGENTE-DIPLOMATICA-ECONOMICA.........Sin mas juicios y politiqueria internas...Es mi criterio al caso!!!..Mirad  lo que ha pasado con GIBRALTAR.......COMADRE!!!

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