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viernes, 11 de octubre de 2024

AMLO: plan nacional de desarrollo recoge sentimiento popular

Presidente de México reitera que trabaja para los pobres de su país...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 08/05/2019
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AMLO
López Obrador cuando entregó el proyecto a la Cámara de Diputados, en declaraciones destacó que no sigue recetas de “extranjeros”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO para su pueblo) confirmó que es un hombre de palabra al presentar el Plan Nacional de Desarrollo (PND) hasta 2024 sin seguir, dijo, recetas de gobiernos y organismos financieros internacionales.

López Obrador defiende el humanismo como característica del nuevo gobierno de México, enfocado a resolver los asuntos más lacerantes de los ciudadanos de más bajos ingresos, y con su asunción el pasado 1.o de diciembre comenzó un proyecto para un nuevo país alejado de la pobreza, la corrupción, el narcotráfico y el neoliberalismo.

Desde el primer día, el jefe del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dio muestras de que sus palabras entrañaban la firmeza de un propósito y que pondría en práctica medidas que darían un nuevo rostro al país lacerado por el narcotráfico y su cercanía a Estados Unidos, cuyo presidente, el controvertido magnate inmobiliario Donald Trump, calificó a los mexicanos inmigrantes de “animales”.

Con una serenidad a prueba de calumnias y críticas, el mandatario nacido en Tabasco puso en marcha una serie de regulaciones —empezando por los privilegios concedidos hasta ahora a los jefes de gobierno— que avizoraron que México empezaba un cambio estructural, desde las autoridades de las bases políticas hasta el más alto nivel oficial.

El último día de abril, AMLO envió al Congreso Nacional para su análisis y aprobación en 30 días el PND que regirá desde este año hasta el 2024, cuando concluya su mandato sin posibilidades a la reelección, pues suscribió un documento que prohíbe la repetición en ese alto cargo.

Cuando entregó el proyecto a la Cámara de Diputados, en declaraciones destacó que no sigue recetas de “extranjeros”.

“Considero —afirmó— por primera vez en muchos años, diría por primera vez en los últimos 36 años en el periodo neoliberal o neoporfirista, se presenta un plan de desarrollo que no se ajusta a los dictados de los organismos financieros internacionales y de los gobiernos extranjeros”.

En un video compartido en su cuenta de Twitter aseguró que “esta es la primera vez que se crea un PND propio que recoge los sentimientos del pueblo, hecho a partir de nuestra realidad”, el cual pone como prioridad el bienestar de la población, en tanto resalta el combate a la corrupción.

Ello significa, en su opinión, que concluye en el antiguo país de los aztecas “el periodo de la política neoliberal con sus recetas impuestas y sus mal llamadas reformas estructurales”.

El PND debe pasar con facilidad por el cuerpo legislativo, ya que Morena posee mayoría en las dos Cámaras, en sintonía con la ideología política de su fundador en 2011.

Los antecedentes de este proyecto para el sexenio se inspiran —dijo el estadista— en el plan del Partido Liberal de los hermanos Flores Magón, que se publicó por primera vez en 1906, y en el plan sexenal que se conoció durante la campaña del presidente Lázaro Cárdenas del Río.

El proyecto que será analizado por las 46 comisiones ordinarias de la LXIV Legislatura del Congreso Nacional posee tres ejes centrales: Justicia y Estado de Derecho, Bienestar y Desarrollo Económico. Aparecen como políticas transversales la igualdad de género, la no discriminación e inclusión, el combate a la corrupción y la mejora de la gestión pública, así como territorio y desarrollo sostenible.

El PND se regirá, según el documento, por doce normativas: honradez y honestidad; no al gobierno rico con pueblo pobre; nada al margen de la ley; por encima de la ley, nadie; economía para el bienestar; el mercado no sustituye al Estado; por el bien de todos, primero los pobres; no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera.

Otros acápites son: no hay paz sin justicia; el respeto al derecho ajeno es la paz; no más migración por hambre y violencia; democracia significa el poder del pueblo; y ética, libertad y confianza.

Lo que tratan López Obrador y su equipo ministerial es impulsar, con un nuevo estilo de trabajo en el que el pueblo juega un rol fundamental, un modelo de desarrollo para subsanar las desigualdades sociales agudizadas por los regímenes neoliberales que le precedieron y dejaron en la miseria a millones de personas.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2018 el 43,6 % de la población mexicana estaba en situación de pobreza. O sea, la nación norteña finalizó ese año con 124 738 000 de habitantes, y uno de cada cuatro de ellos tiene esa condición. Esa misma fuente destacó que de los 53,4 millones de pobres, 9 % viven en pobreza extrema.

De ahí que el PND defienda un modelo de desarrollo respetuoso de los ciudadanos para sacarlos de la situación en que los han envuelto anteriores gobiernos poco preocupados por el bienestar social, con una división de clases muy visible entre ricos y pobres.

Marcado interés existe en el gobierno federal —cuyos planes deben ser acatados por las diferentes instancias gubernamentales— de atender las causas que originan la alta violencia e inseguridad existente en el país, mediante la incorporación de los jóvenes al estudio y el trabajo, avanzar en el principio de la reinserción social y a procesos regionales de pacificación, y medidas contra el lavado de dinero e inteligencia policial.

Esta es quizás una de las faenas más importantes y difíciles del gobierno de Morena, registrado como partido político en 2014 y que llevó a la presidencia a López Obrador con más de un 53 % de votos en las elecciones de julio último.

Cifras actualizadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) revelaron que el pasado año fueron cometidos 33 000 341homicidios, lo cual significa un incremento de las cifras registradas en 2017.

Un informe de Sesnsp detalló que la mayoría de los homicidios fueron dolosos, seguidos por feminicidios y violencia desatada entre bandas de narcotraficantes o contra civiles inocentes. Asimismo, hay 40 128 personas denunciadas como desaparecidas por sus familiares, en tanto se siguen buscando restos humanos en las fosas comunes que aparecen en Estados donde enseñorean las bandas mafiosas.

El PND defiende la histórica no alineación mexicana a los grandes grupos de poder capitalista y una política soberana en sus relaciones con otras naciones basadas en los principios de no intervención, autodeterminación, relaciones con todos los países basadas en la cooperación para el desarrollo, solución pacífica de los conflictos mediante el diálogo, rechazo a la violencia y a la guerra, y respeto a los derechos humanos.

Otro problema que deberá enfrentar el izquierdista equipo de gobierno es aliviar la situación de sus emigrantes. Lo que pretende es que la emigración sea optativa en el futuro y no por necesidades económicas. Aunque no son números precisos, ya que los mexicanos en el exterior no están obligados a registrarse en los consulados de su país, se considera que hay 11 848 537 personas viviendo fuera del territorio nacional, y de ellos el 97,21 % radicado en Estados Unidos, donde la mayoría recibe bajos salarios y son discriminados y vejados.

Cambiar la realidad mexicana es difícil, cuando aún se mantienen como parte de la oposición la mayoría de los partidos tradicionales de derecho y una poderosa oligarquía aliada a Washington.

El pasado domingo 5, por ejemplo, unos 12 000 individuos se manifestaron contra el gobierno de López Obrador en la ciudad capital. Pero este presidente que trabajó 18 años para lograr la presidencia del enorme país que ocupa parte de Norte y Centroamérica posee la virtud de la paciencia y un sentido de la democracia que una protesta no le quita el sueño.

El lunes pasado, en su encuentro diario en las primeras horas de la mañana con la prensa, refirió: “Ojalá que se sigan manifestando con libertad quienes no están a favor del gobierno”, criterio casi inexistente entre los políticos de América Latina. “Las personas están en todo su derecho a manifestarse”, por lo que reiteró que se debe ser “respetuoso”.

Explicó que es lógico y natural que protesten, pues cuando “se triunfó, se dijo que se iba a cambiar de régimen, que se iban acabar los privilegios” y “que se iba a escuchar a todos, pero que le iba a dar preferencia a los humildes, por el bien de todos, primero los pobres”.

Recordó que México cuenta con un pueblo extraordinario y aclaró una idea que repitió en varias ocasiones durante su última campaña presidencial: “…mi gobierno no llegó al poder para ser adorno, florero”; que está consciente de que no es “monedita de oro”, frase que se hizo popular en voz del fallecido líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías.

“Nos costó mucho, golpes, sufrimiento para llegar. Como nos costó tanto padecimos de represión, por eso sería una incongruencia de parte nuestra que no se permitiera la libre manifestación de las ideas”, insistió.

AMLO también precisó que la existencia de una democracia verdadera requiere que nadie se sienta absoluto. “Por ello respeto que hayan dada la cara”, concretó.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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