U.N.O: lo bueno si viene doble es mejor

Terminan los primeros pasos de la serie policiaca U.N.O (Unidad Nacional Operativa) por la Televisión Cubana. Culmina con el anuncio de un nuevo caso y la sensación de que, como todo lo bueno, se acabó rápido. Sin embargo, uno de sus directores, Alberto Luberta Martínez, anuncia en rápida conversación con Cubahora la posibilidad de una nueva temporada: “Para eso estamos trabajando. Y estamos muy entusiasmados, sobre todo, porque ahora estamos mucho más maduros que en el 2009 cuando todo empezó, tenemos la experiencia de la primera temporada, y podríamos hacer un mejor trabajo”.

Albertico Luberta, como se le conoce en el medio, es un joven y talentoso director, prácticamente nacido entre los pasillos de la Radio Cubana, que ahora se ha unido a Roly Peña, en la dirección de U.N.O, policiaco que desde sus primeros capítulos acaparó la atención de los televidentes por sus historias, su espectacularidad y las buenas actuaciones que en general han mostrado personajes de carne y hueso, policías y delincuentes con luces y sombras, con conflictos personales, bien cercanos a los del día a día de cualquier televidente. Cuestión esta que se agradece, sobre todo ante la saturación de policiacos cubanos encartonados, olvidados de matices, con una carga insoportable de didactismo, que han aparecido con frecuencia en los últimos años.

En lo personal, disfruté mucho la simpatía del oficial operativo Tony, encarnado por Tomás Cao, tan campechano, tan enamoradizo; la destreza del instructor Alex (Carlos Luis González) en las entrevistas con los delincuentes y sus líos personales; los riesgos asumidos por la instructora Vania (Yuni Bolaños), en el cumplimiento de su deber; y la dualidad de buena madre y perito eficiente dibujado en el personaje de Maité, defendido por Keny Cobo. A todos ellos se suman malhechores sagaces, algunos torpes, otros con lágrimas en los ojos solo por la mención de la madre, traumatizados por un pasado sombrío, simuladores, engreídos o veraces, que han acaparado la atención, como en aquellos episodios de las violaciones que motivaron a algunas cubanas a decir que esa noche habían ido a botar la basura mirando para atrás.

Quizás le faltó soltura a la teniente coronel Silvia asumida por Tamara Morales quien, en un intento de hacer valer su autoridad, en ocasiones se pasó de ruda. Aunque es válido destacar que fuera precisamente un personaje femenino el que dirigiera al equipo de policías. Por otro lado, creó confusión y hasta fue motivo de burlas el hecho de que mientras se trasmitía U.N.O a la par de Tras la Huella, los que eran policías en una serie aparecían como delincuentes en la otra, o en el caso de Tomás Cao apareció de oficial en ambas entregas, lo cual es una pifia injustificada ante el sinfín de actores cubanos a la espera de un papel que los regrese a la televisión.

Sobre la humanización de los personajes buenos y malos Albertico Luberta comenta: “Fue un objetivo desde el principio. Siempre destaco que trabajamos de conjunto en el proceso de escritura Eduardo Vázquez —asesor dramatúrgico y guionista de dos de los capítulos—, Amílcar Salatti — guionista —, y yo. Incluso, Roly estuvo muy vinculado al proceso de creación de personajes, de historias, balanceando subtramas que se fueran vinculando con las tramas principales de cada capítulo. Además, cuando uno escribía un guión lo leíamos todos y lo destripábamos, como se dice en buen cubano, y creo que ese sistema de trabajo rindió sus frutos, porque de cada sesión salíamos con ideas y sugerencias para mejorar los guiones. Es bueno aclarar que contamos con la presencia de un instructor retirado, Eduardo Fernández Leonard, que hacía sugerencias desde el punto de vista técnico  que enriquecieron el desarrollo del proceso de escritura”.

En este punto Luberta Martínez aclara que “los guiones de la serie se escribieron en el 2009. Entonces, la serie iban a dirigirla Roly Peña y Miguel Sosa. Pero el proceso de producción se detuvo —por cuestiones ajenas a nosotros — y cuando se retomó el proyecto, en el año 2013, Miguel Sosa estaba involucrado en otra serie, y Roly me convocó. Es algo que siempre le agradeceré, el hecho de que haya confiado en mí para este proyecto, al que él le tenía tanta fe. Para él, muchas gracias”.

- ¿Y cómo te fue al lado de Roly?

“El trabajo en equipo tiene grandes ventajas, pero también grandes retos. Creo que el logro principal estriba en que, aunque él haya dirigido unos capítulos y yo otros, el público no ha notado la diferencia. Al menos eso creo, que el público ha recibido la serie como si hubiera estado dirigida por una sola persona. Espero que el binomio se repita, en UNO y fuera de él”.

- Volviendo a U.N.O, a algunos televidentes les ha sorprendido el despliegue policíaco usado en varios capítulos, comentan que “esas cosas no suceden en Cuba”. ¿Cómo se plantearon esa línea entre realidad y ficción?

“Teniendo siempre en cuenta una premisa: Estamos haciendo un espectáculo televisivo. Un espectáculo que, por encima de todo, tiene que ser entretenido. Y entretenido significa que las historias seas sólidas, que visualmente sea atractivo, etcétera.

 - ¿Y qué dicen los estudios de audiencia?

Bueno, los datos concretos no los tengo. Pero tenemos entendido que el público ha recibido la serie con bastante aceptación.

- ¿Qué crees del horario destinado a U.N.O?

“Es un horario estelar, sin duda, excelente. Aunque, un secreto, inicialmente estábamos trabajando para  frecuencia de una vez a la semana, y cuando nos pidieron reforzar la programación de fin de año con frecuencia tres – y luego dos – tuvimos que correr bastante. Pero bueno, el trabajo salió, y en  gran medida gracias al esfuerzo de los editores Rafael García y Frank Álvarez, así como los responsables de la música y banda sonora, Esteban Vázquez y Rubén Gómez”.

Cuando estamos a punto de poner fin a esta conversación, Luberta me pide que mencione “al director de fotografía que trabajó conmigo, Alexander Escobar, al del sonido directo, Gonzalo Aldama (común para los capítulos dirigidos Roly y por mí), Yaneysi Pérez (maquillista de toda la serie), que en mi criterio hizo un trabajo excelente; y Manuel Ortega, de ambientación”.

Fue todo este equipo de profesionales quienes hicieron de U.N.O una propuesta diferente, novedosa, atractiva; una manera de animar nuestras noches entre novela y novela con un producto de calidad, hecho en casa, como muestra de todo el talento que aquí dentro nace. Y aunque aún la serie esté lejos de la perfección, son buen síntoma las frases de esta mañana en la calle, en el ómnibus, en los pasillos, que pedían nuevos capítulos, nuevas temporadas, porque lo bueno si viene doble es mejor.