Tesoros de la historia: la Casa de la Camarera (+Fotos)

Situada en Martí No. 108, antes Real No. 26, la Casa de la Camarera -como se le llama popularmente- forma parte del Museo Municipal de Guanabacoa.

¿A qué se debe este nombre? Pues era habitada por la persona encargada de engalanar la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Guanabacoa conocida también por “La Tutelar”, y el trono y carroza sobre la que recorría las calles de la villa cada 15 de agosto, día de fiesta religiosa.

Tres fueron las camareras que residieron en ella, doña Rosario Lima y Renté, su sobrina política Sra. Nieves Lugo de Lima y a esta la sucedió su hija Nieves Lima y Lugo de Cancio.

La data más antigua de esta casa que se ha podido documentar es de 1831, cuando por escritura del 29 de diciembre de dicho año se adjudicó a los hermanos Federico, José, Felipe y Rosario Lima y Renté, por el fallecimiento de sus padres D. Felipe Lima y Da. Teresa Renté.

A partir de la década del 20 la casa sufrió grandes modificaciones en su fachada. En 1929 el Sr. Felipe Lima le cambia el estilo neoclásico por el del renacimiento español, el cual mantiene hasta la actualidad, y coloca sobre la puerta el escudo de armas.

Después del triunfo revolucionario, la casa fue ocupada por un tiempo por la Federación de Mujeres Cubanas, hasta que se instalara en ella el Museo Municipal de Guanabacoa, inaugurado el 26 de julio de 1964 por su fundador y primer director José Luis Llerena Castellanos.

En cuanto a su arquitectura y distribución, la casa es una residencia que tiene la clásica construcción en L de las casas mudéjares, pues la fabricación que presenta a continuación de la saleta y frente al zaguán, es un añadido relativamente reciente. La fachada tiene una gran puerta a la española adornada con grandes clavos de bronce y tres ventanas con antepecho y rejas. El zaguán se encuentra a un lado de la fachada y contrario al de las habitaciones, y se comunica con la saleta por un arco polilobulado de filiación barroca. 

A la derecha saliendo del zaguán, se halla la gran sala con las tres ventanas a la calle. Las habitaciones se encuentran consecutivas y reciben luz y ventilación del patio por sendas puertas y ventanas enrejadas que llegan al piso. La saleta tiene hacia el patio dos arcos apoyados al centro en una columna; cada arco se cierra con una luceta fija de cristales de colores y la carpintería de las puertas es de persianas.

Los techos son de azotea de vigas de sección cuadrada y tabla, técnica propia de las edificaciones anteriores a la segunda mitad del siglo XIX. Su amplio patio tiene bajo su piso un gran aljibe que recibe el agua de lluvia de varios pozos que posee la casa.