Taj Mahal: más allá del amor…(+Fotos)

Tal vez quienes lean estas líneas hoy,  no sepan que para construir el Taj Mahal con esa mezcla de estilos que fusiona el persa, islámico e indio, se necesitaron 20 000 hombres y 1000 elefantes. Quizás no hayan escuchado decir que cuando terminó su construcción, luego de dos décadas, se les mandaron a cortar las manos a los arquitectos del proyecto para evitar que repitieran el diseño en otro lugar.

¿Leyeron alguna vez que, por poco, a principios del siglo XIX este precioso edificio estuvo a punto de ser demolido por los ingleses para vender el mármol en una subasta? Puede que hayan escuchado que este es uno de los lugares más visitados en el mundo por turistas nacionales y extranjeros y que, por ello, se ha manejado la idea de cerrarlo de manera temporal o limitar el número de visitas para evitar su deterioro. 

No importa…porque seguramente sí saben que el Taj Mahal es el símbolo de amor de pareja más grande de nuestro mundo. Es una magnífica obra arquitectónica que realmente no se limita al imponente palacio blanco con piedras preciosas incrustadas en sus paredes, sino que este forma parte de un conjunto de edificaciones y jardines a orillas del río Yamuna.

El guía que nos acompañó nos contó que el emperador Sha Jahan conoció en un bazar, donde ella vendía cristales, a su amada Arjumand, luego llamada Mumtaz Mahal, “la elegida del palacio”. En el decimotercer parto ella falleció y él quedó desconsolado. Se recluyó en el Fuerte Rojo, en la orilla izquierda del río Yamuna, y mandó a construir el monumento perfecto en honor a su esposa justo en el área que desde el Fuerte podía ver.

En sus jardines, cerca de los estanques, en sus escaleras, rodeando las dos tumbas asimétricamente dispuestas en su interior (pues uno de los hijos del emperador mando a sepultar allí a su padre), en los senderos, en los bancos donde todos nos tomamos fotos…Siempre se siente la magia.

Antes, la compra de los tickets, las bolsas desechables para envolver los zapatos y el traslado hasta el pórtico de la entrada en un carrito eléctrico. Tener paciencia es fundamental porque aquí, como en todos los lugares que he visitado, siempre se aglomeran las personas…

Una vez allí apenas puedes creerlo. Y no te imaginas cuán intenso fue el amor de esa pareja y mucho menos cuánto sacrificio el de los obreros para convertirlo en una obra perdurable como esa. No sabes si es verdad que el rio Yamuna se desvió para su construcción, como dijo el guía, ni tienes la certeza de que el emperador ansiaba construir otro similar en mármol negro del otro lado del río. Pero estás ahí, y más allá de las parejas que se entrecruzan las manos y se besan con el Taj Mahal de fondo en una foto que seguro atesorarán, te preguntas si en verdad mereces estar en un lugar como este, tan cargado de magia y a su vez, de valores artísticos.

En Agra tal vez nada más llame la atención…Existe el Fuerte Rojo, muy cerca, parecido al de Nueva Delhi pero más impresionante a mi juicio. Fue declarado en 1983 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero aun así, Agra es la ciudad del Taj Mahal, y cuando sales de su entorno suspiras aliviada porque crees, justo en ese instante, que valió la pena atravesar el mundo.