¿Qué aprendí de la India?

Ya me lo había dicho mi amiga Elisa Beatriz Ramírez, a quien le agradezco haber compartido la información relacionada con las becas ITEC. “Tu vivencia en la India marcará tu vida, ya verás”. Tenía razón.

Cuatro meses tal vez no me hayan sido suficientes para conocer mucho más de ese país, en tanto es una nación multilingüística, multirreligiosa, multicultural y que en su vasta área encierra misterios y, sobre todo, retos. Estudiar en una lengua extranjera, aunque sea un curso afín con mi profesión, ya demanda tiempo, pero aun así estoy satisfecha de la experiencia, de la que tanto he aprendido.

Como resultado del curso aprendí que los países en vías de desarrollo como Cuba deben impulsar más un periodismo que, descrito en la literatura como Periodismo para el Desarrollo, permita visibilizar más a los menos favorecidos para poner el dedo en la llaga de los problemas sociales que urge resolver. En ese sentido, el periódico Indian Express ya tiene una experiencia valiosa en ese campo con sus reportajes publicados sobre la realidad que se vive en el Distrito Cero, a partir de los cuales las soluciones desde el Gobierno se han ejecutado paulatinamente.

Recordé conocimientos adquiridos durante mi carrera universitaria en materias como Teoría de la Comunicación y aprendí nuevas herramientas para desarrollar el periodismo on line y otorgarle más valor al texto con infografías, videos, digital story’s y otras herramientas.

Aprendí incluso de mercado de valores, de ventas al por mayor, de tasas de desempleo y de otros temas económicos a los que nunca les presté atención, pero esta vez, en inglés… ¡Doble reto!

Amplié el diapasón de mis “relaciones internacionales”, porque convivir todo este tiempo con colegas de otras naciones, sin dudas enriquece el conocimiento académico y emocional. Y despedirme de ellos fue lo más triste… Es casi seguro que nunca volveremos a coincidir todos, y por eso las lágrimas y los abrazos se multiplicaron cuando cada uno de nosotros partió hacia el aeropuerto.

En la India aprendí también, o mejor dicho, reafirmé que viajar a otro país es una de las mejores oportunidades que podemos tener y disfrutar en nuestras vidas porque es una de las mejores maneras de aprender de todo. Gracias a mi estancia allá comprendí que la espiritualidad y el halo místico que rodea a la India en el mundo occidental no es tal. Tierra de gurús, de vegetarianos… No se parece mucho a eso. Vestirse con collares y colores específicos para lograr fotos y propinas de turistas no siempre te hace un gurú. Ser uno de los principales países exportadores de carne bovina en el mundo ya es bastante contradicción, cuando siempre se ha difundido la realidad de que aquí la vaca es un animal sagrado.

Las personas acuden a los templos con frecuencia y las imágenes de los dioses del hinduismo no faltan en cualquier rincón de casas, escuelas, centros de trabajo… Sin embargo, una investigación realizada como parte del programa del curso demostró que no pocos de los entrevistados en la capital ni siquiera conocían las deidades de su fe.

La India, lamentablemente, tiene mucha suciedad en sus calles y eso la aleja, en mi opinión, de la imagen ecológica que se le asocia en muchos casos. “Le devolvemos a la naturaleza lo que ella nos da”, me dijeron una vez, pero eso no justifica que se orine en las calles sin pudor y que latas, pomos, servilletas, cajas…; lo que sea, sea lanzado a las aceras y los parterres.

Que las mujeres se escojan lindas y sensuales para las películas es comprensible porque sucede así en buena parte del mundo. Que dominen movimientos danzarios eróticos y se muestren “atrevidas” es parte del plan, pero la mujer en la India es muy discriminada, muy vilipendiada y, ella misma, muy reprimida, en sentido general, lo que no quiere decir que no existan excepciones.

No obstante, mi pedacito de la India vivido ha sido acogedor y los buenos tratos me han rodeado en el hostal y en el instituto pero he presenciado arranques de ira en no pocos momentos, sobre todo entre choferes que se discuten su espacio en un tráfico no respetado y en algunas instituciones públicas.

Leo que la actual quinta economía mundial puede desplazarse, incluso, al segundo lugar, después de China, como resultado de un crecimiento económico acelerado. También hay un crecimiento poblacional significativo y veo mucha gente pobre en las calles, lo que, entre otras cosas, garantiza una mano de obra excesivamente barata. Me preocupa que crece el país pero los contrastes son muy grandes.

A inicios de este año el presidente sostuvo una videoconferencia con estudiantes en distintas instituciones superiores, como en la que estudié, y expresó la idea de trabajar para construir una sociedad feliz, pero a mí no me quedó muy claro que se pueda lograr así tan sencillo. No es fácil echar adelante una nación signada por prejuicios y estereotipos sociales.

Más allá de reflexiones sociológicas o económicas, la India es un país que aún atesora monumentos arquitectónicos envidiables y en el que he tenido vivencias emocionantes. Confirmé además que lidiar con la nostalgia por mi familia y mi mundo personal es bastante duro, como lo es extrañar tanto mi trabajo en el periódico y mis programas de radio.

La India me ha servido también para darme cuenta de la importancia que tiene para mí estar rodeada de mis amistades, mi entorno profesional, mis parientes y de poder disfrutar de la libertad de ir a donde quiera a la hora que quiera, incluso sola.

Pudiera escribir otros trabajos sobre mi visita a Lodi Garden, a la tumba de Humayun, al Museo Nacional… Pudiera, incluso, dar respuestas a preguntas que Radha, Yoandry, Rosquete y otros amigos de esta página quieran hacer. A ellos les agradezco mucho su seguimiento y su intercambio diáfano. Viajamos juntos por acá, ¿verdad?