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lunes, 17 de marzo de 2025

Mirtha Ibarra, una exitosa mujer del cine

Mirtha Ibarra es uno de los rostros femeninos más representativos del cine cubano...

Magaly Cabrales en La Jiribilla 10/03/2025
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Mirtha Ibarra, una exitosa mujer del cine
Mirtha Ibarra, una exitosa mujer del cine

“Si bien la mujer cubana ha ido ganando espacios en nuestra sociedad y demostrando su capacidad para asumir las más disímiles responsabilidades por muy difíciles y complejas que estas sean, alcanzando importantes y grandes conquistas, todavía, sin embargo, falta mucho por ganar, por hacer.

“Es una realidad que aún persisten algunas reminiscencias heredadas del pasado como el machismo y la violencia contra la mujer. Y en ese sentido el cine juega un rol muy significativo con la creación de películas que aborden abiertamente esos temas. Particularmente en mi caso siempre disfruté asumir personajes transgresores, feministas”, dijo en exclusiva a La Jiribilla la consagrada actriz Mirtha Ibarra, uno de los rostros femeninos más representativos del cine cubano.

Aunque algunos la identifican solamente con el cine, Mirtha Ibarra inició su exitosa carrera artística en el teatro. “Poco tiempo después de graduarme en la Escuela Nacional de Arte, formé parte del grupo Joven Teatro que tenía su sede en la sede de la Comunidad Hebrea. Posteriormente integré otras agrupaciones como el Teatro Político Bertolt Brecht y Teatro Estudio, donde permanecí durante un largo período. En esa época interpreté varios personajes de obras emblemáticas que me permitieron ganar mis primeros premios.

Mientras que en la televisión memorables resultan sus desempeños artísticos en series y telenovelas, entre las que se encuentran, por solo citar unas pocas, El hombre que vino con la lluvia, Esperaré a que crezcas y Shiralad, “que recuerdo perfectamente porque en ella tuve que asumir el personaje de una bruja que se transformaba constantemente”.

¿Y cuándo nace Mirtha Ibarra como actriz de cine?

En el año 73 comencé mis relaciones con Tomás Gutiérrez Alea, Titón, y tres años más tarde ─yo siempre digo que buscando un pretexto para estar más tiempo juntos─, él me invitó a la filmación de su película La última cena. De pronto me asignó un personaje, pequeño realmente pues se trataba de la mujer del mayoral, pero que en definitiva se convirtió en mi debut en el cine.

No transcurrió mucho tiempo para que asumiera por primera vez un personaje protagónico en el filme Hasta cierto punto. Precisamente con ese personaje obtuve, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano celebrado en 1983, el Premio Coral de Actuación y la película ganó el Gran Premio.

Posteriormente trabajé con otros directores como Daniel Díaz Torres, con el cual tuve el honor de participar en la película Otra mujer. De nuevo con Titón filmamos Cartas del parque y con Gerardo Chijona Adorables mentiras, donde comenzó a nacer el personaje de Nancy que después se abordó con mucha más profundidad en Fresa y Chocolate.

Estuve también en Guantanamera y seguidamente hice algunas otras películas compartiendo roles con Jorge Perugorría. Entre ellas Fátima o El Parque de la Fraternidad, Se vende, y participé de la misma manera en varias películas filmadas y dirigidas por realizadores extranjeros.

En realidad son tantos los nombres de películas, directores y personajes encarnados que no cabrían en una sola entrevista. Aunque si tuviera que destacar una en particular, diría que admiro Hasta cierto punto y Adorables mentiras, con la que recibí críticas muy elogiosas.

                                                                        

    Mirtha Ibarra es uno de los rostros femeninos más representativos del cine cubano

Y si tuviera que escoger, ¿cuál elegiría entre el teatro, la televisión o el cine?

En todo momento y siempre, siempre el cine. En mi opinión, no solo los artistas sino todos los seres humanos buscan de alguna manera la perdurabilidad, la inmortalidad si es que en realidad existe. Y ciertamente existe en la obra que dejan. Un escultor, por ejemplo, en la creación de su mejor escultura, un actor en sus personajes más relevantes, un director en sus películas más aplaudidas. Aun hoy continuamos admirando, por ejemplo, a Betty Dave, a Charles Chaplin a Joan Crawford, que fallecieron hace mucho tiempo y continúan siendo recordados y queridos en todo el mundo porque dejaron una obra muy sólida.

El gran talento, versatilidad y entrega absoluta a su profesión de esta multipremiada actriz, entre otras muchas cualidades, han hecho posible, en roles protagónicos o secundarios, su presencia en más de una veintena de filmes. Sin embargo, fue el personaje de Nancy en la icónica película Fresa y Chocolate de los reconocidos realizadores Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, “la que me dio a conocer mundialmente, la que más ha marcado mi vida y mi carrera profesional en el ámbito internacional”.

A lo largo de su brillante carrera artística Mirtha Ibarra ha incursionado tanto en el drama como en la comedia.

¿En cuál de estos géneros se ha sentido más a gusto, más realizada profesionalmente?

A decir verdad, en los dos. No sabía que era capaz de hacer comedias, pero sucedió que un día, en la obra Tema para Verónica, mientras yo estaba ensayando observé que Eugenio Hernández ─ese extraordinario director─, se estaba riendo junto con el asistente y otras personas. Me acerqué y le pregunté cuál era el motivo de la risa. Él me contestó que en realidad había hecho una escena muy simpática. Entonces me percaté de que también podía hacer comedias.Aun cuando ya los amantes del Séptimo Arte no pueden admirarla en nuevas producciones cinematográficas, usted no se ha separado definitivamente de la pantalla grande.

¿En qué proyectos trabaja actualmente?

Estamos en proceso de edición de una película que es la adaptación para el cine de una obra de teatro que escribí, nombrada Neurótica anónima. Fue hecha con la colaboración de Jorge Perugorría. Su estreno está previsto en el contexto del Festival Internacional de Cine de este año; aunque hemos pensado darla a conocer antes en el Festival de Cine de San Sebastián, España. Y ahora estoy escribiendo otro guion. Se trata de una comedia que me tiene muy entusiasmada y a la que di el nombre de Si se enteran.

Por otro lado, ocupa también mi atención la realización de actividades en el Centro Cultural Casa de Titón y Mirtha, un maravilloso regalo de Eusebio Leal en el barrio de San Isidro, en La Habana Vieja, que ya está próximo a cumplir el quinto aniversario de su creación.

Y porque para Mirtha Ibarra, a pesar “de que los agradezco y mucho, los premios honestamente a mí se me olvidan”, solo ante nuestra insistencia dijo: “La Uneac me ha otorgado varios premios. Fui asimismo merecedora del reconocimiento Gitana Tropical, la Orden Por la Cultura Nacional, la medalla Félix Varela, además del conferido por una universidad hispano inglesa mexicana que me otorgó la condición de Doctor Honoris Causa, entre otros muchos galardones conquistados en eventos y festivales internacionales y nacionales”.

¿Cuál es su mensaje para las nuevas generaciones de actrices y actores?

Que vean mucho cine no como simples espectadores, sino desde el punto de vista de la reflexión y el análisis de cada escena, de cada personaje. Que lean todo cuanto puedan. Que nunca piensen que lo han aprendido todo, que lo saben todo. Que hagan del estudio, de la superación, una tarea primordial, cotidiana.

Considero que los actores tienen que ser sobre todo personas cultas. Únicamente siendo cada vez más cultos lograrán ser mejores actores y afianzarán algo tan importante y necesario en estos tiempos como son valores éticos y morales.


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Magaly Cabrales

Periodista


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