//

viernes, 4 de octubre de 2024

Memorial Astrid Lindgren extiende sus alas sobre Cuba

La poetisa, narradora, ensayista y traductora cubana Julia Calzadilla recibe el merecido premio por su labor literaria y la traducción de títulos dirigidos al público infantil y juvenil...

Diany Castaños González en Exclusivo 10/03/2016
0 comentarios

Quinientos cuarenta mil euros no es poco dinero. Julia Calzadilla acaba de recibirlos por su obra de toda una vida dedicada a los niños.

Es incansable. A sus 72 años no pierde el tiempo en entrevistas (fue muy difícil arrancarle esta), porque está demasiado ocupada escribiendo, traduciendo, investigando.

La ganadora de dos premios Casa de las Américas (en 1976 y en 1984), y cuatro veces el Premio La Rosa Blanca de la UNEAC, entre muchos otros, finalmente cobró en este mes el efectivo del premio que oficialmente recibió en 2014, el Memorial Astrid Lindgren, lauro que entrega el gobierno de Suecia en honor a la creadora del personaje infantil Pippa Mediaslargas.

“Suecia da este premio desde el año 2003. Se lo da a los escritores, ilustradores o promotores de la literatura para niños. A mí me propone la Asociación Cubana de Traductores e Intérpretes (ACTI), de la cual soy fundadora. En realidad la noticia del premio me llegó el año pasado, pero el premio como tal, o sea, el premio en metálico, no lo vi hasta ahora”.

—¿Marca este premio algún hito en su carrera?

—Es reconocimiento a una labor callada, constante y tenaz, de traducción y de escritura para niños, realizada muchas veces sin los recursos necesarios como son luz eléctrica, computadora, papel, acceso a Internet; para nombrar solo algunas de las dificultades enfrentadas en los momentos duros del llamado “periodo especial” e incluso después.

—¿Escribir o traducir?

—Escribir y traducir tienen una base común: la comunicación con el prójimo. Editar, escribir poesía, narrativa, traducir, todas mis profesiones parten de la necesidad de comunicarme. Escribir fue lo primero. Siempre quise escribir. Yo leía los libros e inmediatamente quería escribir el libro que había acabado de leer. Todavía me pasa. Y opté por escribir para los niños porque merecen tanto respeto como cualquiera de nosotros. Y mi carrera como traductora e intérprete comenzó cuando tenía 23 años. Y me ha ayudado mucho ser yo misma una escritora. Por ejemplo, cuando me he enfrentado a un juego de palabras, a un trabalenguas, he tenido que apelar a mi propia técnica como escritora.

—Algunos pudieran considerarla afortunada. Es usted una mujer realizada; se le nota. ¿Cuál sería el secreto de su éxito?

Lo importante en la vida, la clave de todo éxito, es ser un ser humano de buenos sentimientos, y nunca, bajo ningún concepto, hacer daño a nada vivo.


Compartir

Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos